El Rey defiende la independencia de los jueces que «garantiza la separación de poderes»

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El Rey Felipe VI ha destacado este martes en Barcelona que la Justicia es uno de los pilares de las sociedades democráticas como «condición indispensable para la convivencia pacífica» y ha defendido la independencia de los jueces para garantizar la separación de poderes que estipula la Constitución.  «La independencia es la clave de bóveda de vuestra función», ha expresado el Rey a los nuevos jueces. El monarca también ha ensalzado la independencia judicial como «baluarte que constituye la esencia del Estado de Derecho» porque, ha recalcado, «asegura el principio de separación de poderes que consagra nuestra Constitución». «Por tanto, como tal, debe ser proclamada, preservada y respetada tanto a nivel institucional como individual», ha agregado.

Felipe VI ha presidido en Barcelona, sede la Escuela Judicial, la entrega de despachos a la última promoción de jueces, integrada por 171 personas -125 mujeres y 46 hombres-, a quienes ha recordado que el Estado de derecho reclama de ellos «una defensa firme de la Constitución y de la ley» para que dicten «respuestas justas y ecuánimes a los problemas de los ciudadanos» y les ofrezcan «un marco de certeza, estabilidad y seguridad jurídica».

La independencia judicial, ha abundado el monarca, «va más allá de factores externos y alcanza las condiciones personales» de los nuevos togados. «Una independencia -ha aseverado- que forma parte de vuestro deber profesional y que, lejos de ser un privilegio de los jueces, es la mayor garantía de la protección de los derechos de los ciudadanos».

El acto ha tenido lugar después de que se conociera el dictamen del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, en el que se afirma que ningún país europeo puede cuestionar la competencia del Tribunal Supremo para emitir las euroórdenes contra los líderes independentistas, entre ellos, el ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. Felipe no ha hecho ninguna mención a este asunto, si bien ha pedido a los diplomados que no olviden que son también «jueces europeos». «Europa es parte indisociable de nuestra identidad como Nación, y vuestra independencia resulta también imprescindible para asegurar la eficacia y la aplicación uniforme del Derecho de la Unión y la defensa de sus valores», ha enfatizado.

El Rey ha abundado en que la sociedad confía en un poder judicial integrado por jueces «independientes, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley». En este sentido, les ha emplazado además a ejercer su función con arreglo «a un riguroso código de conducta y a unos principios éticos que resultan esenciales en el ejercicio de la judicatura». «Sed siempre fieles a los principios que son fundamento de vuestra labor y nunca olvidéis las razones que os motivaron para ser jueces», ha añadido Felipe.

A diferencia de algunos años anteriores, en esta ocasión no ha acudido a Barcelona el juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena. Sí, lo ha hecho el presidente del Consejo General del Poder Judicial en funciones, el magistrado Rafael Mozo, el director de la Escuela Judicial, Jorge Jiménez, así como la cúpula del Supremo, entre la que se encuentra su presidente en funciones, Francisco Marín, o el presidente de la Sala de lo Penal, Manuel Marchena.

A la ceremonia también han asistido el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, Jesús María Barrientos, el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, y el fiscal superior de Cataluña, Francisco Bañeres. Del ámbito político han participado la ministra de Justicia, Pilar Llop o la delegada del Gobierno en Cataluña, Maria Eugènia Gay, en lo que ha supuesto la vuelta de los representantes de la Generalitat a un acto de entrega de despachos tras las tensiones provocadas por el procés. Todavía así, fuera del auditorio se han congregado 100 independentistas para protestar contra el monarca.

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