El PSOE ofrecerá al PP una renovación de cargos en el Poder Judicial pactados previamente con Podemos

PSOE PP abstención
Pedro Sánchez y Pablo Casado.
Carlos Cuesta

Pedro Sánchez ha asumido el compromiso de apartar a Podemos de la negociación de los nuevos cargos del Poder Judicial que los socialistas pretenden cerrar esta semana con el PP. Pero lo cierto es que las ternas de nombres se pactarán previamente entre el PSOE y el partido de Pablo Iglesias. Porque, como destacan dentro de las filas socialistas, “no vamos a dejar tirado a Podemos”.

El PSOE ha trasladado al PP la posibilidad de apartar a Podemos del pacto del Poder Judicial para lograr cerrar la renovación de los cargos del Consejo General. Pablo Casado exigió esta condición y Sánchez está por la labor de dejar a Iglesias al margen y de hacerlo de una forma acelerada: antes del muy próximo jueves 25 de febrero. Eso sí, Sánchez está dispuesto a hacerlo de forma aparente.

En esa fecha, ambas formaciones pretenden tener cerrado un acuerdo que incluye la renovación de cargos en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en RTVE, en el organismo del Defensor del Pueblo y en el Tribunal Constitucional. La pelota está ya por completo en el tejado de la capacidad de presión de Podemos sobre el PSOE.

Y la fórmula que ha encontrado el PSOE es la de pactar previamente los nombres de los nuevos cargos del Poder Judicial con Podemos y, más tarde, negociarlos los socialistas en solitario ante el PP.

Desplantes de Podemos

Es cierto que el presidente del Gobierno empieza a cansarse de los desplantes de su socio, Pablo Iglesias, y ha decidido ofrecer a Casado dejar fuera a Podemos de la negociación de la renovación del CGPJ, tal y como solicitaba el Partido Popular para pactar la citada renovación del órgano de gobierno de los jueces. De este modo, el PSOE cumpliría dos de las tres exigencias que tenía el PP para llegar a un acuerdo de renovación: apartar a Podemos y aparcar la reforma unilateral y por una mera mayoría absoluta del Poder Judicial. El ofrecimiento del PSOE se materializó durante la llamada de Sánchez a Pablo Casado.

Pero el enfado de Sánchez no llega hasta el punto de atreverse a romper con su socio. Al menos por el momento. Por eso, aunque la imagen final puede suponer un golpe visual para Podemos, lo cierto es que la mano de Pablo Iglesias sí estará presente en los nuevos cargos del CGPJ. Lo estará de forma previa.

El líder del PP recordó en su conversación con Pedro Sánchez sus tres condiciones ya clásicas para cerrar el pacto de renovación de los cargos del Poder Judicial: que Podemos no intervenga de ninguna manera en la negociación del nuevo CGPJ; que se retire la reforma legal con la que los socialistas pretenden rebajar la mayoría necesaria, ahora de tres quintos, para renovar los cargos del CGPJ; y que se modifique la ley para volver a la regulación del Poder Judicial de 1980, donde los jueces elegían a los jueces. Tal y como ha publicado ya este diario, ambos líderes estarían más cerca de llegar a un acuerdo.

El PSOE no plantea problema en retirar su propuesta de designar a los miembros del Poder Judicial por mayoría absoluta, rebajando el criterio de mayoría reforzada que se exige en estos momentos.

Pero no es cierto que esté, por ahora, dispuesto a un enfrentamiento abierto con su actual socio de Gobierno. Con Podemos.

A nadie se le escapa igualmente que el paso dado por el PSOE responde en parte al enfado del presidente con Pablo Iglesias debido a que su formación ha alentado los ataques callejeros vividos en las últimas jornadas y el propio vicepresidente ha descalificado a España afirmando que no es una democracia “plena” por encarcelar a los golpistas del 1-O. Pero ni siquiera esa situación parece dispuesta a provocar que la sangre llegue al río. Al menos por ahora.

El bloqueo de Podemos

Hay que recordar que justo antes de Navidades, y tal y como publicó OKDIARIO, el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, dio ya el ‘OK’ a cerrar el pacto de la Justicia con el PP para renovar el CGPJ. Pero, en contra de lo que defendía públicamente su propio Gobierno por aquellas fechas, era ya Podemos quien bloqueaba el acuerdo. Y es que, mientras Campo aceptaba hace ya dos meses un pacto entre PSOE y PP para impulsar, cada uno de estos partidos, 10 nombres de vocales para el órgano de gobierno de los jueces, era el propio Pedro Sánchez quien se encontraba indeciso ante el freno de Pablo Iglesias al cierre del acuerdo por la insistencia del vicepresidente y líder morado en meter en el pacto a Bildu y ERC y, por supuesto, a ellos mismos.

Iglesias no lo ha puesto fácil desde el primer momento. Ha querido desde el inicio ampliar su poder y ha exigido modificaciones troncales en las negociaciones del Poder Judicial abiertas entre el PP y el PSOE. Podemos ha exigido la presencia de ellos mismos y de sus aliados, ERC y Bildu, en la negociación de los cambios en el Consejo. Es más, ha dejado abierta la puerta a que puedan reclamar la designación directa del nombre de algunos de los nuevos vocales.

El PP rechaza frontalmente negociar la nueva composición del Poder Judicial con las exigencias de Podemos, Bildu y ERC. Y eso significa que la pelota está en el tejado del PSOE: es Sánchez el que debe apartar a Iglesias para poder desbloquear la renovación. Y, ahora, los mensajes del propio Sánchez a Casado apuntan en esa dirección aparente.

El vicepresidente segundo del Gobierno y secretario general de Podemos tiene claro que opera como un sólo bloque de la mano de los proetarras de Arnaldo Otegi y los separatistas de Oriol Junqueras. Y Pablo Iglesias ha exigido desde hace meses la participación de EH Bildu y ERC en la renovación del Poder Judicial.

El mensaje fue captado con claridad por los populares que respondieron sin fisuras: “Nuestras condiciones para renovar el CGPJ son las de siempre y no se cambiarán”. Y esas condiciones excluyen a Podemos. Y, por supuesto, a ERC y Bildu.

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