La violencia etarra resurge en el País Vasco: ola de disturbios y amenazas con Sánchez abrazado a Bildu
"Mejor muertos" o "exterminio" contra la Ertzaintza y el Gobierno vasco rezan pintadas en Herani


El País Vasco ha amanecido este sábado con pintadas al más puro estilo del acoso callejero que durante décadas impuso la asesina mafia de ETA. Pintadas que incluyen expresamente frases pidiendo el «tiro en la boca», que recuerdan los años en los que los cachorros etarras apuntaban en sus pintadas a objetivos a los que luego asesinaba la banda. Lo de este sábado no es un hecho aislado, como han advertido desde el PP mientras Bildu calla con complacencia y el PSOE de Sánchez se abraza a los herederos de ETA, aupados por el presidente del Gobierno como socios parlamentarios de referencia para mantenerse en La Moncloa.
Las pintadas de este sábado se suman a las que han proliferado en las últimas semanas y a los actos violentos que órbitas callejeras proetarras han protagonizado desde mayo. Incidentes que encuentran espacio en municipios gobernados por Bildu.
Estas últimas pintadas han aparecido en Hernani, pero los incidentes en esta localidad y en otras con fuerte presencia proetarra van en especial escalada desde mayo.
En el frontón de Hernani quienes aparecen en la diana son la Ertzaintza y al Gobierno Vasco. En concreto, al consejero de Seguridad, Bingen Zuripia, del PNV. En esas proclamas amenazantes se habla del «tiro en la boca» contra ellos, se indica que estarían «mejor muertos» y abogan por su «exterminio».
Los hechos se producen apenas unas semanas después de que, también en Hernani, 200 radicales intentaran el linchamiento de un magrebí al grito de «¡Gora ETA militarra!». Hernani fue, durante décadas, un nido de etarras, un bastión en el que imponían la dictadura del terror y del silencio. Ahora, en Hernani gobierna Bildu.
También al más puro estilo de los etarras, a sus objetivos les dedican los clásicos insultos de «zipaios» -cipayos- y de «txakurras» -perros-. A Bingen Zuripia le definen como «dueño» de esos «zipaios» que para los radicales integran la policía vasca.
Desde el Gobierno central, por su parte, se opta por el silencio ante esta preocupante escalada de las amenazas y del envalontamiento callejero inspirada en la dictadura del terror etarra. Nadie del entorno de Pedro Sánchez ha salido a denunciar los hechos. Quien sí lo ha hecho ha sido el PP vasco, que ha exigido el «apoyo político unánime» a la Ertzaintza, más aún cuando los ataques de los que están siendo objeto se están produciendo en localidades gobernadas por Bildu.
Por su parte, la diputada peneuvista Eider Mendoza ha denunciado los incidentes, pero sin aludir a la inspiración etarra de lo ocurrido. Ha apelado a través de sus redes sociales a la «responsabilidad» de todos los ciudadanos para que este tipo de mensajes de odio «no se normalicen», «viendo la deriva que están tomando» en las últimas semanas.
Ola de violencia
Lo cierto es que en el País Vasco se vienen produciendo episodios similares de violencia verbal e incluso física. En las fiestas de Beasain celebradas el pasado mes de mayo, los proetarras impusieron su autoridad a pie de calle al expulsar de una zona controlada por ellos a dos policías municipales. Estaban de servicio, iban de paisano. Eran unos ciudadanos más que callejeaban disfrutando de las fiestas. Pero los proetarras, cuando los avistaron y alguien los identificó como miembros de la policía municipal, arremetieron contra ellos hasta el punto de echarlos de esa parte del municipio en el que estaban instaladas las txoznas (casetas festivas) controladas por las órbitas proetarras y bildutarras.
El Ayuntamiento de Beasain, del que es alcaldesa Leire Artola, del PNV, lanzó un manifiesto de condena por lo ocurrido. Bildu se negó a suscribirlo.
En Hernani, en las fiestas San Juan de finales de junio, cerca de 200 personas cargaron contra los agentes de la Ertzaintza y la Policía Local de este enclave por escoltar en el Ayuntamiento a un joven magrebí al que querían dar una paliza. Los incidentes llevaron además a un grupo a intentar asaltar el Departamento de Seguridad vasco bajo gritos en favor de ETA.
Más recientemente, en la localidad también guipuzcoana de Apeitia, la Ertzaintza interceptó a un joven realizando una pintada de ACAB en la que hablaba de que «todos los policías son unos bastardos» en un contenedor. Una vez detenido, un grupo de jóvenes se presentaron en la comisaría a pedirles explicaciones y el encuentro se saldó con agentes heridos y el robo de material policial.
Presos etarras
Covite, asociación de víctimas del terrorismo, ha denunciado hace unos días, coincidiendo con la celebración del chupinazo de las fiestas de Rentería, la exposición de una pancarta solicitando la excarcelación del etarra Jesús María Echeverría, alias Goierri.
El que fuera miembro de la banda terrorista ETA, recuerdan en Covite fue responsable del asesinato, en el año 2002, del guardia civil Antonio Molina. En el atentado de un coche bomba, dejó además herido e incapacitado de por vida al agente Juan Aguilar Osuna.
Los terroristas, recuerdan desde la asociación, llevaban un coche cargado de explosivos que pensaban colocar en centros comerciales de Madrid. «Exigir su libertad en un acto festivo es una ofensa a las víctimas del terrorismo», han señalado desde Covite.
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