Santoral

¿Qué santos se celebran hoy, sábado 2 de agosto de 2025?

santos 2 agosto
Virgen de los Ángeles.
Blanca Espada

¿Qué santos se celebran hoy, sábado 2 de agosto de 2025?  La celebración del día de hoy en el calendario de la Iglesia católica nos invita a adentrarnos en la historia de la fe y en relatos cargados de sentido espiritual. De este modo, los santos que se conmemoran este 2 de agosto tienen historias que inspiran, retan y conmueven. Desde lo milagroso hasta lo profundamente racional, sus legados son tan diversos como poderosos.

En esta fecha, la Iglesia pone el foco en Nuestra Señora de los Ángeles, una advocación mariana con profundas raíces en la tradición franciscana y en la devoción popular de varios países. También se honra la figura de San Eusebio de Vercelli, obispo y la figura del teólogo español Pedro de Osma, cuya vida refleja la tensión entre pensamiento crítico y ortodoxia. A través de estas biografías, no sólo se preserva la memoria de los santos, sino que también se ofrece al lector una oportunidad para comprender mejor los procesos históricos, teológicos y culturales que rodean a cada uno. Profundicemos en sus historias al detalle además de enumeraros al resto de santos que se celebran en este día.

Nuestra Señora de los Ángeles

Bajo el título de Santa María de los Ángeles, también conocida como Nuestra Señora de los Ángeles o la Virgen de los Ángeles, los católicos veneran a la madre de Jesús en una advocación muy especial. Esta festividad está íntimamente ligada a la ciudad italiana de Asís, cuna de San Francisco, y a un pequeño templo llamado la Porciúncula. La tradición cuenta que ya en el siglo IV, unos ermitaños construyeron una ermita en los alrededores de Asís y depositaron allí reliquias de la Virgen María, con permiso del papa Liberio. Con el tiempo, San Benito y sus monjes habitaron el lugar y, posteriormente, fue San Francisco quien recibió este templo de los benedictinos y lo consagró como centro espiritual.

Pero lo que convirtió esta ermita en un punto neurálgico de peregrinación fue la indulgencia plenaria concedida por el papa Honorio III, a petición de San Francisco. Según la tradición, Francisco recibió una visión de Jesús y de la Virgen, en la que se le inspiró a pedir esta gracia para todos aquellos que, en estado de gracia, visitaran la Porciúncula el 2 de agosto. Así nació el llamado Perdón de Asís, una indulgencia que aún hoy sigue vigente desde el mediodía del 1 de agosto hasta la medianoche del día 2. En el siglo XX, el papa Pío X elevó el templo al rango de Basílica Patriarcal y Capilla Papal, y en 1968 se consolidó la celebración litúrgica en todos los templos con este título.

La devoción a Nuestra Señora de los Ángeles trasciende fronteras. Es patrona de Costa Rica, donde su festividad es feriado nacional, y también de la ciudad de Los Ángeles en Estados Unidos, que tomó su nombre de la misión franciscana original. En España, se le venera especialmente en Getafe, Alicante y en pueblos como Los Nietos (Murcia) y Fuente Victoria (Almería). Además, es patrona de la Aviación del Ejército de Tierra español. Esta advocación no solo encierra espiritualidad, sino también un vínculo histórico y cultural muy arraigado en muchas comunidades del mundo.

San Eusebio de Vercelli

El nombre de San Eusebio de Vercelli resplandece en el contexto del siglo IV, una época en que la unidad doctrinal de la Iglesia se vio profundamente amenazada por la herejía del arrianismo. Eusebio nació en Cerdeña hacia el año 283 y fue nombrado obispo de Vercelli en el año 340, siendo el primero en ocupar este cargo en la región norte de Italia. Su episcopado coincidió con tiempos convulsos. El emperador Constancio, hijo de Constantino, se inclinó hacia el arrianismo y utilizó su poder para favorecerlo, pese a que este ya había sido condenado en el Concilio de Nicea (325).

