Podemos y su discurso contra la precariedad laboral como arma política
Pablo Iglesias y los suyos llevan usando su lucha contra la precariedad laboral desde el comienzo de su existencia como partido. El líder de Podemos y demás miembros de la formación morada han atacado reiteradamente al Gobierno y han exigido la subida del salario mínimo.
Todas estas intenciones quedan anuladas cuando de sus empleados se trata. Podemos tiene a casi la mitad de su plantilla con sueldos inferiores a mil euros. No contentos con esto, muchos de sus trabajadores reciben rentas de entre 500 y 800 euros, contrariando su propio discurso. La formación tiene una parte importante de sus trabajadores con contratos temporales, a media jornada, lo que acentúa la precariedad.
Sin ir más lejos, el pasado diciembre, Podemos criticó la subida del SMI anunciada por el presidente Mariano Rajoy del 4% para el próximo año, y las mejoras aún superiores para los años 2019 y 2020, a las que calificó de «insuficientes» y «profundamente antidemocráticas». El portavoz de Empleo del grupo confederal, Alberto Rodríguez, ha criticado que la subida «ni se acerca al 60% del salario medio, que es la referencia marcada por la Carta Social Europea para garantizar unas condiciones de vida dignas a la gente trabajadora».
En 2016, Podemos presentó una proposición de ley, admitida a trámite con el respaldo de PSOE, Unidos Podemos, Esquerra Republicana, PDeCAT, PNV y Compromís, la abstención de Ciudadanos, y el voto en contra del PP. En ella, se instaba al Gobierno a subir el salario mínimo a 800 euros en 2018 y 2019 y que alcance los 950 euros en 2020. Por reglamento, los diputados de Podemos y otros cargos electos de la formación cobran, como máximo, tres salarios mínimos al mes.