El representante de Francia en Eurovisión se desgarra la camisa y llama a la «unión en la música»
El Festival de Eurovisión 2024 está siendo una amalgama de emociones que está mezclando la música, la emoción y, como otro año más, la política. Francia es el país cuyos cantantes saben representar las emociones a través de la música y lo hemos visto en varias ocasiones. Ha sido un duro competidor y volvimos a ver su esencia en 2022 con Bárbara Pravi y su Voilà, el cual nos recordaba a una Edith Piaf moderna. Poco juego nos vale con este país y esperemos que no sea ignorado en las votaciones.
En esta edición 2024, ha vuelto con una propuesta desgarradora, con una voz que va acompañada de emoción. Para hacerse con la victoria, Slimane ha interpretado la canción Mon Amour. El cantante nació en Chelles, Francia, en 1989. Es un cantante, compositor y actor que entró en el mundo de la música muy temprano. Con 13 años comenzó su carrera formando parte de un coro, y poco tiempo después comenzó a participar en concursos televisivos. En 2016 saltó a la fama definitivamente después de su éxito en The Voice: La plus belle voix. A partir de allí, su éxito no ha parado de crecer.
También en 2016 comenzó a publicar sus primeros trabajos como artista independiente. Con su primer álbum, À bout de rêves, consolidó su talento en el panorama de la música francesa. Tres discos y varios trabajos como actor después, Slimane fue elegido como representante de Francia en la 68ª edición del Festival de Eurovisión.
Se trata de una canción muy emotiva en la que Slimane cuenta cómo su relación está en horas bajas pero que todavía hay mucho cariño. El artista canta una especie de carta en la que habla de sentimientos, las emociones humanas y la esperanza en el amor. Siguiendo la estela de su predecesora, Bárbara Pravi, el francés ha presentado una escenografía limpia, basada en blancos y vestida, simplemente, por su voz. La interpretación también ha tenido su lugar en la escenografía y es lo que realmente ha vestido todo.
Slimane y el operador de esa cámara ejecutan una coreografía perfecta que consigue hacer sentir al espectador destinatario de las miradas enamoradas del francés. Sientes desde tu casa que te está cantando a ti, que se ha enamorado sin saber por qué y es inevitable sentirte parte de su conmovedora historia. Te arranca de tu salón y te lleva al escenario de Malmö. En el momento álgido de la canción ha parado un momento su actuación y se ha alejado del micrófono para demostrar que su voz es la mejor arma que tiene. A Capella y a pleno pulmón, ha reproducido la parte más desgarradora de Mon Amour. Su actuación ha terminado con la frase United for Music for love and peace.
Las apuestas los posicionan en octavo lugar, pero las votaciones aún están por decidirse y no se sabe cuál será el resultado final. Aunque Francia no tiene malas calificaciones en el resultado final, sí que es verdad que el Festival de la Canción de Eurovisión no premia mucho a las baladas y han vendido en veces contadas, aunque es verdad que se han convertido en iconos inmortales del festival.
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