Eusebio, firme defensor del Credo niceno y de figuras como San Atanasio, se enfrentó con valentía al poder imperial y a los obispos arrianos. En el sínodo de Milán del año 355, su negativa a firmar una condena injusta contra Atanasio le costó el exilio. Fue enviado a Escitópolis (actual Bet-San), bajo la vigilancia de un obispo arriano que no dudó en maltratarlo. Desde allí, Eusebio escribió cartas llenas de dolor, pero también de fe y determinación. Luego fue trasladado a Capadocia y a la Tebaida egipcia, donde tuvo la oportunidad de conocer más de cerca el alma del monacato oriental.

Cuando el emperador Juliano el Apóstata accedió al trono en 361, permitió el regreso de los obispos exiliados. Eusebio volvió a Vercelli y participó en el sínodo de Alejandría en 362, reafirmando la fe ortodoxa. Pasó sus últimos años combatiendo el arrianismo en Italia, y murió en agosto de 371. Su vida fue una constante lucha por la verdad y la unidad de la Iglesia, sin renunciar nunca a su estilo de vida ascético ni a su cercanía con el pueblo. Además, se le atribuyen tres cartas auténticas y, aunque algunas obras se le han adjudicado sin certeza, dejó un legado firme como pionero del monacato en Occidente.

Pedro de Osma

La figura de Pedro de Osma ilustra las tensiones del pensamiento teológico en la España del siglo XV. Nacido en Osma hacia 1427, fue un brillante profesor en la Universidad de Salamanca, donde enseñó filosofía desde 1444. Su talento fue reconocido incluso por su alumno más célebre, Antonio de Nebrija, quien lo consideró «el español más sabio de su tiempo después del Tostado». Sin embargo, su pensamiento teológico, especialmente en materia de penitencia y sacramentos, lo colocó en el punto de mira de la Inquisición.

Pedro defendía, por ejemplo, que la contrición sincera era suficiente para el perdón de los pecados mortales, y que la absolución sacramental sólo podía tener lugar después de cumplir la penitencia. Estas ideas chocaban frontalmente con la doctrina oficial, al igual que su postura crítica hacia las indulgencias. Su obra De confessione fue considerada herética y mandada quemar en 1478. Aunque se le convocó a discutir sus tesis en Alcalá, no pudo asistir por enfermedad, y fue condenado en ausencia. A pesar de ello, la sentencia fue relativamente benévola: solo se condenaron nueve tesis y se le permitió recuperar su cátedra tras un año de penitencia.

Pedro de Osma abjuró públicamente de sus errores y aceptó la corrección, pero murió en abril de 1480, antes de poder retomar su lugar en la universidad. Su historia es un recordatorio de que incluso en los márgenes de la ortodoxia puede haber sabiduría, y que el pensamiento teológico no ha sido nunca una línea recta, sino un terreno de tensión, búsqueda y evolución. Entre sus obras destacan sus comentarios a Aristóteles y otros tratados que reflejan su amplio conocimiento y su intento de armonizar razón y fe.

Otros santos que se celebran el 2 de agosto

Junto a los mencionados, en este día se celebra también a:

  • San Rutilio de África, mártir (c. 212).
  • San Esteban I, papa (257).
  • Santa Centolla de Burgos, mártir.
  • San Máximo de Padua, obispo (s. III/IV).
  • San Sereno de Marsella, obispo (601).
  • San Betario de Carnuto, obispo (c. 623).
  • San Pedro de Osma, obispo (1109).
  • Beata Juana de Caleruega (siglo XIII).
  • Beatos Felipe de Jesús Munárriz Azcona, Juan Díaz Nosti y Leoncio Pérez
  • Ramos, presbíteros y mártires (1936).
  • Beato Ceferino Giménez Malla, mártir (1936).
  • Beato Francisco Calvo Burillo, presbítero y mártir (1936).
  • Beato Francisco Tomás Serer, presbítero y mártir(1936).

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