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Sánchez ordena al PSOE que sus mítines para las europeas sean en recinto cerrado para evitar abucheos

Sánchez mítines
Joan Guirado

El miedo a abucheos en sus actos públicos ha llevado a Pedro Sánchez a exigir que los mítines de la campaña europea en los que participe él, un total de cinco, sean a puerta cerrada. Para garantizar que no se cuelan personas en contra del ideario sanchista y evitar manifestaciones como ha ocurrido con anterioridad. Lo mismo ocurrió en la campaña catalana. Pese a que los termómetros, en ambos casos, superaban los treinta grados.

El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE tiene previsto  participar en cinco actos junto a la candidata socialista, Teresa Ribera, durante estas dos semanas de campaña. Dos de ellos fueron en Valencia y Sevilla, ambos a puerta cerrada. El resto serán el 1 de junio en Valladolid, el 5 de junio en Málaga y el 7 cerrará la campaña en Madrid.

Fuentes del PSOE confirman que se han organizado los actos en los que participará Sánchez en función de su agenda presidencial. Sin descartar que pudiera aparecer en alguno más si su actividad diaria se lo permite y los sondeos lo requieren. En Ferraz hablan de que, a día de hoy, «las cosas están muy ajustadas» con el PP, que «sigue ligeramente por delante».

De esta forma se evidencia, aunque Moncloa lo quiera maquillar, que Sánchez tiene problemas para salir a la calle de forma tranquila sin recibir reproches. La última vez que lo hizo fue en la Feria de Abril de Barcelona, el día después de comunicar que seguiría al frente del Gobierno. Por eso, llegó a la carpa del PSC sin previo aviso y con todo organizado para recibir un baño de masas de los propios afiliados y altos cargos del partido.

La campaña del PSOE

Los socialistas han diseñado una campaña con más de 800 actos, según precisan fuentes de Ferraz. En ella, movilizarán a todos los integrantes de la lista a las elecciones al Parlamento Europeo, los miembros de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE y también varios ministros del Ejecutivo. Los mitines de Sánchez serán los únicos que se celebrarán en recintos cerrados y bajo control de acceso.

La candidata Ribera tendrá una agenda intensa, participará en una veintena de actos en total, y visitará buena parte de las federaciones del PSOE. Este primer fin de semana de campaña estuvo en Andalucía, en Tenerife y en Las Palmas. Todos esos actos serán sin Sánchez, y sí serán en exterior, o sea, accesibles para cualquiera.

Además de Sánchez, el otro gran protagonista en la campaña será el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que también se involucrará a fondo. Estuvo en la apertura en Valencia y estará en el cierre y en otros actos en León, Comunidad Valenciana y Granada. A su vez, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, tiene confirmados ya siete actos.

También está previsto que acuda a Madrid durante la campaña el candidato de los socialistas y demócratas a presidir la Comisión Europea, el luxemburgués Nicolas Schmit.

5.000 voluntarios en mítines

El PSOE cuenta con 5.000 voluntarios para acompañar a los candidatos en los actos y además incrementará su actividad en las redes sociales para superar los «100 millones de impactos» que alcanzaron en las generales del 23 de julio, según indican.

Los socialistas tratan de explotar en esta campaña el perfil de Ribera, vinculado a la transición ecológica y con predicamento en Bruselas, según defienden en Ferraz, donde destacan su papel en la negociación de la solución ibérica para reducir el precio del gas en España y combatir la inflación.

Sostienen además que Ribera fue la primera dirigente europea que empezó a hablar en la capital comunitaria de fijar impuestos a las compañías energéticas, que habían logrado beneficios extraordinarios provocados por la guerra de Ucrania.

Por otro lado, como han venido haciendo ya estos primeros días, los socialistas desplegarán un discurso de alerta ante el ascenso de la «ultraderecha», que a su juicio ejemplifica la reunión organizada por Vox en Madrid hace dos semanas.

Allí estuvieron varios líderes, entre ellos el presidente de Argentina, Javier Milei, cuyas palabras contra la mujer de Sánchez han desembocado en un conflicto diplomático entre los dos Estados que es probable que siga presente durante la campaña.

Los socialistas señalan que lo visto en el palacio de Vistalegre debe ser interpretado como una alerta y una señal clara de que no se puede dar por garantizado los derechos y las libertades de los españoles y los europeos. «La amenaza es real», aseguran.

También están cargando contra el PP y los partidos de la derecha tradicional, a quienes acusan de haberse «rendido» ante los discursos «xenófobos» en lugar de hacerles frente. Se trata de una situación «muy preocupante» que esperan sirva como revulsivo para movilizar a los votantes socialdemócratas y que acudan a las urnas.

El PSOE se muestra convencido de que pueden ser primera fuerza en votos y escaños, pero son conscientes de que tienen que hacer un esfuerzo para movilizar a sus votantes. Para ello tratarán de poner sobre la mesa lo que está en juego, especialmente en lo que afecta a la agenda verde y social.

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