El PSOE dice que «comparte» la defensa del Rey a la Constitución pese a incumplirla para gobernar
El Gobierno afronta uno de sus momentos de mayor debilidad parlamentaria
El PSOE ha asegurado que suscribe «plenamente» las palabras del Rey Felipe VI en su tradicional discurso de Navidad, destacando el compromiso del monarca con los valores del Estado social y democrático de Derecho y el pacto de convivencia de la Constitución de 1978.
En su valoración del mensaje navideño, la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, ha destacado el compromiso del Rey con el diálogo, siendo éste, a su juicio, «absolutamente imprescindible para alcanzar consensos en lo esencial, más allá de las legítimas discrepancias políticas». El Gobierno afronta uno de los momentos de mayor debilidad parlamentaria debido a las exigencias de sus socios separatistas.
«Todo ello para fortalecer el bien común, un concepto al que se refirió en varias ocasiones Felipe VI», ha destacado Narbona, defendiendo así veladamente los acuerdos del Ejecutivo con sus socios separatistas.
La dirigente socialista ha afirmado también que desde su partido se suman al llamamiento que ha realizado el monarca «contra el ruido en el debate político».
Asimismo, ha destacado la alusión del Rey a la vivienda como uno de los principales problemas para los españoles, señalando que es «una de las prioridades actuales» del Gobierno, y la prioridad «máxima» de esta legislatura para el PSOE, pese a que el Ejecutivo ha demostrado su incapacidad para resolver este reto.
Por otro lado, la presidenta del PSOE se ha congratulado de que el discurso del Rey sea «tan claramente diferenciado de algunos discursos xenófobos que hoy proliferan y que sólo pueden causar más tensiones sociales», en lo que se refiere a la gestión de la inmigración, otro de los temas que el monarca abordó durante su discurso.
En esta línea, ha asegurado que comparten «sin ninguna duda» el reconocimiento que ha hecho Felipe VI a la dignidad de los inmigrantes «hayan nacido donde hayan nacido y vengan de donde vengan» y la defensa de la colaboración con los países de origen y de tránsito.
Discurso del Rey
Felipe VI aprovechó su tradicional discurso de Navidad para hacer un llamamiento al diálogo y al consenso entre la clase política, a la que avisó que la contienda política en ocasiones es «atronadora» y no debe impedir escuchar «la demanda de serenidad» de la ciudadanía.
Así, el Rey reivindicó la urgencia de preservar el bien común «por encima de las eventuales divergencias y desencuentros». Es algo que tanto la Reina Letizia como él han «podido constatar y valorar aún más a lo largo de esta década de reinado», señaló, avisando que «es responsabilidad de todas las instituciones que esa noción del bien común se siga reflejando con claridad en cualquier discurso o cualquier decisión política». «El consenso en torno a lo esencial», añadió es lo que «debe orientar siempre la esfera de lo público».
Igualmente, Felipe VI reivindicó la vigencia de la Constitución, cuando desde el Gobierno y sus socios tratan de erosionarla.
«A pesar del tiempo transcurrido, la concordia de la que fue fruto sigue siendo nuestro gran cimiento», defendió Don Felipe, destacando que «cultivar ese espíritu de consenso es necesario para fortalecer nuestras instituciones y para mantener en ellas la confianza de toda la sociedad».
En este sentido, señaló el «pacto de convivencia» que supone la Constitución «se protege dialogando» y que «ese diálogo, con altura y generosidad, debe siempre nutrir la definición de la voluntad común y la acción del Estado».
Por eso, advirtió el Rey dirigiéndose expresamente a la clase política, «es necesario que la contienda política, legítima, pero en ocasiones atronadora, no impida escuchar una demanda aún más clamorosa: una demanda de serenidad».
«Serenidad en la esfera pública y en la vida diaria, para afrontar los proyectos colectivos o individuales y familiares, para prosperar, para cuidar y proteger a quienes más lo necesitan», aseveró.
Felipe VI quiso, además, enumerar lo que en su consideración son los grandes retos para la sociedad española y que coinciden con los temas que más preocupan a los ciudadanos: la gestión de la inmigración y las dificultades en el acceso a la vivienda. Sobre el primero, reconoció que «es un fenómeno complejo y de una gran sensibilidad social».
«Sin los movimientos de población a lo largo de la historia no podrían explicarse las sociedades del presente», resaltó, pero «sin la gestión adecuada», los movimientos migratorios pueden degenerar «en tensiones que erosionen la cohesión social».
El Rey defendió así la necesidad de integrar a los inmigrantes, de que estos respeten también «las leyes y normas básicas de convivencia y civismo» al tiempo que se reconoce su dignidad como seres humanos «sin olvidar nunca la firmeza que requiere la lucha contra las redes y las mafias que trafican con personas».
«La manera en la que seamos capaces de abordar la inmigración», avisó, «dirá mucho en el futuro sobre nuestros principios y la calidad de nuestra democracia».