Crisis del coronavirus

La pandemia vuelve a fase de expansión en Cataluña tras un mes de caída de contagios

Andalucía suma su quinta jornada consecutiva por debajo de los 1.000 casos y baja su tasa a 134
Andalucía suma su quinta jornada consecutiva por debajo de los 1.000 casos y baja su tasa a 134
Pelayo Barro

Cataluña finaliza el mes de febrero y enfoca el de marzo con datos preocupantes en cuanto a la pandemia. Pese a que los casos diagnosticados de coronavirus continúan su descenso y la incidencia sigue disminuyendo progresivamente, la velocidad de transmisión del virus -el primer factor que indica que las cosas pueden complicarse- lleva aumentando durante todo el mes. Pero ha sido esta última semana de febrero cuando esa tasa de reproducción ha superado el valor de 1, a partir de la cual los epidemiólogos entienden que la pandemia vuelve a entrar en fase de expansión.

La situación de momento no se percibe ni en el número de contagios -que siguen a la baja- ni en la incidencia, ni mucho menos en hospitales y unidades de cuidados intensivos. Pero el aumento de esa famosa ‘Rt’, el factor que tira de la curva para arriba, preocupa cada vez más al Departament de Salud catalán. El pasado lunes por primera vez desde mediados de enero, esa Rt empezó a mostrar en Cataluña valores por encima del 1. Este pasado viernes había subido hasta el 1,03.

Esa cifra indica que por cada contagiado que tenga la enfermedad, el virus es capaz de dar el salto a al menos otra persona. La pandemia, por tanto, amenaza con volver a complicar las cosas en Cataluña, mientras la Generalitat asume la vuelta a las clases presenciales en la universidad el próximo 8 de marzo.

Otros de los indicadores analizados por los epidemiólogos de la Generalitat para conocer la evolución de la pandemia muestran que el descenso de riesgo que se había notado hace semanas se ha frenado, mantenido e incluso aumentado en algunos puntos de Cataluña -especialmente en Barcelona y la zona central-. Así, el riesgo de rebrote -un indicador que sólo elabora Cataluña- se mantiene por encima de los 200 puntos en prácticamente todas las comarcas catalanas, mostrando un mapa dominado por el color rojo de forma generalizada.

Mapa del riesgo de rebrote en Cataluña, en rojo las zonas en máximo nivel.

Una semana más de restricciones

Estos datos están detrás de la decisión de la Generalitat de mantener durante al menos siete días más las restricciones que se aplican en la región, aunque se esperan algunos cambios en las limitaciones, «pequeños ajustes para poder dar pasos adelante» como ha asegurado la consejera de Salud, Alba Vergés.

Por ejemplo, se procede a la apertura de tiendas en centros comerciales pero sólo durante horario laboral entre semana -los fines de semana permanecerán cerrados-. También podrán hacerlo las tiendas de más de 400m2. En cuanto a las actividades deportivas, se aumenta el aforo al 30% “para espacios cerrados para actividades deportivas”, ha indicado Vergés. Un 50% en las piscinas. El resto de medidas, duras de por sí, siguen en pie por el temor a una incipiente ‘cuarta ola’.

En un horizonte a más largo plazo, Cataluña mira a la Semana Santa -primera semana de abril- con escepticismo. Mientras desde el Gobierno central y el Ministerio de Sanidad se valora una posible relajación de las restricciones de cara a esas fechas festivas, en Cataluña se pone en duda que pueda hacer nada por salvar la Semana Santa.

El presidente catalán, Pere Aragonès, ha asegurado que será Cataluña quien tome la decisión sobre qué hacer esos días, insinuando que ni siquiera tendrá en cuenta el criterio que marque el Ministerio de Sanidad de Carolina Darias. Irán por ‘libre’, ha advertido.

‘Efecto Hasél’

Los datos del empeoramiento de la situación epidemiológica no pueden vincularse directamente con las manifestaciones y algaradas violentas que se han registrado desde mediados de mes en favor del rapero Pablo Hasél, condenado por enaltecer a ETA. Pero sí resultan significativos en vista a las aglomeraciones que producen.

Precisamente para evitar esas cadenas de transmisión, Cataluña ha mantenido cerrada la hostelería y restringido severamente todo tipo reuniones sociales. Así, por ejemplo, la Generalitat recomienda actualmente limitar al máximo las salidas del domicilio, mantener contactos únicamente con «burbujas de convivencia», reuniones de un máximo de 6 personas y de dos entornos de convivencia y «prohibir los encuentros o reuniones en espacios públicos».

Un punto este último que las convocatorias pro-Hasél transgreden de manera flagrante, ya que congregan en espacios muy reducidos a centenares de personas.

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