Personajes históricos

Eugenia de Montijo, la emperatriz francesa española

Entre las mujeres españolas que han hecho historia, se encuentra la emperatriz Eugenia de Montijo. ¿Sabes quién era y qué hizo?

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Mujeres en la historia
Eugenia de Montijo
Francisco María
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Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, fue la tercera emperatriz de Francia y regente en tres ocasiones. Eugenia, apodada “la española” fue vista al comienzo como una plebeya sin sangre real, pero supo estar a la altura de las circunstancias y ganarse el corazón y el respeto de los franceses. La historia demuestra que fue una mujer culta, inteligente y generosa.

Eugenia de Montijo, amante de la cultura y los viajes

Eugenia de Palafox Portocarrero y Kirkpatrick (o María Eugenia de Guzmán y Portocarrero), fue una aristócrata española nacida en Granada el 5 de mayo de 1826. Ostentó muchos títulos, como Marquesa de Ardales, Moya y Osera, vizcondesa de Calzada y XII condesa de Baños, entre otros.

Eugenia era admiradora de María Antonieta y siguió su estilo en la moda de disfrazarse (había querido ser actriz) e intentó deslumbrar a las cortes europeas con lujosos baños y recepciones. En sus residencias, recibía a prestigiosos huéspedes de las ciencias, las artes y la política, y les ofrecía todo tipo de entretenimientos, incluso recorridos arqueológicos.

La emperatriz era una gran protectora de la cultura y del arte. Apoyó las investigaciones de Louis Pasteur, fue la propulsora de la industria de la alta costura en Francia y participó en la creación del estilo Napoleón III.

Además, fundó hospitales, asilos, orfanatos e incluso visitó a enfermos con enfermedades contagiosas en barrios miserables, con un gran riesgo para su salud. También promovió la causa de los derechos de las mujeres a la educación universitaria.

La soberana amaba también los viajes y, según las crónicas, un día afirmó: “Si Dios me hubiera hecho hombre, hubiera sido marinero”.Mujeres en la historia

Eugenia cautiva a los franceses

El matrimonio de Eugenia de Montijo y Napoleón III se consagró en Altar Mayor de la Catedral de Notre-Dame. Después de los festejos, la emperatriz donó a caridad los 600.000 francos del regalo de bodas que le hace el municipio de París para joyas, así como los 250.000 francos obsequiados a su marido.

El 16 de marzo de 1856, un Domingo de Ramos, la emperatriz da a luz a su único hijo y heredero, Napoleón Luis Eugenio Juan José Bonaparte, Príncipe Imperial. La madre es desde ese momento Regente, función que desempeñó en tres ocasiones.

La elegancia de la emperatriz era alabada, su forma de vestir imitada e influyó en el mundo de la moda de la época. Existe un estilo de sombrero llamado Eugenia, que llevaba una larga pluma, popularizado por Greta Garbo en el cine y muy usado en la década del 1930.

Pero además, Eugenia de Montijo era una mujer educada, inteligente y recibió 20 condecoraciones, siendo la persona más condecorada de la época. Después de su difícil parto y los abortos que sufrió, pronto comenzó a ser parte de la vida política del Segundo Imperio.

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