Sumar rabia con el discurso del Rey: «Ha sido decepcionante y derechizado»
Felipe VI pidió "serenidad" en su discurso ante la "contienda política atronadora"
Sumar ha tachado de «decepcionante» el discurso del Rey en el que llama a recuperar la convivencia ante una «contienda política atronadora», además de defender la Constitución.
«El discurso del Rey ha sido un discurso decepcionante y derechizado. La DANA no fue un problema de coordinación entre administraciones, sino de negacionismo climático y negligencia política. Señalar a la migración como problema es grave. No mencionar la violencia machista o las agresiones sexuales lo es más», ha señalado el partido de Yolanda Díaz.
Además, han criticado que el Rey haya mencionado la vivienda como uno de los principales problemas sin hablar de «una sola de las demandas de las movilizaciones de estos meses» y que, en su opinión, se haya centrado en el rentismo. «Lo que hace falta es parar la especulación», clama la formación.
Por último, Sumar concluye que Felipe VI tampoco ha hecho mención al genocidio palestino, a la guerra de Ucrania o a la crisis climática. «Un discurso encerrado en un paradigma, el del 78, que ya no le dice nada a casi nadie. Menos aún a la gente más joven», sentencia la formación.
Discurso de Felipe VI
El Rey aprovechó su discurso de Navidad para hacer un llamamiento al diálogo y el consenso a la clase política española.
En su alocución, Felipe VI avisó de que la contienda política en ocasiones «atronadora» no debe impedir escuchar la «demanda de serenidad» de la ciudadanía e instó a seguir cultivando el espíritu de concordia de la Constitución de 1978.
Don Felipe reivindicó la urgencia de anteponer el bien común «por encima de las eventuales divergencias y desencuentros». Es algo que tanto la Reina Letizia como él han «podido constatar y valorar aún más a lo largo de esta década de reinado», destacó.
«Es responsabilidad de todas las instituciones que esa noción del bien común se siga reflejando con claridad en cualquier discurso o cualquier decisión política», prosiguió Felipe VI.
El Rey se erigió además como garante de la Constitución en un momento en que desde el Gobierno y sus socios tratan de erosionarla.
En este sentido, avisó que el «pacto de convivencia» que supone la Constitución «se protege dialogando» e incidió en que «ese diálogo, con altura y generosidad, debe siempre nutrir la definición de la voluntad común y la acción del Estado».
Por eso, advirtió el Rey dirigiéndose expresamente a la clase política, «es necesario que la contienda política, legítima, pero en ocasiones atronadora, no impida escuchar una demanda aún más clamorosa: una demanda de serenidad».
Felipe VI hizo mención en su intervención a dos de los temas que más preocupan a los españoles: la gestión de la inmigración y las dificultades en el acceso a la vivienda.
En el primer caso, señaló que el fenómeno migratorio es «complejo y de una gran sensibilidad social».
«Sin los movimientos de población a lo largo de la historia no podrían explicarse las sociedades del presente», destacó, pero «sin la gestión adecuada», los movimientos migratorios pueden degenerar «en tensiones que erosionen la cohesión social».
El Rey defendió la necesidad de integrar a los inmigrantes, de que estos respeten también «las leyes y normas básicas de convivencia y civismo» al tiempo que se reconoce su dignidad como seres humanos «sin olvidar nunca la firmeza que requiere la lucha contra las redes y las mafias que trafican con personas».
«La manera en la que seamos capaces de abordar la inmigración», avisó, «dirá mucho en el futuro sobre nuestros principios y la calidad de nuestra democracia».