Tardà se pone melodramático en su visita a Junqueras y Forn: «Camino de Estremera con el corazón encogido»
El diputado de ERC, Joan Tardà, ha visitado este sábado a los golpistas Oriol Junqueras y Joaquim Forn en la cárcel de Estremera, donde están presos por orden del Tribunal Supremo por su participación en el golpe de Estado del 1-O.
Camino de la prisión madrileña, Tardà ha compartido varios tuits en tono melodramático. «Camino de Estremera con el corazón tan encogido como cargado de emoción», decía el diputado de ERC, que añadía, que iba a transmitir a los golpistas presos mensajes de apoyo «y rebosantes de cariño».
Camí d’Estremera amb el cor tan encongit com carregat d’emoció i de missatges de suport per al nostre @junqueras. I sobreeixits d’estima per a la resta de companys empresonats @quimforn @jordisanchezp i Jordi Cuxart. La solidaritat serà sempre nostra!
— Joan Tardà i Coma (@JoanTarda) December 30, 2017
Tras la visita a los presos, Tardà ha vuelto a compartir con sus seguidores lo ocurrido entre los muros de la prisión de Estremera. «Hemos saludado a Quim Forn y hemos hablado con Oriol Junqueras y les hemos transmitido una reflexión: ‘Cataluña, un solo pueblo’», decía en otro mensaje de Twitter
Sortim d’Estremera. Hem saludat @quimforn (salut, Quim!) i hem parlat amb @junqueras i ens transmet una reflexió: “Catalunya un sol poble”.
— Joan Tardà i Coma (@JoanTarda) December 30, 2017
Oriol Junqueras, Joaquim Forn, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart se encuentran en prisión desde el pasado 4 de diciembre. El juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena decía en un auto mantener en prisión a los cuatro golpistas por contribuir a que surgieran explosiones violentas en las calles y por la posibilidad de que pudieran reincidir.
El magistrado aseguraba que la aportación de los cuatro encarcelados al ‘procés’ podría suponer que, si salieran de prisión, se reprodujeran los hechos violentos, como el asedio a una comisión judicial y a varios guardias civiles que realizaban un registro en la sede de Hacienda de Barcelona. Miles de personas bloquearon su salida, destrozaron los tres coches de la Guardia Civil e incluso, llegaron a coger material antidisturbios y las armas largas que portaban los agentes de la Benemérita en sus vehículos. Este último incidente –las armas salieron de los coches pero se devolvieron inmediatamente– está considerado como uno de los más graves dentro la investigación llevada a cabo por el Tribunal Supremo.