Un sector del PNV plantea exigir a Rajoy acercamiento de presos, la Seguridad Social y más transferencias


Un sector de PNV plantea exigir a Rajoy acercamiento de presos, ruptura de la Seguridad Social y más transferencias. Se trataría de un plan B en caso de que Rajoy se atrinchere y no acepte la dimisión exigido por el conjunto del PNV a cambio de bloquear la moción de censura de Pedro Sánchez y apuntalar en el Gobierno al PP.
El PNV ha pedido ya a Mariano Rajoy un gesto político para tumbar la moción: su dimisión. Pero un sector proclive a buscar una solución menos traumática ha propuesto abrir un plan B: el de un fuerte incremento de cesiones al País Vasco. Entre ellas, el acercamiento de los presos etarras, la ruptura de la caja única de la Seguridad Social y un aumento de las transferencias –entre las que se encontraría la competencia plena en materia penitenciaria–.
Los nacionalistas vascos están dispuestos a evitar la inestabilidad de un cambio traumático de Gobierno que lleve el poder a una unión de socialistas y podemitas, pero no a asumir en solitario el sacrificio que le puede suponer presentarse ante sus votantes como los defensores del mismo Rajoy que ha aplicado el 155 y es el líder de un partido sentenciado por la Gürtel. Por ello, el PNV ha planteado que Rajoy dé un paso a un lado. Que se orqueste después una investidura pactada y que se dé paso a una persona no tocada por ningún caso de corrupción, previsiblemente, Soraya Sáenz de Santamaría.
Pero un determinado sector es consciente de la resistencia que esta exigencia va a encontrar en el presidente del Gobierno. Y, por ello, pretende abrir una vía de negociación adicional más suave para el jefe del Ejecutivo, pero más lucrativa para PNV: el de arrancar un buen puñado de exigencias políticas claves para los nacionalistas.
Maniobra de emergencia
Se trata de la maniobra de emergencia para evitar que el poder acabe en manos de la izquierda y que el esquema de confianza europea en nuestra economía salte por los aires. Argumentos que comparten Íñigo Urkullu y Andoni Ortuzar desde el PNV, pero no hasta el punto de estar dispuestos a destrozarse políticamente por ello.
Así, desde la formación Jeltzale defienden que el impacto que tendría su partido en unas elecciones municipales y en las futuras autonómicas sería enorme en caso de respaldar sin claros argumentos políticos a Rajoy. Afirman que entre sus bases la imagen del presidente del Gobierno es pésima y que la sentencia de Gürtel no ha hecho más que empeorar esa valoración.
Los nacionalistas vascos saben que el gesto de un paso al lado de Rajoy cambiaría la situación. La llegada de otra persona les permitiría exhibir un triunfo político ante sus bases y, por lo tanto, reducir la pérdida electoral en su propia base de voto territorial.
Y, en caso de que no sea así, según el citado sector minoritario, por lo menos, poder ofrecer la llegada de los presos, el control de la Seguridad Social vasca y, además, un avance hacia el autogobierno pleno con más transferencias de competencias.
La idea debería ser, por lo tanto, aceptada por Rajoy, quien tendría que aceptar su dimisión y la preparación de todo un proceso de transición hacia una persona sin implicación en casos de corrupción. O, en el plan B, preparar de urgencia el compromiso de aplicación de todas estas medidas.
La figura elegida en caso de dimisión sería Soraya Sáenz de Santamaría, una persona que no supondría problemas para ser aceptada por los nacionalistas vascos y que, además, tras encabezar las negociaciones en Cataluña, tampoco cuenta con especiales trabas por parte de los separatistas catalanes.