Las seis chapuzas del plebiscito del casoplón que calla el inquisidor Echenique
La consulta organizada por la dirección de Podemos sobre la continuidad de Pablo Iglesias e Irene Montero tras la compra de su casoplón en Galapagar -revelada en exclusiva por LOOK de OKDIARIO- presenta una serie de lagunas que hacen que este plebiscito carezca de fiabilidad alguna. OKDIARIO desgrana aquí las grietas detectadas en este sistema de votación pilotado directamente por la secretaría de Organización de Pablo Echenique, quien atacó este miércoles a este medio de la siguiente forma: «Hoy el sicario de las cloacas Eduardo Inda publica que ha votado 8 veces para echar a Pablo Iglesias e Irene Montero. El pobre idiota no sabe que nuestro sistema permite cambiar la opción de voto, y por tanto, sólo cuenta el último voto de cada persona». Ésta es la respuesta a Echenique con los puntos negros de su instrumento:
1. Ninguna consulta con un mínimo de garantías permite cambiar la opción de voto. En una votación orquestada para llevarse a cabo durante cinco días, Podemos da posibilidad a los inscritos de cambiar su sentido del voto. Con el aparato del partido, controlado por el núcleo duro de Iglesias, haciendo campaña favor de su continuidad, la presión sobre las bases para que elijan esta opción es manifiesta, adulterando así el proceso y despojándolo de la neutralidad debida.
2. Cada inscrito puede votar las veces que quiera siempre que elija la misma respuesta. Sin embargo, le sale «error» si cambia de opinión. En este plebiscito hay dos posibles opciones a la pregunta “¿Consideras que Pablo Iglesias e Irene Montero deben seguir al frente de la secretaría general de Podemos y de la portavocía parlamentaria?”: se puede escoger una casilla (“Sí, deben seguir”) u otra (“No, deben dimitir de la secretaría general y de la portavocía y dejar el acta de diputados”). Si el militante se inclina siempre por la misma respuesta, puede votar de manera ilimitada hasta las 14 horas del próximo domingo.
Sin embargo, si altera su sentido del voto, la cosa cambia. OKDIARIO ha podido comprobar que tras emitir múltiples votos con distinto sentido (sí y no alternativamente) aparece al inscrito una pantalla de «error» con el siguiente texto: “Oops. Ocurrió algo inesperado. Ocurrió el siguiente problema (identificador generic): No se puedo registrar el voto, debido a que lo has cambiado demasiadas veces en esta votación. Por lo tanto, el último voto que hayas emitido es el que queda registrado. En caso de que creas que debes contactar con nosotros, puedes hacerlo enviándonos un email”. No se especifica a qué dirección de correo.
De este modo, el sistema sólo advierte al inscrito de que únicamente su último voto es el válido cuando «has cambiado demasiadas veces» su sentido. Sin embargo, la herramienta en ningún momento impide dejar de emitir votos, por ejemplo, con una frase del tipo: «Has votado demasiadas veces». ¿Por qué no se permite seguir cambiando de voto hasta el mismo domingo? Ahora mismo sólo sale el aviso «error» tras modificar el sentido del voto unas pocas veces
3. Dudas sobre el «cifrado» y el «anonimizado». Si cada voto, según la plataforma, es «cifrado» para que «nadie pueda saber qué opciones escogiste», por qué detecta el sistema que un inscrito ha cambiado el sentido de voto «demasiadas veces». Es también llamativo que la página de votación diga que tras la emisión del voto éste, con independencia del cifrado, pasa a ser anónimo, pero luego se sepa a quién pertenece, no dejándole al inscrito cambiar muchas veces su sentido del voto (sí/no). Con el «anonimizado», según la página de votación, se busca que «el recuento no revele el sentido de tu voto».
4. ¿Por qué hay que fiarse del recuento en tales condiciones? Cada voto realizado emite una papeleta «registrada correctamente» y localizable que va destinada a la urna electrónica. ¿Quién garantiza que en el recuento no se cuenten todas las papeletas emitidas por un mismo inscrito? OKDIARIO ha podido encontrar, por ejemplo, dos papeletas de un mismo militante. Tras sendos votos, el mensaje que ha recibido el inscrito ha sido: «Enhorabuena, has emitido correctamente tu voto y queda custodiado por la urna electrónica». Por tanto, hay posibilidad de que un único inscrito emita un número ilimitado de papeletas -con sus respectivos votos en el mismo sentido- que luego pueden ser utilizadas para cualquier fin y en función de unos intereses determinados.
5. No hay una auditoría externa. Los datos de la consulta realizada técnicamente por Agora Voting son auditados por colaboradores de la secretaria de Organización de Pablo Echenique. Para ello han recibido una breve formación al respecto pagada por el partido. Echenique se convierte así en juez y parte. Tras el Congreso de Vistalegre II, celebrado en febrero de 2017, la empresa OpenKratio dejó de auditar consultas para Podemos puesto que la nueva dirección de Pablo Iglesias no aceptó las mejoras propuestas por dicha firma para revolver una serie de problemáticas que albergaban estos procesos.
Ante la abstención que promueven los críticos, la implicación de la secretaría de Echenique es tal que ha pedido a las bases que instalen puntos de votación a pie de calle o dentro de las sedes del partido para ‘salvar’ a Iglesias y Montero. Mesas de votación con un ordenador en las que habrá un responsable encargado de informar de todo el proceso al equipo de Echenique. ¿Y el voto secreto? ¿Dónde queda? ¿Y las coacciones a pie de urna por parte de cargos del aparato? De eso no dice nada el número tres de Podemos. La sombra del pucherazo le persigue.
6. La dirección del partido no es neutral. La empresa Openkratio, el auditor que dejó de supervisar las consultas de Podemos tras Vistalegre II, hizo esta crítica sobre aquellas primarias en un informe remitido a la cúpula de Iglesias: «Comunicaciones orgánicas no neutrales. No todas las candidaturas estaban igualmente representadas desde los canales de comunicación oficial de Podemos».
Y así se ha podido observar también durante los últimos días en el plebiscito convocado por los líderes de Podemos, donde los miembros de la dirección morada han avasallado a la militancia con infinidad de mensajes para que Iglesias y Montero no pierdan su trono. Desde la petición del voto del ‘sí’ hasta listas de consejos que la cúpula del partido difunde para que sus seguidores hagan campaña propia a favor de la pareja.