Gustavo confiesa cómo fueron las últimas horas de María Teresa Campos

El pasado mes de septiembre regresó a la televisión uno de los realities más vistos y populares de la parrilla televisiva española, GH VIP. Tras años de ausencia, Mediaset España volvió ha apostar por el formato que tantas alegrías le ha dado. Un regreso que no quisieron perderse algunas celebridades conocidas de nuestro país y otras que no lo eran tanto, entre ellas, Gustavo.

El que fuera chófer y mano derecha de María Teresa Campos se presentó en el concurso a los pocos días del fallecimiento de la comunicadora. Su paso por Guadalix de la Sierra no estaba dejando indiferente a los espectadores, pero se tuvo que ver interrumpida por una expulsión disciplinaria. Ahora, ha concedido una entrevista donde se ha abierto como nunca.

Gustavo habló aclaró las dudas sobre su relación con las Campos en #GHVIPDBT8 💥 #GHVIP6N https://t.co/GNtNGmvKpm

— Gran Hermano (@ghoficial) November 6, 2023

Tal y como se informa en la entrevista concedida para la revista Semana, el ex chofer de la familia Campos pudo despedirse de María Teresa Campos, pero ella ya no le reconocía. Sobre las críticas que ha recibido por parte las hijas de la comunicadora, se ha mostrado muy sorprendido de que «el entorno televisivo de Carmen y Terelu» sea el que más le ha atacado.

«Me da lo mismo lo que digan de mí, pero siempre habla quien más tiene que callar», destaca. Respecto a la pregunta de si esperó heredar algo por parte de María Teresa Campos, para quién trabajó durante 30 años, lo tuvo claro. «Nunca esperé heredar nada de María Teresa. Pero guardo como un tesoro un reloj que me regaló y tengo unas gafas suyas», admitió.

Por el contrario, las palabras bonitas que tuvo para la comunicadora no las tuvo para Edmundo Arrocet. «Es un manipulador que se cree sus propias mentiras. Nunca me fie de él y se lo dije a Teresa, pero salí escaldado», confesó. «No es cierto que Teresa quisiera casarse con él, jamás se le pasó por la cabeza. Y, aunque él diga lo contrario, Teresa no era celosa, nada. Ni siquiera se enfadaba cuando él desaparecía tres meses sin dar señales», sentenciaba Gustavo.