No es lo que parece: pocos saben que este plato tiene más de 400 años, y aparece en ‘El Quijote’

En El Quijote, Miguel de Cervantes retrata no sólo al caballero andante, sino también su vida cotidiana, alimentación, costumbres rurales y el contexto social de la Castilla del siglo XVII. La novela, considerada una joya literaria universal, ofrece detalles que van desde el humor hasta la crítica social, pasando por referencias culturales y gastronómicas.
Entre los platos citados hay uno que, aunque hoy pueda confundirse con una ensalada de marisco, tiene orígenes humildes y una historia que se remonta a más de cuatro siglos: el salpicón manchego.
Este manjar de aprovechamiento, mencionado con naturalidad en la obra de 1605, sigue presente en las cocinas de Castilla-La Mancha y simboliza una forma de vida, de cocina y de subsistencia que ha sobrevivido al paso del tiempo. ¿Quieres saber cuál es?
Qué es el salpicón manchego, el plato que aparece en El Quijote
Quien hoy escuche «salpicón» podría pensar en una receta veraniega de mariscos, cebolla y pimiento. Pero el que comía Don Quijote era muy distinto. El salpicón manchego es una preparación elaborada a partir de restos de carne cocida, principalmente de un guiso contundente llamado olla podrida.
Esta técnica de reutilización de alimentos era una necesidad diaria en aquella época. Este plato forma parte del recetario tradicional manchego, donde el ingenio popular transformaba sobras en nuevas comidas llenas de sabor.
Origen histórico del salpicón: la olla podrida manchega
El salpicón no puede entenderse sin la olla podrida. Este cocido tradicional de Castilla-La Mancha, con sus numerosas versiones, está formado por estos ingredientes: oreja y pata de cerdo, tocino de cerdo, chorizo, jamón, morcilla, judías pintas, algunas verduras, miga de pan, ajo y sal al gusto.
Este plato, cocido a fuego lento durante horas, ofrece una comida completa para varios días. Una vez disfrutado el guiso, los restos de carne se desmenuzan, se fríen y se mezclan con ingredientes sencillos pero sabrosos: cebolla, vinagre, aceite y, a veces, jamón serrano.
Así nace el salpicón manchego, que se sirve frío y se convierte en una cena ligera o un tentempié nocturno, como el que cenaba este ingenioso hidalgo.
Receta tradicional del salpicón manchego paso a paso
Aunque existen variaciones según la comarca, la receta tradicional incluye estos ingredientes:
- Restos de carne cocida de la olla podrida.
- Jamón curado troceado.
- Cebolla blanca picada fina.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Un chorrito de vinagre.
- Sal al gusto.
La clave está en picar muy fino los ingredientes, combinar los sabores y servirlo frío. Algunas versiones fríen previamente las carnes para añadir textura y potenciar el sabor, convirtiendo el plato en la conocida «ropa vieja» manchega.
Un plato de 400 años con historia y sabor en Castilla-La Mancha
Este plato, que muchos podrían pasar por alto, tiene el privilegio de estar inscrito en la historia de la literatura universal. Su aparición en el primer capítulo de Don Quijote no es casual. Esto refleja el día a día de una sociedad muy ingeniosa.
Aún hoy, en los restaurantes de Castilla-La Mancha, el salpicón manchego se sigue sirviendo, manteniendo vivo un recetario que, como la novela que lo inmortalizó, sigue vigente tras más de 400 años.