Excarcelados los 2 etarras que iban con 536 kg de explosivos a Madrid en la campaña de marzo de 2004

Irkus Badillo y Gorka Vidal están libres de cualquier carga penal desde hace días. Los dos etarras fueron condenados a 22 años de cárcel después de ser detenidos en Cañaveras (Cuenca) mientras transportaban 536 kilogramos de explosivos rumbo a Madrid, donde la dirección de ETA les había ordenado un atentado sin precedentes para «crear pánico».  A aquella operación se la llamó la caravana de la muerte y tuvo lugar el 29 de febrero de 2004, 11 días antes de los atentados del 11M.

Badillo y Vidal han cumplido 20 años de condena de los 22 a los que fueron condenados. Acercados al País Vasco en 2021, en plena oleada de traslados firmados por el Ministerio del Interior, el último tramo de su condena lo han pasado fuera de prisión. A Badillo se le concedió el tercer grado en mayo de 2021 y, seis meses después, en octubre de 2021, se le concedió la libertad condicional. A Gorka Vidal se le dio en junio de 2022 el tercer grado y, tras pasar unos meses en prisión domiciliaria, en febrero de 2023 se le concedió la libertad condicional. Desde el pasado 28 de febrero, un día antes de que se cumpliesen exactamente 20 años de su detención, ambos quedaron absolutamente liberados de la culpa.

Ambos nombres están vinculados a la llamada caravana de la muerte. El nombre que recibe el plan de ETA para atentar en vísperas de las elecciones generales de 2004. El objetivo era Madrid. Concretamente, según su confesión y un mapa encontrado con un círculo señalado sobre la zona sur de Madrid, en el Corredor del Henares.

La orden de atentar la dio Garikoitz Aspiazu, Txeroki, uno de los jefes más sanguinarios de ETA. Les encargó colocar la furgoneta-bomba cargada con 506 kilos de cloratita y 30 de dinamita clase Titadyn en «un objetivo de su elección». La instrucción era muy precisa: el atentado debería «crear pánico» en la capital, según figura en el sumario del caso instruido en la Audiencia Nacional.

Fue Txeroki quien les entregó la furgoneta cargada de explosivos en Francia, tras lo que emprendieron su marcha hacia Madrid. Llegaron hasta Cuenca, donde el vehículo lanzadera con Badillo al volante sufrió un accidente. Horas más tarde, Vidal sería detenido por la Guardia Civil y la furgoneta intervenida antes de llegar a Madrid.

Caravanas y juicio del 11M

Este golpe policial se produjo sólo 11 días antes de los atentados del 11M, recién prescritos. Esta circunstancia llevaría a ambos etarras a comparecer ante el tribunal que juzgó el 11M. Lo hicieron a petición del único autor material condenado por el atentado, Jamal Zougam, que aseguró que ambos etarras eran conocidos de El Chino, líder del comando del 11M. Extremo que nunca se pudo comprobar.

El 40% ya tiene tercer grado

Casi el 40% de los 140 presos de ETA que se encuentran en las cárceles vascas cuenta con una propuesta a favor de su progresión a tercer grado aprobada por el Gobierno de País Vasco, liderado por Íñigo Urkullu (PNV), que en lo que lleva de 2024 ha promocionado al régimen abierto a otros dos condenados por su relación con la banda terrorista.

Según el Observatorio de Política Penitenciaria de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) a 29 de febrero, los últimos etarras beneficiados con tercer grado son Eider Pérez Aristizabal y Ainhoa Barbarín Yurrebaso, esta última por segunda vez.

La justicia revocó hace un año el tercer grado de Ainhoa Barbarin Yurrebaso al considerar que su escrito de arrepentimiento era «genérico», ya que no realizaba una «declaración expresa de repudio de sus actividades delictivas concretas» ni hacía una «petición expresa de perdón». Tiene una condena de 25 años por incendio, estragos y falsificación de documento público.

Eider Pérez Aristizabal cumple una condena a 75 años como responsable del atentado en Girona contra el agente de los Mossos d’Esquadra Santos Santamaría, primera víctima de la policía catalana en un atentado de ETA. Prisiones informó cuando fue beneficiado de la política de acercamientos que el etarra había rechazado la violencia.