Puigdemont avisa a Sánchez: «El chantaje político» no hará que Junts vote a su favor en la investidura
El ex presidente fugado le recuerda a Sánchez que necesitará su sí y que no lo conseguirá con presiones
Puigdemont exige a Sánchez «compensaciones» a las «víctimas» del 1-O en su plan de amnistía
Sánchez gana tiempo para acercarse a Junts: la orden de detención de Puigdemont tardará «semanas»
El expresidente fugado de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha advertido al PSOE este sábado que «el chantaje político» no hará que Junts vote a favor de la investidura del presidente del Gobierno en funciones y candidato del PSOE a la Presidencia, Pedro Sánchez. Un aviso en el que recuerda que ahora, tras el vuelco de un escaño por el voto CERA en Madrid, requerirá de un sí de los independentistas de Puigdemont, que reclaman la amnistía y un referéndum sobre la secesión de Cataluña.
Así ha reaccionado el fugado residente en Waterloo en sus redes sociales a la pérdida de un escaño del PSOE en favor del PP en Madrid tras el recuento del voto CERA, que a la vez mantiene los escaños de Junts en Girona y Tarragona.
El ex presidente catalán ha considerado muy significativo que Sánchez «solo podrá ser elegido si obtiene el voto afirmativo de una coalición amplia, incluidos los siete votos de Junts».
El recompte definitiu dels vots ha comportat un canvi puntual a l’assignació d’escons al Parlament espanyol però rellevant en l’equació per a qualsevol investidura. L’actual president del Govern i candidat socialista a la reelecció només podrà ser escollit si obté el vot…
— krls.eth / Carles Puigdemont (@KRLS) July 29, 2023
«Investidura de Feijóo»
Ha añadido que el resultado provisional de las elecciones ya situó a Junts en la foto y que, con los resultados definitivos, la situación es más contrastada: «O Junts vota que sí, o el PSOE acaba facilitando la investidura de Feijóo (o la del candidato que los populares propongan) o vamos a la repetición de las elecciones».
«Tener la llave es circunstancial. Un día la tienes y al día siguiente, no, y no lo podemos perder nunca de vista. Esto no nos puede hacer caer ni en las prisas ante el miedo de perderla, ni en la sobreactuación delante de un poder que es inevitablemente efímero», ha añadido.
«Amenazas»
Puigdemont también ha explicado que ha recibido «amenazas» durante los cinco años y nueve meses que lleva en Bruselas: «Lo explico básicamente para que haya quien se pueda hacer una ligera idea de qué efecto me puede causar el hecho de que digan que si Junts no vota a Pedro Sánchez me caerá el mundo encima».
Ha lamentado que ningún juez español ha actuado frente a esas amenazas y ha añadido: «Vivo sin la protección que la ley teóricamente me garantiza».
Referéndum y amnistía
Junts afronta la negociación con Pedro Sánchez con su hoja de ruta claramente marcada. Sus dos grandes exigencias -referéndum y amnistía-, las mismas que reivindican desde hace años, siguen plenamente vigentes. Ahora más que nunca. El apoyo de la formación de Carles Puigdemont es determinante para que el candidato socialista sea investido, puesto que a éste ya sólo le vale el sí. El partido expone su estrategia de negociación en la ponencia política, aprobada hace un año, y que marca las pautas de relación con «el Estado». En el documento se dedica un apartado específico a «los represaliados y la política antirepresiva». Advierten: «Se exigirán responsabilidades y compensaciones en su momento al Estado español respecto a sus víctimas».
«Desde octubre de 2017, el número de catalanes represaliados por el Estado español por haber defendido el derecho de Cataluña a convertirse en un Estado independiente no ha dejado de aumentar y ya llega a varios miles», recogen en la ponencia, en la que reconocen dos retos pendientes: «La defensa de los jóvenes activistas que sufren juicios que podrían condenarlos a años de cárcel y de los cargos electos menos conocidos por el gran público pero que sufren igualmente los efectos de la represión y su amenaza permanente».
«Ningún activista ni cargo político puede quedar sin protección. Como en todo movimiento de liberación nacional, es un deber de todos defender y proteger a todos aquellos que forman parte. Sólo así podremos afrontar con garantías el enfrentamiento institucional con el Estado y una movilización permanente que desencadene un desbordamiento democrático que haga posible la independencia», avisan los separatistas, con los que Sánchez aspira ahora a negociar su permanencia en La Moncloa.