Felipe VI alerta de que la inmigración descontrolada puede «erosionar la cohesión social»

Felipe VI ha situado la inmigración en el primer plano de los retos de la sociedad española. Los ciudadanos afirman que el fenómeno migratorio es su principal problema y preocupación, como reflejan los distintos sondeos de opinión. Y el monarca no ha dejado pasar la oportunidad para, en su discurso de Navidad, enviar un mensaje urgente al Gobierno.

«La inmigración es un fenómeno complejo y de una gran sensibilidad social que responde a causas diversas», ha comenzado diciendo Don Felipe. Tras recordar que «sin los movimientos de población a lo largo de la historia no podrían explicarse las sociedades del presente, que son sociedades abiertas e interconectadas» ha avisado que «las migraciones pueden derivar -sin la gestión adecuada- en tensiones que erosionen la cohesión social».

Un mensaje nítido con el que el jefe del Estado revela su preocupación ante uno de los grandes desafíos de España, avisando también de sus consecuencias.

Récord en la inmigración

La llegada de inmigrantes alcanzará este año un máximo histórico. Ni en la conocida como crisis de los cayucos de 2006 se registraron tantas llegadas por la vía marítima. Esto ha derivado en el colapso de los centros y recursos de acogida, provocando una situación de emergencia ante la que el Ejecutivo de PSOE y Sumar permanece impasible. La inmigración ha sido además uno de los temas del debate político de los últimos meses, especialmente por el desacuerdo entre el Gobierno y la oposición para la reforma de la Ley de Extranjería que obligaría a las comunidades a reubicar a los menores inmigrantes. La inmigración es la principal preocupación de los españoles, por encima incluso de la situación económica o la vivienda.

En este contexto, el Rey ha advertido en su alocución que «el esfuerzo de integración, que corresponde a todos, el respeto – también de todos- de las leyes y normas básicas de convivencia y civismo, y el reconocimiento de la dignidad que todo ser humano merece, son los pilares que deben guiarnos a la hora de tratar la inmigración». «Sin olvidar nunca la firmeza que requiere la lucha contra las redes y las mafias que trafican con personas».

En este punto, Felipe VI ha advertido que será «la manera en la que seamos capaces de abordar la inmigración» que «también precisa de una buena coordinación con nuestros socios europeos, así como con los países de origen y tránsito» la que determinará «el futuro sobre nuestros principios y la calidad de nuestra democracia».

Otros retos

Además, y como es habitual en sus discursos navideños, el Rey se ha mostrado especialmente cercano a los jóvenes y consciente de las preocupaciones de una generación que es también la de sus hijas. El acceso a la vivienda es, sin duda, la principal. A los actores implicados les ha pedido «que reflexionen, se escuchen unos a otros, que se examinen las distintas opciones y que ese diálogo conduzca a soluciones que faciliten el acceso a la vivienda en condiciones asumibles, en especial para los más jóvenes y los más desprotegidos». Porque, ha señalado, «ésta es la base para la seguridad, el bienestar de tantos proyectos de vida».

También las crecientes tensiones internacionales son motivo de preocupación para el Rey, que ha advertido de la urgencia de «seguir defendiendo con convicción y con firmeza, junto con nuestros socios internacionales, las bases de la democracia liberal, de la defensa de los derechos humanos y de las conquistas en bienestar social sobre las que se asienta nuestro gran proyecto político». El monarca ha enfatizado aquí el valor del proyecto europeo y que «Europa sigue siendo nuestra referencia más valiosa».