¿Existió realmente El Dorado? Lo que dicen los mapas antiguos
Desde siempre hemos escuchado hablar de El Dorado, como un sueño o una meta para alcanzar por los pueblos. ¿Realmente existió?
¿Qué ha sido la historia y leyenda de El Dorado?
Mitos y leyendas de España
Los principales mitos veraniegos


La leyenda de El Dorado ha fascinado a aventureros y exploradores de todos los tiempos, incluyendo al británico Sir Walter Raleigh. En algunos relatos, El Dorado hacía referencia a un hombre poderoso; en otros, a un lago o un valle, pero el más popular hablaba de una ciudad mítica de inmensa riqueza perdida en la selva.
La creencia sobre la existencia deesta ciudad de oro comenzó a cobrar fuerza con el descubrimiento de América, atrayendo la atención de los europeos. Entre los siglos XVI y XVII, los conquistadores y exploradores europeos se embarcaron en la búsqueda de esta mítica ciudad de oro, la cual se creía estaba en algún lugar de Sudamérica. Pero, ¿existió realmente El Dorado?
Las primeras expediciones en busca de El Dorado
El afán de riqueza y nuevas rutas comerciales en la era de la exploración hizo de la supuesta “ciudad de oro” un atractivo irresistible para los europeos. A medida que los españoles exploraban el continente en el siglo XVI, comenzaron a organizarse expediciones con el fin de encontrar estas riquezas.
El primero en lanzarse en la búsqueda de esta mítica tierra fue Sebastián de Belalcázar, un veterano conquistador que en 1539 viajó hasta el valle del río Cauca, en Los Andes colombianos, con el fin de conquistar esas tierras y adueñarse del botín.
En ese mismo año, el conquistador español Gonzalo Jiménez de Quesada y el alemán Nicolás Federmann (procedente de Coro, Venezuela) viajaron también a la región con el mismo objetivo. Aunque no encontraron la mítica ciudad, terminaron disputándose los derechos de aquellas tierras y sus riquezas.
La mayoría de estas expediciones eran peligrosas, llenas de dificultades y, a menudo, terminaban en decepción o tragedia, pero los intentos por encontrar «El Dorado» no cesaron. En los años siguientes, innumerables expediciones se dirigieron al Amazonas en busca de estas míticas riquezas. La primera de ellas fue la que emprendió Francisco de Orellana, quien en 1542 recorrió toda la Amazonía motivado por las leyendas.
La búsqueda de Sir Walter Raleigh
Uno de los exploradores más famosos en busca de El Dorado fue el corsario inglés Sir Walter Raleigh. Durante su primera expedición en 1595, Raleigh recorrió el río Orinoco, en la actual Venezuela, donde afirmó haber encontrado pistas de una ciudad aurífera, Manoa, en el lago Parime. Sus alegaciones despertaron el interés por nuevas exploraciones.
En 1617, el corsario inglés volvió a las cercanías del Amazonas en compañía de su hijo Watt Raleigh. La expedición no logró localizar El Dorado y el viaje terminó en desastre. Watt Raleigh murió en una batalla contra los españoles, mientras que Raleigh fue ejecutado en Inglaterra por violar los tratados de paz con los españoles.
La localización de El Dorado según los mapas antiguos
Los cartógrafos de la época perpetuaron aún más la leyenda al incluir “El Dorado” en varios mapas de Sudamérica. Si bien la localización variaba de un mapa a otro, su presencia en ellos hizo que el mito se convirtiera en una realidad palpable para muchos.
En la historia cartográfica de El Dorado, el río Orinoco ocupa un lugar importante, pues era considerado por exploradores y cartógrafos como un camino hacia la ciudad dorada. Las expediciones lideradas por Sir Walter Raleigh a finales del siglo XVI y principios del XVII aportaron información valiosa para su representación cartográfica, lo que hizo que la mítica ciudad fuera aún más atractiva y esquiva.
Con el tiempo, “El Dorado” también se asoció con otras leyendas sudamericanas, como la Ciudad de los Césares, la ciudad de Paititi y el gran lago de la ciudad de Manoa en el estado brasileño de Roraima, que fue citado por Antonio de Berrio en sus mapas, como otro posible origen del mito.
La legendaria ciudad de Paititi supuestamente ubicada en la selva amazónica entre Perú, Brasil y Bolivia, también fue señala como la posible tierra de El Dorado, ya que según algunos relatos Paititi albergaba todas las riquezas del imperio Inca, pero fue abandonada por la tribu tras la conquista española.
¿Existió «¿El Dorado», en la realidad?
Según los historiadores, la primera vez que se tiene noticia en Europa sobre esta leyenda de El Dorado fue a principios del siglo XVI, cuando los exploradores españoles que llegaron a Sudamérica escucharon historias sobre una tribu de nativos en lo alto de los Andes, actual Colombia. Cuando un nuevo cacique asumía el poder de dicha tribu, se llevaba a cabo una ceremonia en la laguna de Guatavita para investirlo.
Los relatos acerca de la ceremonia varían, pero la mayoría coincide en que el nuevo gobernante o rey se cubría con una masa de tierra mezclada con polvo de oro. Luego, era trasladado a orillas de la laguna, donde debía arrojar oro y joyas preciosas en la laguna como ofrenda para apaciguar a un dios que vivía bajo el agua. Sin embargo, este ritual ya no se realizaba en la época de la Conquista, pues Guatavita había perdido su autonomía a manos de otras tribus de la región.
Los españoles y otros conquistadores europeos habían encontrado tanto oro entre las tribus de la costa norte de Sudamérica que se convencieron de que tenía que existir una tierra de gran riqueza en algún lugar del interior.
Los españoles no encontraron El Dorado, pero sí el lago Guatavita e intentaron drenarlo en 1545. De hecho, lograron bajar el nivel del agua lo suficiente como para extraer algunas piezas de oro, pero el presunto gran tesoro se mantuvo fuera de su alcance.
Lecturas recomendadas
Temas:
- Curiosidades