Nicolas Sarkozy: «Rajoy será el próximo presidente de España y cuenta con todo mi apoyo»
El expresidente de la República francesa Nicolas Sarkozy contesta rotundo: «Rajoy será el próximo presidente de España, lo está haciendo bien y respaldo sus medidas. Cuenta con todo mi apoyo».
El líder de Les Republicains, partido integrado en el Partido Popular Europeo (PPE) ha contestado en exclusiva a las preguntas de Okdiario tras su intervención en el plenario.
«Tenemos que ampliar Europa y para eso tenemos que plantear medidas, no quedarnos sin hacer nada, sino los populistas podrían deshacer todo lo que hemos conseguido hasta ahora. Necesitamos una respuesta contundente», ha contestado Sarkozy ante los retos que les esperan a la Unión Europea.
Señala que está encantado de haber podido asistir junto a sus compañeros, aunque «es una pena que Passos Coelho no haya podido asistir finalmente»- Coelho se encuentra de reuniones en Portugal tras considerar que, a pesar de ganar las elecciones, podría perder la presidencia. «Estoy con mis compañeros, juntos podemos», destaca.
Sobre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y por qué no mantuvo una reunión bilateral durante el congreso, Sarkozy zanja rotundo la polémica: «Con Rajoy hablo mucho y sus políticas han logrado sacar a España de la crisis. Lo veo como el próximo presidente de España y cuenta con todo mi apoyo».
El francés se mostró partidario durante su intervención de negociar la entrada en la UE de Turquía, pero «nunca hay que ceder ante el chantaje para acordar un partenariado. Hay que hablar de la incorporación de Turquía» recordó a sus compañeros y propuso «elegir un sistema que no sea la adhesión pero tampoco cierre la puerta».
El ex presidente galo ha dicho que, al igual que su «amiga» Angela Merkel, considera que hay que «ampliar la Unión Europea a los socios» de los Balcanes. «Son europeos y nos necesitan», dijo.
Sarkozy enumeró algunos retos que la UE debe afrontar en los próximos años como la relación con Rusia o la necesidad de ampliación de la Unión. A su juicio, «debe replantearse su modo de funcionar» porque «es imposible que una institución nacida para seis pueda ser adecuada para 28 o más».
Un nuevo Schengen
El mensaje principal que Sarkozy quiso dar a sus homólogos es que hay que cambiar Schengen: «Está obsoleto y se necesita otro sistema y una política de inmigración europea, común a todos. Tenemos que unificar criterios».
Junto al problema migratorio, Sarkozy destacó la crisis económica que hace que «los pueblos miren a sus jefes de Estado y de Gobierno. Dar respuestas adecuadas es básico para frenar el populismo, como lo es superar la crisis de la identidad europea. Queremos ser generosos, pero no queremos que nos quiten nuestra identidad, la cultura y los idiomas europeos. Si no los defendemos nosotros, ¿quién lo hará?», concluyó.
Sin embargo, sus compañeros aseguran a Okdiario que el tono del francés en su discurso ha sido muy comedido y se ha ido moderando conforme ha presentado su candidatura a las primarias del partido. Sus compañeros recuerdan una entrevista realizada en septiembre al diario francés Le Parisien donde planteó reformar el acuerdo suscrito en 1995 por 26 Estados miembros de la Unión Europea, restableciendo los controles en fronteras a extranjeros no comunitarios mientras dure la crisis.
Además en dicha entrevista, puso sobre la mesa temas tan delicados como la integración frente a la asimilación de los inmigrantes o la revisión de un principio básico de la república: el derecho de suelo, que otorga la nacionalidad a las personas nacidas en territorio francés.
Cara a cara con Berlusconi
La expectación era máxima. Sarkozy y el presidente de Forza Italia, Silvio Berlusconi, cara a cara en Madrid. Son conocidas las diferencias entre uno y otro. De hecho, el italiano le dice de todo menos guapo en su último libro, una biografía autorizada escrita por Alan Friedman titulada My Way.
En el libro, Berlusconi califica a Sarkozy como «cretino, celoso y agresivo. Es un personaje napoleónico con un ego exagerado» y narra algunos episodios como «estaba celoso porque yo era rico y él no» y explica que cuando se casó con la cantante Carla Bruni (heredera de rica familia), el francés fue a decirle: «Ves, Silvio, ahora soy rico como tú». Tras esto, el primer ministro italiano fue el único al que Carla Bruni no abrazó durante la reunión del G-8 en Deauville, en el 2011.
“No olvidaré nunca lo que me ha hecho Sarkozy”, añade Berlusconi en otro capítulo del libro. Sin embargo, el francés y el italiano ni se han cruzado en la cumbre de los populares europeos. Mientras Sarko era recibido con expectación pero con miradas y silencio, Berlusconi «ha montado una verdadera fiesta a su entrada», comentaron riéndose algunos delegados del congreso.
El italiano hacía una entrada triunfal con algunos paisanos extendiendo una bandera de su partido, Forza Italia y gritando: «¡Presidente, presidente, presidente!». Todas las miradas se dirigían hacia el italiano, quien al final y en el último minuto decidió no intervenir en el plenario a pesar de estar anunciado el cuarto.
«No va a hablar por una cuestión moral. Quiere esperar a que se resuelva su imputación», comentó un compañero de partido. Berlusconi reunió a la prensa italiana para anunciar su decisión y tras una reunión a puerta cerrada con Mariano Rajoy de la que nada se supo decidió marcharse antes de que terminaran los actos, en silencio.
Por su parte, Sarkozy sí que intervino en el plenario y tras su intervención se marcho dando las gracias al resto de líderes, en especial Angela Merkel diciéndole: «hablamos». A su salida atendió a este medio confesando: «salgo contento» y tras hacerse selfies desapareció junto a sus dos guardaespaldas. Au-revoir.