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Sánchez a sus ministros: «No habrá adelanto electoral, vamos hasta el final»

Pedro Sánchez
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. (EP)
Carlos Cuesta

Pedro Sánchez ha hablado con sus ministros por los rumores de adelanto electoral. Y el mensaje ha sido contundente: “No se adelantan las generales. Vamos hasta el final de la legislatura”.

El mensaje del presidente del Gobierno se ha reforzado en las últimas reuniones con sus ministros. Y la idea es sencilla. Según Sánchez y sus asesores más cercanos, el PSOE necesita tiempo para ir escalando en las encuestas hasta el punto de estar claramente por delante de Podemos y, sobre todo, de poder establecer un panorama de alianzas electorales más cómodo que el actual, sin depender de los separatistas de una forma tan extrema.

Sánchez ha salido al paso, de este modo, de los rumores constantes sobre adelanto electoral que circulan en su propio partido. El más avanzado de esos rumores ha sonado este verano apuntando a un adelanto de las generales con el propósito de hacer coincidir esa votación con las andaluzas, que también podrían adelantarse para celebrarse al cierre de octubre o inicio de noviembre, según las fechas que se barajan. Sánchez fue tajante: no habrá ese adelanto electoral.

Los socialistas creen que el tiempo les puede dar la razón. Que poco a poco irán desarticulando la fuerza y protagonismo de Podemos en materia de reivindicaciones sociales y que el avance de Pablo Casado en el centro derecha ayudará a caminar hacia un bipartidismo más fuerte.

Pero en el Partido Socialista todos son conscientes de que el camino está siendo más duro de lo previsto inicialmente por ellos. Para empezar el desafío golpista catalán está provocando un claro desgaste del Gobierno de Sánchez, tal y como ha demostrado ya la corrección de urgencia de la postura del Ejecutivo frente al ataque judicial sufrido por el juez Llarena. Si un día no querían ni oír hablar de defenderle, 24 horas después anunciaban su defensa jurídica.

La situación económica tampoco ayuda a los socialistas. El debilitamiento incipiente de la actividad está forzando al Ejecutivo de Sánchez a tener que buscar ingresos adicionales por medio de subidas de impuestos con el fin de poder mantener su programa de aumento de gasto. Y los globos sonda lanzados sobre subidas de cotizaciones e impuestos ya les están costando un duro debate en la sociedad.

El acercamiento de presos, la corrección evidente impuesta por Europa en materia migratoria y el escándalo de los enchufes de la mujer del presidente, se suman a una larga lista de problemas con los que Sánchez no contaba.

Su propósito está claro: aguantar hasta 2020 sin anticipar elecciones. El mensaje a sus ministros es ese. Ahora está por ver que se pueda cumplir.
De hecho, la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, acaba de señalar que “sinceramente” cree que hay “una posibilidad” de continuar la legislatura con los socialistas en el Gobierno y que esta pasa por la aprobación de los Presupuestos de 2019 que permitan “seguir en la línea” de las políticas en las que “ya está” inmerso el Ejecutivo de Sánchez.

Dicho de otra manera, que pese al objetivo inicial de su Gobierno, si sus aliados de moción de censura no facilitan la aprobación de los Presupuestos nadie puede garantizar que el presidente no modifique su criterio para pasar a preferir un adelanto electoral.

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