La mujer de Sánchez se quedó al concierto de Pet Shop Boys en el FIB con 7 guardaespaldas

Begoña Gómez, mujer del presidente del Gobierno, no regresó con Pedro Sánchez a Madrid en el avión oficial que trasladó al líder socialista a Castellón para acudir a un concierto de The Killers en el Festival Internacional de Benicàssim (FIB).

Tampoco lo hizo el mismo día: optó por quedarse con sus hijas hasta el sábado para asistir al concierto de Pet Shop Boys, otro de los grandes reclamos del programa.

Según ha podido saber OKDIARIO, en vez de optar por un espacio más discreto y reservado, Gómez quiso disfrutar del concierto en primera línea, mezclada entre el público, lo que obligó a hacer uso de un fuerte dispositivo de seguridad, lo que técnicamente se conoce como ‘cápsula’. Un cordón compuesto por siete personas, entre escoltas y fuerzas de seguridad del Estado.

Gómez y sus dos hijas, de 11 y 13 años, no acudieron a Castellón en el avión oficial que trasladó a Sánchez, sino en coche. Y también regresaron a Madrid por carretera.

En casa de una diputada socialista 

Según confirma este periódico, todos ellos pernoctaron en la casa que la diputada socialista Susana Ros, gran amiga de la pareja, tiene en la localidad.

Precisamente, Ros-que también fue concejal de Benicàssim- acompañó al matrimonio al concierto de The Killers. Según fuentes conocedoras, la intención de Sánchez era alojarse en un hotel, pero se le desaconsejó por motivos de seguridad, dado el volumen de alojamientos con motivo del festival.

El presidente socialista viajó a Castellón el viernes, en un avión oficial, y con la «excusa» de mantener distintos encuentros: uno, en el Ayuntamiento y otro, con el presidente valenciano, Ximo Puig. Por la noche, asistió al concierto, lo que la vicepresidenta Carmen Calvo justificó como «agenda cultural». Sin embargo, la agenda del presidente para ese día no reflejaba su asistencia al concierto.

Coste de más de 33.000 euros

Tras dejar a Sánchez en Castellón, el viernes, el avión oficial regresó a Madrid, y volvió a volar el sábado por la mañana para recoger al presidente. En total, realizó cuatro desplazamientos, lo que supondría un coste de unos 33.600 euros, considerando que la hora de vuelo llega a los 5.600 euros.

El asunto ha provocado las críticas de la oposición. PP y Ciudadanos registraron este lunes una batería de preguntas para que el jefe del Ejecutivo explique la utilización de recursos públicos para una actividad privada.

Desde Podemos, su secretario de Organización, Pablo Echenique, quitó en cambio  importancia a la polémica y ha considerado que «no es lo que afecta a la vida de los ciudadanos».