Sanidad contempla mezclar vacunas pese a que no se ha hecho ningún estudio experimental en humanos
El Ministerio de Sanidad se cubre la espalda de cara a futuros episodios de desabastecimiento de vacunas y considera «razonable» la posibilidad de que algunas personas reciban dos dosis de vacunas antiCovid de diferentes laboratorios en algunas situaciones. Lo hace pese a que reconoce que no hay evidencias científicas que avalen esta posibilidad, que ni siquiera ha sido probada de forma experimental en seres humanos. Hasta el momento tan sólo se han hecho test en animales, y el único estudio en personas planteado aún está esperando la autorización de Reino Unido para iniciarse.
«En circunstancias excepcionales en las que una persona haya iniciado la vacunación con una vacuna que ya no estuviera disponible en el lugar de vacunación durante un plazo adecuado, o si no se conoce qué producto concreto se ha usado en la primera dosis, se considera razonable completar la vacunación con el producto disponible en el punto de vacunación en ese momento», asegura Sanidad en un reciente documento del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud que incluye la guía técnica para los profesionales que inoculen la vacuna de AstraZeneca. La impulsada por la Universidad de Oxford y que está dando serios quebraderos de cabeza a las autoridades sanitarias.
Sanidad se abre así a esa posibilidad de intercambiar dosis pese a que unas líneas más arriba, en el mismo documento, asegura que no hay evidencias científicas que avalen el uso de diferentes vacunas frente al Covid, ni siquiera entre aquellas con el «mismo mecanismo de acción». «Las pautas deben completarse con la misma vacuna aplicada en las primeras dosis». Sin embargo, pese a esta categórica afirmación, se incluye la letra pequeña: en «circunstancias excepcionales» si se contemplará esta práctica.
Cuando no haya vacunas
De esta forma, el Gobierno admite la posibilidad de ese intercambio «excepcional» de dosis cuando la vacuna de la primera dosis no estuviese disponible en el lugar para inocular la segunda. Algo que puede ocurrir con determinada frecuencia a la vista de las interrupciones en el suministro que se han venido registrando en las últimas semanas.
Además, según refleja este documento, se podrá aplicar también a aquellas personas que desconozcan -tanto ellas como los sanitarios- cuál fue la primera dosis que se le inoculó. Una situación del todo irregular, ya que todas las vacunaciones quedan grabadas en una base de datos en la que se identifica nombre y apellidos de la persona que recibe la dosis, la marca de la dosis, fecha y contraindicaciones detectadas.
Sanidad advierte de que esta técnica se aplicará «especialmente si es probable que la persona pueda exponerse a un alto riesgo de infección o si es poco probable que se pueda volver a captar para otra ocasión»
«En esas circunstancias, si ambas vacunas están basadas en la proteína S del SARS-CoV-2, es muy probable que la segunda dosis refuerce la respuesta a la primera dosis», explica Sanidad. Pero lo cierto es que, pese a que Sanidad lo califica de «muy probables» esos supuestos efectos beneficiosos, no hay ni un sólo estudio a nivel mundial que haya probado los efectos del uso de dos vacunas del Covid de diferente laboratorio en un ser humano ni las contraindicaciones o peligros derivados de esto.
Sin estudios científicos
El uso de vacunas diferentes tan sólo se ha probado hasta el momento en animales. En Reino Unido, científicos de la Universidad de Oxford han obtenido la autorización y financiación del Gobierno británico para realizar una prueba experimental en humanos. A los participantes se les inoculará una dosis de AstraZeneca y una segunda vacuna de Pfizer. Según su hipótesis, la combinación de ambas podría aumentar incluso la efectividad del medicamento. Sin embargo, se desconocen los efectos perjudiciales que podría tener.
Este estudio pionero, del que no hay precedentes, utilizará a 800 voluntarios y sus resultados preliminares podrían conocerse este verano. Sin embargo, el experimento completo tendrá una duración de 13 meses, en los que se probarán todas las combinaciones posibles de las principales marcas de vacunas que hay en el mercado.
Según aseguraron los impulsores de este estudio durante su presentación, «dados los desafíos inevitables de inmunizar a un gran número de la población contra el Covid-19 y las posibles limitaciones de suministro global, existen claras ventajas de tener datos que podrían respaldar un programa de inmunización más flexible, si fuera necesario».
AstraZeneca y la Policía
La vacuna británica de AstraZeneca está siendo especialmente problemática. Pese a que los viales están preparados para mantenerse a temperaturas de entre 2 y 8 grados centígrados, facilitando enormemente la logística, los efectos adversos detectados entre quienes la reciben están provocando serios quebraderos de cabeza.
Así está ocurriendo entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que son quienes mayoritariamente la están recibiendo estos días junto a militares y bomberos. La vacuna les deja prácticamente inoperativos por sus reacciones, e incluso se están produciendo bajas médicas entre los agentes.