Mónica García copia a Franco y propone al Congreso recuperar el contrato de alquiler indefinido
Así, llegado el día del vencimiento del contrato, este se prorrogará obligatoriamente por plazos anuales

Mónica García quiere devolver a España a 1960, al menos, en lo que al mercado del alquiler se refiere. Más Madrid ha registrado en el Congreso de los Diputados una reforma de la Ley de Arrendamientos Urbanos que tiene como objetivo recuperar el conocido como contrato de alquiler residencial indefinido, es decir, sin límite temporal. Algo que, de facto, supondría una vuelta al alquiler de renta antigua de Franco, que fue eliminada en 1985 por el impacto negativo que tenía en la ampliación del mercado de la vivienda en alquiler.
Esta propuesta de Más Madrid, no sería algo nuevo para nuestro país. Lo cierto es que, con esta reforma, los de Mónica García recuperarían una figura que ya contemplaba en el artículo 57 de la Ley de Arrendamientos Urbanos de 1964, donde se desarrollaba lo que se conoce como el alquiler de renta antigua. Esta figura, eliminada por decreto de la legislación hace ahora 40 años, es la que se pretende recuperar, a pesar de los efectos adversos para el mercado que llevaron a su supresión.
En la actualidad, la duración de los contratos es de cinco años, en caso de que el propietario sea un particular y de siete cuando se trata de una empresa. Ahora, la propuesta de Más Madrid volvería a introducir la modalidad de alquiler indefinido, aunque con ciertas excepciones, como que el propietario requiera que esa vivienda sea su residencia principal.
Esta reforma de la normativa no afectaría a los contratos ya en vigor, sino a los que se firmasen tras su aprobación. De esta forma, llegado el día del vencimiento del contrato, este se prorrogará obligatoriamente por plazos anuales, salvo que el propietario manifieste al inquilino, con 30 días de antelación como mínimo, su voluntad de no renovarlo, o que el arrendatario haya incumplido el contrato o el dueño manifieste la necesidad de ocupar la vivienda en los casos estipulados. Así, cada año la renta se actualizará según el índice del Instituto Nacional de Estadística (INE), que en el mes de enero se ha situado en el 2,1%. Además, si el arrendador invierte en reformar y rehabilitar la vivienda, puede llegar a subir el precio hasta un 20% de máximo, aunque dependiendo de la aportación hecha.
No es la primera vez que la izquierda recurre a esta medida de la época de Franco. El pasado verano, Sumar registraba una serie de enmiendas aprovechando la tramitación de la Ley sobre eficiencia judicial y protección de consumidores para incluir estos contratos de alquiler residencial indefinidos.
Problemática
Lo cierto es que España ya cuenta con experiencias -negativas- sobre el impacto que tiene en el mercado del alquiler este tipo de contratos permanentes. Y es que, este tipo de contratos supusieron una congelación en el importe de las rentas, una disminución en el porcentaje del parque destinado al alquiler en España y una congelación del mercado inmobiliario.
El objetivo de esta medida sería reducir el déficit de vivienda, sin embargo, sólo puede empeorar la situación. «Entendemos que con las cosas que no han funcionado en un momento dado, lo mejor es que no se repita la historia. No es una medida que sirva para paliar el déficit de acceso a la vivienda en España, al revés, podría suponer una congelación mayor», explica la vicesecretaria de la Confederación de Cámaras de la Propiedad Urbana, Ana González Alonso.
La aplicación del alquiler indefinido en el pasado ya causó la reducción de la oferta de viviendas en alquiler. «Esta medida es un paso atrás muy grande, tenemos que aprender de la historia. Y esta historia nos ha dicho que la Ley del 64 de arrendamientos urbanos, que aún está vigente en algunos casos, lo que supuso fue una congelación de los precios del alquiler y una reducción del porcentaje de viviendas en alquiler en España. Fue el periodo de tiempo con el porcentaje de viviendas en alquiler más bajo», expone González.