Antigua Roma

Cuando los romanos organizaron una batalla naval… en el Coliseo

la idea de una batalla naval en el Coliseo es un recordatorio de la creatividad y la ambición de una civilización que dejó un marcado legado en la historia de la humanidad.

La historia del Coliseo romano

10 preguntas sobre el Coliseo

¿Por qué se mantiene el pie el Coliseo romano?

Coliseo en Roma
Batalla naval… en el Coliseo.
Francisco María
  • Francisco María
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En la Antigua Roma, los juegos de gladiadores eran un auténtico espectáculo de masas. En ellos, los luchadores competían en el circo o anfiteatros romanos para deleitar al público y dar promoción a algún político. Con el pasar del tiempo, el pueblo romano exigía experiencias más emocionantes, por lo que Julio Cesar decidió organizar batallas navales convertidas en espectáculos, más conocidas como naumaquias, con motivo de la celebración de su triunfo en el 46 a.C.

¿Los romanos realmente libraron batallas navales mortales?

Las batallas navales romanas eran el espectáculo más grande de los juegos de la antigua Roma. Las mismas recreaban las famosas batallas marítimas de la antigua Grecia, por lo que mezclaban la farsa histórica y la pena capital. Durante estos eventos, los espectadores podían revivir la historia de una manera impresionante, como cuando Corinto luchaba contra Corcira, o presenciar la batalla de Salamina ante sus propios ojos.El Coliseo, Roma, Coliseo de Roma,

En estas batallas navales se enfrentaban tripulaciones de esclavos, criminales condenados y prisioneros de guerra en grandes escenarios acuáticos construidos para la ocasión. Desde piscinas enormes hasta el propio Coliseo inundado. Debido a los inmensos recursos y soluciones técnicas que debían destinarse para su organización, sólo se realizaban en los juegos más importantes.

Más allá del espectáculo, las batallas navales eran una herramienta de propaganda, ya que manifestaban la grandeza y habilidad técnica de Roma.

El origen de la Naumaquia en Roma

Las naumaquias en Roma tienen su origen en el 46 a.C., cuando Julio César, ideó un espectáculo sin igual para la celebración de sus cuádruples triunfos militares. Para recrear la primera gran batalla naval, César ordenó la excavación de un lago artificial en el Campo de Marte, a las afueras de Roma. El mismo fue llenado con agua del Tíber a través de un canal por el que navegaron 16 galeras, 4.000 remeros esclavos y 2.000 gladiadores que participarían en el espectáculo.

De acuerdo al antiguo historiador Suetonio, en el día de la batalla la multitud era tan grande que “los extranjeros tuvieron que dormir en tiendas […] y muchos murieron aplastados por el gentío”. El éxito de este nuevo gran espectáculo fue tal, que el sucesor de César, Augusto, en el 2 a.C. amplió la escala de estos espectáculos. Para ello, construyó un lago de 550 por 360 metros al lado del Tíber con gradas de mármol y ladrillos con capacidad para decenas de miles de espectadores.

En el combate participaron 3000 hombres y 30 barcos armados vestidos de persas y griegos, en una recreación de la batalla de Salamina.

Batallas navales en el Coliseo

A pesar de los grandes e inolvidables espectáculos que organizaron emperadores como Nerón y Claudio, las naumaquias más espectaculares fueron, sin duda, aquellas celebradas en el Coliseo romano. Según relata Suetonio, el emperador Tito construyó el gran anfiteatro con sistemas de drenaje y conductos especiales para facilitar las inundaciones de las batallas navales.

Durante las festividades de su inauguración, en el 80 d.C., Tito organizó dos grandes naumaquias utilizando innovaciones técnicas para cambiar rápidamente de espectáculos de combate terrestre a naval y así sorprender a los espectadores.

La inundación de su arena se hizo a través del despliegue de una red de acueductos que llevaban agua hacia y desde el anfiteatro. Otro de los mecanismos de ingeniería utilizados incluía el sellado de las paredes y cimientos con una capa impermeable de cal, lo que demostraba la avanzada capacidad de ingeniería romana.

A pesar de que sólo se utilizaban naves de poco tamaño y aún menos calado, debido al escaso espacio disponible, las espectaculares naumaquias organizadas por Tito hicieron vibrar las gradas del Coliseo. De hecho, Domiciano, hermano y sucesor de Tito, continuó con esta tradición, pero las modificaciones subterráneas que ordenó para el Coliseo impidieron las inundaciones de la arena.

Las obras de Domiciano incluyeron un complejo sistema de túneles y celdas para el resguardo de animales y gladiadores, lo que complicó los intentos de inundación. No obstante, la adaptabilidad del Coliseo romano para los espectáculos de naumaquia son un claro reflejo de las avanzadas técnicas de Roma y la magnitud del entretenimiento que los emperadores patrocinaban para impresionar (y controlar) a sus ciudadanos.

Un espectáculo efímeroBatallas navales en Roma

Sin embargo, a pesar de su popularidad, las naumaquias no fueron un fenómeno duradero. Con el tiempo, el costo y la logística de inundar el Coliseo para llevar a cabo estas batallas se volvieron demasiado grandes. Además, el interés del público comenzó a cambiar hacia otros tipos de espectáculos. Así, el Coliseo se enfocó más en combates entre gladiadores y espectáculos de caza de animales.

Con la caída del Imperio Romano, el Coliseo fue abandonado y olvidado, pero la historia de sus batallas navales quedó grabada en la memoria colectiva como uno de los muchos testimonios de la grandeza y extravagancia de la cultura romana.

Legado y fascinación

Hoy en día, el Coliseo sigue siendo un símbolo de la Roma antigua y un importante destino turístico. La fascinación por sus historias, incluyendo las legendarias batallas navales, continúa alimentando la imaginación de historiadores, cineastas y turistas. Nos recuerda que la grandeza de Roma no solo se medía en su territorio y ejércitos, sino también en su capacidad para sorprender y entretener a las masas.

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