Máxima expectación entre los arqueólogos tras encontrar una escalera que lleva a una zona oculta de Pompeya
Durante años, esa escalera estuvo a la vista, pero sin destino claro. No conducía a ninguna habitación conocida ni encajaba con lo que se sabía del trazado urbano de Pompeya. Era un detalle que quedó en segundo plano hasta que alguien decidió mirar más allá.
Un nuevo trabajo de excavación y análisis ha revelado que esa escalera llevaba a una parte de la ciudad que había quedado enterrada y olvidada desde la erupción del Vesubio en el año 79. Se trata de un espacio que no formaba parte del recorrido habitual y que cambia lo que se creía saber sobre cómo vivían las élites romanas.
En este artículo te contamos qué se ha encontrado exactamente, por qué no se había detectado antes y qué implica este hallazgo para la historia de Pompeya.
Una escalera en Pompeya que no llevaba a ninguna parte
El hallazgo se produjo dentro del parque arqueológico de Pompeya, en una zona ya conocida y estudiada. Los arqueólogos llevaban tiempo sabiendo que esa escalera existía, pero su función era un misterio. No parecía tener sentido dentro de una vivienda que, en apariencia, solo tenía una planta.
Al excavar los laterales y profundizar más allá del nivel visible, el equipo descubrió que la escalera ascendía hacia una terraza elevada y espacios que habían quedado sepultados a varios metros bajo la ceniza volcánica. No eran sótanos ni estancias de servicio. Todo apuntaba a zonas de uso social y privado.
Las primeras hipótesis indican que se trataba de un lugar reservado a reuniones exclusivas, posiblemente fiestas organizadas por miembros destacados de la élite pompeyana. Es probable que muchas de las casas de Pompeya hayan sido más grandes y complejas de lo que hoy pensamos. Lo que vemos ahora tal vez sea solo una parte de lo que existió antes de la erupción.
Qué cambia este descubrimiento en Pompeya
El hallazgo no es solo arquitectónico. Tiene implicaciones directas en cómo se interpreta la vida cotidiana y social en la ciudad romana. Durante siglos se asumió que muchas viviendas eran más modestas porque solo se conservaba su planta baja.
Ahora se sabe que algunas contaban con niveles superiores, terrazas e incluso torres desde las que se observaba la ciudad, el golfo de Nápoles o el cielo nocturno. Estos podrían haber sido espacios pensados para el ocio, la representación social y el encuentro entre iguales.
Este descubrimiento también ha sido clave para probar nuevas técnicas de análisis no invasivo. Gracias a escáneres y reconstrucciones digitales en 3D, los arqueólogos han podido recrear zonas que ya no existen físicamente, pero que dejaron huella en la estructura original.
El proyecto en el que se enmarca esta investigación busca precisamente eso: dar valor a la Pompeya que aún permanece oculta bajo tierra. La escalera, en ese sentido, funciona casi como una metáfora. Durante años estuvo ahí, ignorada, hasta que alguien decidió seguirla, y lo que había al final era una nueva forma de mirar la ciudad antigua.
Pompeya sigue siendo un lugar conocido y, al mismo tiempo, sorprendente. Cada hallazgo recuerda que aún quedan muchas historias por descubrir bajo sus calles.