Violencia en las calles

La Policía detecta vídeos de las bombas caseras del terrorismo callejero en Barcelona

Los servicios de información rastrean las redes para localizar el material con el que se está organizando la violencia callejera vivida en la Ciudad Condal.

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Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Los investigadores advierten de que están circulando manuales con imágenes que muestran prácticas que pueden llegar a ser letales no sólo para los agentes sino también para los propios violentos. Tras el incendio de una furgoneta policial con un agente dentro el sábado en Barcelona las fuentes de OKDIARIO hablan de una escalada en la violencia callejera no detectada hasta ahora.

Que lo vivido en los últimos días en la ciudad de Barcelona no es algo improvisado es obvio pero que por primera vez en mucho tiempo las mal llamadas manifestaciones de los violentos se han tornado en un peligro con potencial letal para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado es algo a lo que las fuerzas del orden están asistiendo con estupefacción y con preocupación. Por eso los servicios de información policial se han puesto manos a la obra para detectar las maniobras y estrategias que están siguiendo en la calle los mal llamados manifestantes por el encarcelamiento de Pablo Hasél. Pese a que ha habido disturbios en varias ciudades del país, ha sido sin duda Barcelona en particular y Cataluña en general donde han sido de mayor calibre. Sin ir más lejos, el incendio de la furgoneta de la Guardia Urbana con un agente en su interior es para muchos el traspaso de una línea roja en la que la vida de un policía ha corrido riesgo real. Un fallo en la apertura de las puertas o la llegada del fuego al depósito de combustible podría haber convertido el incidente en un homicidio.

Cuando el sábado por la noche las imágenes de la furgoneta ardieron se difundieron, las fuentes policiales especializadas en este tipo de hechos explicaron a OKDIARIO cómo todo lo que sucede en esas imágenes está perfectamente planificado. Cada personaje de la secuencia tiene su rol y lo pone en marcha.

Las fuentes consultadas por este diario lo tienen claro: “Nada de eso se improvisa. Son tácticas de kale borroka que se ha ido actualizando. Hacen sus prácticas, averiguan los efectos y lo difunden a través de sus canales para que todos lo puedan poner en práctica”. Y eso es tal cual lo que se ve en el vídeo al que ha tenido acceso este periódico. En la imagen se aprecia cómo una persona que habla en inglés sujeta un aerosol que parece un bote de laca al que ha unido un petardo con celo. El resto de la secuencia es suficientemente obvio como para describirlo, pero la bola de fuego que se genera tras la explosión es lo suficientemente elocuente como para entender que nos encontramos ante una bomba incendiaria casera.

El Black Bloc

Este vídeo en concreto ha salido de un chat de violentos que se comunican y se coordinan antes de las manifestaciones, que no lo son, celebradas estos días en Barcelona. Las fuentes consultadas por este periódico explican que hasta ahora la información que circulaba en redes era de una violencia limitada. Hasta ahora, en manuales como el Black Bloc, un dossier de apenas 100 páginas que empezó a redactarse hace unos 20 años durante las manifestaciones en Europa contra la Globalización y el Capitalismo, lo que se podía leer era cómo organizarse en las calles frente a las unidades antidisturbios, buscar munición cerca de contenedores de vidrio o escombros de obras o incluso podía leerse qué significaban los diferentes cambios de formaciones policiales en la calle para adelantarse a sus movimientos.

Los policías de toda Europa se fueron adaptando a las enseñanzas del Black Block y. por ejemplo, cuando se preveía una escalada de manifestaciones en una ciudad lo primero que se hacía era retirar elementos susceptibles de ser usados de una manera u otras por los manifestantes: retirada de coches y ciclomotores, vaciado de contenedores o directamente sacarlos de las calles, recogida de escombros y residuos. Por cierto, de lo anterior el ayuntamiento de Barcelona hizo poco o nada los primeros días de esta oleada de violencia callejera, lo que permitió que los violentos tuvieran toda la munición necesaria a mano para atacar a los policías.

De hecho, el aumento de la violencia contra la Policía en Cataluña tiene dos momentos claros de incremento y adaptación: el referéndum ilegal del 1-O y la sentencia del juicio del Procés. Ahí la violencia se adaptó, y el Estado de Derecho también, llenando Barcelona y Cataluña de policías nacionales y guardias civiles. Los violentos aprendieron en esas citas a arrancar los adoquines del suelo en retaguardia parar pasar munición que arrojar a los agentes desde la vanguardia de las manifestaciones. Organización impecable.

Y esto nos lleva de nuevo al sábado por la noche y al incendio de una furgoneta policial en mitad de Barcelona. “El problema no es que una furgoneta arda. El problema es que un tipo que quiere quemar un vehículo policial con un agente dentro pueda estar tan cerca como para hacerlo. No se puede entender cómo habiendo Guardia Urbana y Mossos d´Esquadra en la calle puede suceder esto”. Las fuentes consultadas por OKDIARIO lo tienen claro, y el problema de haber visto a un policía intentar salir de un vehículo en llamas sólo tiene un responsable: mossos y guardias urbanos están preparados para repeler este tipo de violencia, eso sí, siempre que reciban las órdenes oportunas para hacerlo.

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