Historia

Apartados pero ricos: Así era el oficio de verdugo en la Edad Media

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Ser verdugo en la Edad Media no estaba bien visto

La imagen que nos queda de la Edad Media es la de los caballeros, las princesas, los grandes castillos y la de las guerras a caballo por toda Europa. Pero existían muchos tipos de profesiones en esta época. Una de ellas era la de verdugo que, a pesar de ser odiados y apartados, habitualmente se convertían en hombres ricos.

Lo cierto es que se trata de uno de los oficios más longevos de la historia, más y cuando, si lo pensamos, en todos los momentos ha existido la pena de muerte y el verdugo, sobre todo en la Edad Media, era el ejecutor.

La imagen del verdugo

Cuando actualmente pensamos en un verdugo, irremediablemente pensamos en ese hombre encapuchado, con un enorme hacha y traje negro que habitualmente se manchaba de sangre por sus víctimas.

Pero lo que menos se sabe de estos verdugos es que en su mayoría eran expertos en anatomía. Así lo desveló la revista Live Science en un artículo del año 2019 donde explicaba que estos hombres tenían la capacidad de matar con su ajusticiado en menos de tres golpes.

Igualmente, estos mismos que eran aplaudidos por la muchedumbre durante los ajusticiamientos públicos, eran los mismos que renegaban del verdugo del lugar por su trabajo.

Su trabajo en la Edad Media

Fue la propia sociedad quien reclamó una persona que saciara las ansias de justicia ante los asesinos, ladrones y violadores que poblaban las ciudades medievales.

Estos malhechores y bandidos solían escapar a menudo, por eso en los países europeos quisieron dar ejemplo a cara de todos y con espectáculos de sangre en directo.

Así lo comenta Juan Eslava Galán en su libro ‘Verdugos y torturadores’ de 1991, donde explica que las naciones daban ejemplo a través de estos ajusticiamientos.

Odiados pero ricos

En estos espectáculos, el verdugo tuvo un papel fundamental. En el fragor de las ejecuciones era aclamado por las masas, pero en la vida real, nadie quería a un trabajador de la muerte a su lado.

Se convirtieron en unos apestados. Nadie quería como vecino al verdugo de la ciudad, por eso, habitualmente vivían en las afueras, al mismo nivel que leprosos, prostitutas y enfermos.

Es por esto que en la Inglaterra del siglo XVII se inventó la máscara para preservar el anonimato. Pero no servía de mucho ya que el boca a boca funcionaba al igual que funcionan hoy las redes sociales para expandir noticias.

Por esto, cobraban muy bien por su trabajo para que no lo abandonaran, y en la mayoría de las ocasiones, el oficio pasaba de padres a hijos. A pesar de todo, los verdugos solían ser muy profesionales  y muchos hicieron carrera como una saga de verdugos que duró varias generaciones.

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