De actor a piloto: la sorprendente inversión de Patrick Dempsey que sigue revalorizándose
En su visita a 'El Hormiguero'
Patrick Dempsey ha pisado por primera vez el plato de El Hormiguero con motivo de su visita a España para promocionar una conocida marca de relojes de lujo, que también colabora con el programa de Pablo Motos. Eso ha provocado que el actor haya podido hablar con el presentador valenciano de su vida y su carrera como actor después de papeles tan recordados como el que tuvo en Anatomía de Grey, serie en la que permaneció durante una década y que le dio la fama mundial. El rey de las comedias románticas ha podido contar algunas anécdotas sobre su carrera, pero también sobre su vida fuera de las cámaras, en la que se ha convertido en piloto profesional de coches. Muy relacionado con este deporte, también ha desvelado cuál ha sido su mejor inversión, algo que compró con su primer sueldo y que se sigue revalorizando con el paso de los años.
Su amor se llama Jillian Fink, su mujer desde hace dos décadas, pero su otra pasión son los coches. Está tan metido en el mundo de la competición que durante años tuvo que compaginar los rodajes y las carreras, participando en el Campeonato del Mundo de Resistencia, competición en la que ha coincidido con Fernando Alonso, campeón del mundo de esta categoría en el año 2019. Dempsey también ha tenido incluso su propio equipo, por lo que su relación con este deporte es enorme.
Una de las primeras preguntas de Motos a su invitado ha sido sobre un rumor que corre sobre su vida y que dice que se gastó su primer sueldo importante como actor en comprarse un coche. El actor no ha dudado en confirmarlo con orgullo: «Sí, es cierto. Hace muchos años hice un papel en la comedia romántica Can’t Buy Me Love y mi primer sueldo me lo gasté en un Cabriolet del año 63 que todavía tengo».
«Yo creo que lo compré por 5.000 dólares y ahora vale muchísimo más. Es la mejor inversión que he hecho en mi vida», afirma. Aunque no ha querido dar más detalles, no es el único coche que tiene en su garaje, ya que con el paso de los años tiene una colección envidiable de coches de marcas como Ferrari, Jaguar y Porsche.
Pablo Motos no tiene un gran interés por los coches, tanto que hace mucho que no conduce y hace semanas explicó que un amigo suyo pudo salvarse de la DANA que ha azotado Valencia gracias a que conducía su coche. Por eso ha preguntado a su invitado por la diferencia entre un coche viejo y un clásico.
«Es por el número de unidades que se fabrican, también por el aura icónica que tiene un modelo concreto, la fiabilidad, el disfrute… Es un coche de coleccionista. Hay otros coches más antiguos como un Porsche o cualquier otra marca como esa que mejoran según va pasando el tiempo. Es como el buen vino», así lo ha explicado para que el presentador y los espectadores de El Hormiguero lo entiendan.
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