Un estudio afirma que comer torreznos todas las semanas es saludable
Comer torreznos todas las semanas es saludable. Esa es la conclusión a la que ha llegado un estudio realizado por la Facultad de Ciencias de la Salud de Soria. Eso sí, el mismo estudio científico recalca que se aconseja un consumo razonable, que podría ser de unos 300 gramos semanales.
El estudio publicado recientemente en la revista científica Food Science & Nutrition deja claro que no se aprecia un aumento de los niveles de colesterol en la muestra estudiada. «La conclusión principal es que, cuando introducimos un producto inicialmente rico en grasas saturadas, como es el torrezno, y siempre que estos hayan sido fritos en aceite de oliva virgen extra, obtenemos un alimento con los ácidos grasos mono insaturados elevados y si además añadimos fibra en el mismo acto alimentario, los efectos cardiovasculares no son negativos», ha resaltado la científica Zoraida Verde.
El estudio, realizado por las profesoras Zoraida Verde, Ana María Fernández Araque y Patricia Romero Marco, está avalado por el Comité de Bioética de la Universidad de Valladolid, cuenta con el apoyo de la Fundación Científica Caja Rural de Soria y además, ha sido elaborado en colaboración con la Asociación de Fabricantes de Torrezno de Soria.
Beneficios de los torreznos
Sorprendentemente, los resultados de este análisis concluyeron que los torreznos, elaborados exclusivamente con la corteza o chicharrón, son más beneficiosos en este aspecto que algunas verduras como la coliflor, las espinacas y las zanahorias.
Los expertos también han destacado que el chicharrón se percibe como una fuente de grasas cardiosaludables
Los expertos también han destacado que el chicharrón se percibe como una fuente de grasas cardiosaludables, ya que contiene niveles elevados de ácido oleico. Este ácido graso monoinsaturado pertenece a la serie omega 9 y se encuentra en aceites vegetales como el aceite de oliva, así como en frutos como el aguacate.
El ácido oleico se clasifica como un tipo de grasa no saturada, lo que comúnmente se conoce como grasa saludable, la cual ayuda a contrarrestar los efectos perjudiciales de la grasa saturada que se acumula en las arterias y puede ser responsable de enfermedades cardiovasculares.
Dentro de las grasas no saturadas, el ácido oleico pertenece al grupo de las monoinsaturadas y es parte del grupo omega 9. Esta grasa es beneficiosa para la salud debido a que se considera altamente antiinflamatoria y ofrece ventajas para el sistema inmunológico, lo que fortalece la capacidad del cuerpo para combatir enfermedades.
La grasa de cerdo contiene ácido oleico, aunque se estima que se encuentra en niveles de alrededor del 30-38%, con una variabilidad considerable dependiendo de la alimentación del animal. En contraste, el aceite de oliva virgen contiene un porcentaje significativamente más alto de ácido oleico, que oscila entre el 70% y el 80%.
«Aunque el papel del ácido oleico en las respuestas inmunes aún es controvertido, la administración de dietas que contengan este componente pueden ayudar a mejorar la respuesta inmune asociada a una eliminación más exitosa de patógenos como bacterias y hongos, al interferir en muchos componentes de este sistema como macrófagos, linfocitos y neutrófilos», detallan los investigadores.
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