Robles recibe en Zaragoza a los últimos militares que se han jugado la vida en Kabul
La ministra , acompañda del JEMAD, ha querido agradecer su labor de la que dice sentirse "orgullosa"
Tarde de emociones en las instalaciones de la Base Militar de Zaragoza, en el municipio de Garrapinillos, con lágrimas, abrazos y recibimientos dignos de los más grandes. Tras muchos días separados de los suyos y su ciudad, este sábado ha aterrizado en la Base Aérea del Ejército del Aire el medio centenar de militares del batallón zaragozano que han participado en la misión desarrollada en Kabul (Afganistán) con el único propósito de salvar la vida al máximo de afganos que a lo largo de los últimos años han colaborado con España.
Los que han descendido del avión pasadas las ocho y media de la tarde eran los últimos españoles procedentes de Afganistán que faltaban por llegar. Aunque estaban a salvo desde el pasado viernes en Dubái, no ha sido hasta este sábado cuando han pisado suelo español en la Base Aérea de Zaragoza. Allí les esperaba la ministra de Defensa, Margarita Robles, que «orgullosa» de su trabajo en el país, les ha agradecido su labor en Kabul. «Debéis sentir orgullo, como lo siente toda España de vosotros» les ha dicho, antes de dirigirse a las familias de los héroes españoles, trasladándoles la gratitud por el papel que han desempeñado.
Los militares que han llegado este sábado por la tarde a la capital aragonesa, un total de 53, lo han hecho a bordo de dos aviones A-400 con base en Zaragoza. Son los mismos aviones que se han usado a diario, despegando desde el aeropuerto de la capital afgana para poner a salvo en los Emiratos Árabes a los colaboradores que eran evacuados del país. El último viaje hasta la base de Torrejón de Ardoz, a bordo de aviones de Air Europa, lo emprendían en Dubái. Han sido hasta diez. En total estas aeronaves han sumado un total de 210 horas de vuelos durante toda la misión, con una media de 16 horas diarias, con un total de 17 rotaciones.
En concreto, entre los dos aviones que han retornado de Afganistán, viajaban los 36 miembros del Ala 31 que se han encargado de la operativa y el mantenimiento de los vuelos que han servido para evacuar a los colaboradores afganos, y los 17 miembros del EADA, el escuadrón de apoyo al despliegue aéreo, que han colaborado con sus compañeros del Ejército del Aire durante toda la misión española en Afganistán.
Con la llegada de este contingente de medio centenar de militares a la Base Aérea de Zaragoza, España deja atrás una operación muy complicada por los ataques de los talibanes. El principal objetivo del Ministerio de Defensa, que ningún servidor español sufriera daños personales, se ha logrado en una evacuación ejemplar que ha permitido sacar del país a prácticamente el triple de personas de las que se preveía en un primer momento.