Todo un barrio de Las Palmas se echa a la calle contra Sánchez por los altercados con inmigrantes
Pancartas contra el presidente del Gobierno Pedro Sánchez llaman a la desobediencia de “leyes injustas” en referencia a la presión que sufren por la desmesurada llegada de inmigrantes ilegales
«Pedro Sánchez, corrupto. No hay cama pa tanta gente. Las Rehoyas». Lo venían anunciando a través de diferentes redes sociales y el Cuerpo Nacional de Policía estaba al tanto. El humilde barrio de Las Rehoyas en Las Palmas de Gran Canaria viene semanas sufriendo en primera persona a esa minoría de inmigrantes ilegales que están recurriendo a la delincuencia como modo de vida toda vez que la gestión de los ministerios de Interior y Migraciones los ha dejado a su suerte deambulando por diferentes lugares de las Islas Canarias, sobre todo en Gran Canaria. Todo aquel inmigrante que no ha tenido la oportunidad de seguir su viaje hacia la Península o hacia otros países de Europa se ha quedado sin oficio ni beneficio en el limbo de los campamentos y hoteles subvencionados por la cartera de José Luis Escrivá y la ineficacia de Fernando Grande-Marlaska, incapaz de devolverlos a sus países de origen.
En las últimas semanas se han disparado los casos de violencia entre los propios inmigrantes ilegales, episodios de robos y daños a la propiedad privada como los asaltos a restaurantes que permanecen cerrados por la situación de pandemia y altercados con y contra policías y guardias civiles. Sin embargo, en los últimos 10 días ha habido una escalada de hechos violentos en uno de los lugares menos apropiados de Las Palmas de Gran Canaria, en Las Rehoyas, un barrio humilde y conflictivo de los que parece buena idea esquivar, pero hasta el que poco a poco han ido acercándose inmigrantes ilegales, sobre todo los más jóvenes, con ánimo de delinquir. Mala idea.
El primer incidente reseñable como grave se produjo el pasado día 22. Un joven vecino de la barriada de Las Rehoyas recibió una puñalada en el pecho. Según su relato, tres jóvenes inmigrantes se le acercaron cuando él estaba con su hija de dos años en un parque infantil. Apenas hubo discusión. Recibió un pinchazo en el pecho antes de que los tres agresores huyeran corriendo. Otro vecino trató de intervenir y también resultó herido. Según el joven agredido pretendían robarle el teléfono móvil.
Paliza por un apuñalamiento
Este acontecimiento desencadenó en una escalada de agresiones en el barrio que ya se había contagiado desde días atrás del sentimiento de rechazo generado por la creciente presencia de inmigrantes ilegales protagonistas de hechos delictivos en la isla. Lamentablemente, tal y como contó OKDIARIO, los ánimos caldeados de la masa se han podido cobrar más de una víctima que nada haya tenido que ver con los delitos de los que se queja el barrio. La Policía Nacional salvó literalmente a un inmigrante de ser linchado por una turba. Lo apartaron de los vecinos que lo agredían, pero en su cara podía apreciarse una visible contusión. Los que le pegaron lo culpaban del apuñalamiento al vecino del parque.
¿Y qué provocó esa agresión? Pues que cuatro personas de origen magrebí acudieran al barrio horas más tarde para ajustar cuentas y que los cuatro salieran del barrio tan rápido como habían llegado ante la resistencia opuesta por un grupo de vecinos que les plantó cara. Y así han pasado los días en esta zona deprimida de Las Palmas, sin que no haya habido ni una jornada en la que no haya habido un incidente reseñable. De hecho, los refuerzos policiales enviados por Interior a Gran Canaria para controlar la llegada de inmigrantes ilegales han visto derivado su cometido original a cumplir labores de Seguridad Ciudadana en barrios del sur de la isla donde el clima contra los inmigrantes crece y se manifiesta de manera especialmente hostil.
De hecho, uno de los lamentos de los vecinos que se han manifestado en las Rehoyas va en esa dirección: denuncian que al final los policías que habían ido a Canarias a gestionar la crisis migratoria lo que estaban haciendo es controlar las protestas vecinales de los canarios. OKDIARIO ha consultado a fuentes policiales que han formado estos dispositivos y por el momento se ven capaces de gestionar los ánimos vecinales por el bien de los propios habitantes de esos barrios y también de los inmigrantes ilegales.
Pero esas mismas fuentes aseguran a este diario que temen que esto sólo sea el principio. En las Rehoyas una de las pancartas que colgaron ayer los vecinos da la razón a la preocupación policial: “Cuando una ley es injusta, lo correcto es desobedecer”. En absoluto puede serlo, pero esto es lo que se consigue cuando en lugar de resolver la mayor oleada de inmigración ilegal se esconde debajo de la alfombra de los barrios humildes del sur de Gran Canaria.