El plan del PSOE en Murcia: utilizar a Cs para desbancar al PP y luego aupar al imputado Conesa en 2023

El plan del PSOE en Murcia: utilizar a Cs para desbancar al PP y luego aupar al imputado Conesa en 2023
El líder del PSOE de Murcia, Diego Conesa.
Carlos Cuesta

Inés Arrimadas aseguró que la fallida moción de censura en Murcia era para luchar contra la corrupción. La frase no dejaba de resultar cómica teniendo en cuenta que el secretario general de los socialistas con los que la presidenta de Ciudadanos pactó la moción está en estos momentos imputado por prevaricación. Pero cualquier cuestión humorística fue superada cuando tres de los diputados clave de Ciudadanos descubrieron que ese mismo imputado socialista, Diego Conesa, era la figura clave del PSOE para auparlo y convertirlo en las elecciones de 2023 en candidato y presidente de la región. La operación significaba literalmente la confirmación de la obviedad de que Cs estaba siendo utilizado. De que Arrimadas había sido engañada con el plan final de acabar con el Gobierno del PP. Y también con el propio Ciudadanos.

Ciudadanos creía tener un plan en Murcia. Un plan que les debería haber llevado a gobernar una comunidad autónoma con sólo seis diputados -el pretendidamente desalojado PP tiene 16 escaños-. El plan de los cerebros naranjas -Carlos Cuadrado e Inés Arrimadas- pasaba por el PSOE: en concreto, por el secretario general en Murcia, Diego Conesa, imputado.

Pero el PSOE tenía otro plan: utilizar a los naranjas para arrebatar el Gobierno a Fernando López Miras, aupar al PSOE desde el Gobierno aprovechando sus 17 escaños frente a los 6 de C’s, y en 2023 terminar de situar definitivamente en los carteles electorales al mismo Diego Conesa ahora imputado por prevaricación. Traducido: que la utilización de Ciudadanos era obvia y obscena.

En manos del PSOE

Los tres diputados de Ciudadanos que ahora han decidido abortar el plan de lanzamiento de una moción de censura fueron conscientes de esa estrategia. Y decidieron frenar el cambio de Gobierno ante la evidencia de que su formación se había convertido en un juguete en manos del PSOE.

El PSOE, de este modo, ha vuelto a utilizar en beneficio propio los movimientos de Ciudadanos, el partido que preside Inés Arrimadas. Los deseos de los naranjas de acabar con el mando del PP en la Región de Murcia fueron captados por los socialistas, que vieron en la jugada una oportunidad para intentar hacerse a medio plazo con el mando de esta región y, además, y de paso, desestabilizar el mando nacional de Génova: el PSOE creía que la pérdida del feudo natal del secretario general del PP, Teodoro García Egea, podía inyectar nerviosismo en la Ejecutiva de los populares y apoyó la operación con generosidad: regalaba la Presidencia autonómica a Ciudadanos pese a su escaso respaldo electoral. Básicamente porque la pensaba recuperar a medio plazo y porque no pensaba en Murcia, sino en hacer daño a la cúpula del PP.

Nunca fue un acto de altruismo: la realidad es que los socialistas optaban a desestabilizar al PP en su conjunto y no sólo a nivel autonómico. Hace tiempo que resulta obvia la estrategia del PSOE de intentar identificar a PP y Vox. Su artimaña pasa por lanzar el mensaje de que son lo mismo, intentando impedir que el PP pueda absorber voto de un centro desencantado por la radicalización de un Partido Socialista que pacta con proetarras, golpistas, comunistas y separatistas.

Ese desplazamiento al centro del PP abre las posibilidades de lograr voto a escala nacional de cara al triunfo de un centroderecha que desbanque al actual Gobierno socialcomunista. Y, por ello, el PSOE vio en la moción de censura de Murcia una oportunidad para inyectar inestabilidad en el PP.

Agitar al PP

Murcia es el feudo del secretario general del PP, Teodoro García Egea. Y el PSOE ha querido jugar a agitar la casa azul introduciendo nerviosismo en sus cargos clave. La figura de García Egea es de máxima confianza de Pablo Casado y los socialistas pretendían poner en duda su papel con el ansia final de debilitar al propio Casado. El resultado de la moción tuerce esos planes: García Egea ha dado la vuelta a la operación de los socialistas y reafirmar el control de Murcia.

La jugada fue vista desde el primer momento por los socialistas como una oportunidad de volver a usar a los naranjas -ya lo hicieron en la negociación de los Presupuestos-. Y sólo necesitaban un partido, como Ciudadanos, con un grado de despiste tan elevado como para no ver que un movimiento en Murcia se convertiría de inmediato en un terremoto con efecto sísmico en todas las alianzas de Gobierno de Ciudadanos y PP.

Por ello, el PSOE centró su estrategia, a partir de ese momento, en tranquilizar a Ciudadanos y en convencer a los naranjas de que un coletazo en Murcia no debería ser de forma obligatoria el resorte de ningún otro movimiento en Madrid o en Castilla y León. El PSOE sabía perfectamente lo que podía provocar esa moción de censura en Murcia. Pero, como ya ocurriera con la negociación de los Presupuestos con Ciudadanos, el PSOE pilotó los plazos y los movimientos para garantizarse que la actitud de Cs se convirtiera en una más de las piezas de su puzzle estratégico. De hecho, la moción de censura de Murcia se había negociado a lo largo de semanas y siempre bajo la atenta mirada de Inés Arrimadas.

Una negociación que, además, ha desafiado los pactos cerrados entre la líder naranja y Pablo Casado, abriendo la líder de Cs las puertas del Gobierno de Murcia al PSOE. Y todo ello ha contado «con pleno conocimiento de Inés Arrimadas», como ha publicado OKDIARIO.

 

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