Sánchez busca dividir al PP con concesiones «bilaterales» a las que los barones «no podrán renunciar»
El presidente recibirá en la Moncloa, uno a uno, a todos los presidentes autonómicos en las próximas semanas
Pedro Sánchez busca dividir al PP, enfrentando a los barones con la dirección de Alberto Núñez Feijóo, ofreciéndoles concesiones fiscales y económicas individualizadas en reuniones «bilaterales». Prebendas, como la condonación de la deuda del Fondo de Liquidez Autonómica, el pago de la deuda histórica o inversiones largamente reclamadas, que en el PSOE consideran que «no podrán renunciar». Moncloa ha optado por esta estrategia tras comprobar, según fuentes monclovitas, que «no existe unanimidad» dentro de los populares. Este viernes, no obstante, todos los barones han escenificado esa postura común en un acto celebrado en Madrid con Feijóo.
El presidente del Gobierno recibirá uno a uno, en las próximas semanas, a los distintos presidentes autonómicos del PP casi un año y medio después de ser elegidos. Lo anunció él mismo, el miércoles, en la conferencia de arranque del curso político, justificando la tardanza en citarse con ellos por querer esperar a «que finalizase este ciclo electoral». Lo cierto, por eso, es que con algunos presidentes elegidos más tarde que la mayoría, como es el caso del vasco Imanol Pradales, incluso tuvo la deferencia de viajar a Vitoria para verse en su despacho. Hizo lo mismo con Pere Aragonés, en julio, en la quinta reunión en tres años de mandato del catalán.
Precisamente es por esa última reunión con Aragonés, días antes de finalizar su mandato, por lo que el jefe del Ejecutivo se ha visto obligado a mover ficha y a encontrar el dinero que anteriormente decía que no había a las comunidades para complacer sus peticiones. Durante ese encuentro, celebrado en el Palau de la Generalitat, los representantes del PSOE y ERC alcanzaron un acuerdo que según el inquilino de la Moncloa nunca se iba a producir y que provocaba la ruptura de la caja común y la solidaridad territorial. Un nuevo modelo de financiación para Cataluña, a modo de cupo fiscal, que rechazan todas las autonomías gobernadas por el PP y dos de las cuatro gobernadas por los socialistas. Y ahora, ante la magnitud del incendio que se ha creado, Sánchez busca hacer cómplices de este nuevo régimen fiscal a los dirigentes del PP, para que no puedan criticarlo.
Aunque Sánchez quiso evitar cualquier debate dentro de su propio partido por el tema de la financiación catalana, consciente también de que las críticas procedían de la gran mayoría de los territorios, finalmente este sábado se hablará de ello en el Comité Federal porque lo sacarán varios de los barones que acuden «con ganas de hablar». Emiliano García-Page, Javier Lambán o Miguel Ángel Gallardo, por poner tres ejemplos, son algunas de las voces que se levantarán contra este privilegio para Cataluña. El presidente, que les escuchará, tiene una respuesta ya prefabricada y preparada para todos ellos. Que «enfrentar a los presidentes autonómicos del PP con Génova les beneficiará también a ellos en sus territorios».
Fuentes cercanas a Pedro Sánchez argumentan que «al tratarse de ofertas irrechazables», con las que ya están trabajando ministerios como el de Hacienda o el de Transportes, «si no las aceptan para no enfrentarse a la dirección nacional del PP, los barones lo podrán capitalizar electoralmente recordando a los votantes que los presidentes populares han renunciado a más recursos por motivos partidistas». Por el contrario, si lo aceptan, «provocará una crisis interna importante en la relación de estos líderes autonómicos y sus gobiernos con Génova».
Pase lo que pase, insisten en Moncloa y en Ferraz, «es un win-win» para nosotros. Pues con ello, el secretario general del PSOE pretende convencer a sus barones críticos con el cupo catalán y que rebajen el tono de sus declaraciones. Aunque en varios territorios hay una gran preocupación por como puede afectarles electoralmente. Además en algunas federaciones se lamentan de que «la decisión unilateral» de Sánchez ha roto el consenso de las declaraciones socialistas de Granada y Barcelona, que abogaban ambas por la solidaridad fiscal.