Podemos quiere liquidar ‘Marca España’ para que los golpistas tengan ‘voz’ en la política exterior
Podemos concreta su propuesta en el documento 'Democracia Internacional de Podemos: 20 medidas para un nuevo país'. Aboga por suprimir la Secretaría de Estado de España Global, que ahora dirige Irene Lozano.
Podemos ha ampliado recientemente su propuesta programática en política exterior de cara a las elecciones generales del próximo domingo. Entre ellas, liquidar la Secretaría de Estado de España Global, la antigua ‘Marca España’, encargada de la promoción exterior de nuestro país. El organismo, dirigido por Irene Lozano -ex diputada de UPyD y del PSOE y ‘amanuense’ de Pedro Sánchez en su libro ‘Manual de resistencia’- tiene como principal cometido «mejorar la percepción del país en el extranjero y entre los propios españoles».
La medida se recoge, en concreto, en el documento ‘Democracia Internacional de Podemos: 20 medidas para un nuevo país’ y bajo el epígrafe ‘Una diplomacia cultural a la altura de nuestro tiempo’. El partido de Pablo Iglesias defiende que «las políticas culturales son hoy un vector fundamental de la política exterior» y también que «la proyección de la imagen de España en el mundo debe ser coherente con nuestra acción exterior».
Por ello, dice a continuación: «Suprimiremos la Secretaría de Estado para la España Global». En su lugar, la formación propone como alternativa un Consejo Social de Acción Exterior, «en el que participarán la sociedad civil, las comunidades autónomas y las entidades locales». Es decir, un organismo supeditado a organizaciones sociales y ‘mareas’ afines, así como a las distintas sensibilidades políticas.
La propuesta de Podemos implicaría, en consecuencia, que los dirigentes independentistas catalanes -que promueven en distintos foros y organismos internacionales una imagen tergiversada de, entre otros, la Justicia y los Derechos Humanos en España-podrían intervenir en la discusión de la política exterior del país.
Política exterior «feminista»
No es la única propuesta controvertida. La formación defiende más cambios en la estructura organizativa de Exteriores, con la creación, por ejemplo, de una Secretaría de Estado ‘sobre política exterior feminista’. Este organismo, aclara, «diseñará, implementará y evaluará la estrategia de acción exterior feminista» y «se encargará de la realización de estudios de impacto de género en los acuerdos comerciales y de garantizar la plena implementación del Convenio de Estambul en materia de migración y asilo». El partido dedica todo un apartado, ‘El 8-M de la política exterior: una revolución feminista para nuestras relaciones internacionales’.
Bajo esa propuesta, recogen, por ejemplo, la elaboración de «un plan de choque para democratizar y garantizar la igualdad en el acceso y el desarrollo de la carrera diplomática» que impondrá un sistema de cuotas «que garantice el acceso de, al menos, un 50 % de mujeres a la carrera diplomática, así como un sistema de cuotas progresivo en los nombramientos para los diferentes puestos de responsabilidad técnica y política».
Podemos insiste en la imposición de género de forma que, dice, obligará a «planes de choque para garantizar que haya, como mínimo, un 50 % de mujeres en todos los niveles de las organizaciones internacionales». El propósito ambicioso choca, sin embargo, con los límites de acción de un partido para alcanzar consensos en la escena internacional.
En el apartado ‘Llevar la democracia a las finanzas internacionales’, defienden la «reestructuración de las deudas soberanas» o la creación de «un impuesto global sobre la riqueza». Los tratados serán sometidos a «control parlamentario» y «en su caso, a un referéndum vinculante».
No «injerencia» en América Latina
En la relación con otros países, promueven por ejemplo «las relaciones de igual a igual con nuestros países hermanos (de América Latina) para superar el enfoque economicista e injerencista». También, «la recuperación del diálogo y la cooperación con Rusia para la resolución pacífica de los conflictos, la defensa de los derechos humanos y el desarrollo social y económico de nuestra vecindad común».
En África, el partido morado apuesta por «superar las políticas centradas en la contención de la migración o la securitización de fronteras». También abogan por «la mediación constructiva y la resolución pacífica y democrática de conflictos existentes en países como Venezuela».