Investidura Pedro Sánchez

Moncloa quiere reventar C’s: alarga la investidura para que Rivera ceda a la presión de sus críticos

La vía preferida del presidente en funciones, Pedro Sánchez, sigue siendo la misma: lograr el favor de Albert Rivera.

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Pedro Sánchez quiere la abstención de C's en la investidura
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Pedro Sánchez se resiste a dar por perdido el apoyo de Ciudadanos -en forma de abstención-a su investidura. Aún sin fecha para el debate -que La Moncloa sitúa ahora en la segunda quincena de julio- la vía preferida del presidente en funciones sigue siendo la misma: lograr el favor de Albert Rivera. Sin embargo, Sánchez no abrirá la partida: dejará que el propio partido se desarme por la crisis interna entre partidarios y detractores de facilitar la investidura. En ese contexto, confían, y para evitar la sangría,  Rivera podría replantear el rumbo, y acabar facilitando el Gobierno.

Hoy por hoy, ese escenario parece improbable. Desde la dirección naranja se insiste en que no participarán de ningún acuerdo para que Sánchez llegue al Gobierno. Lo reiteró, este lunes, la portavoz, Inés Arrimadas, defendiendo que las urnas les habían colocado como alternativa frente al ‘sanchismo’ y recordando los pactos del PSOE con «populistas, nacionalistas e incluso separatistas». El PSOE de Sánchez, dijo, es «incorregible» y «siempre elige mal» a sus socios.

Sin embargo, el partido de Rivera vivió este lunes una de sus jornadas más negras, con las dimisiones de Toni Roldán y Javier Nart, en desacuerdo con la estrategia y el «giro a la derecha» de la formación, por sus pactos con PP y, sobre todo, con Vox. Dos renuncias muy significativas y que han provocado un inesperado impacto en la dirección. No se descartan más.

La Ejecutiva naranja protagonizó además una votación que no estaba prevista, a petición de ambos, para que los asistentes a la reunión se posicionasen sobre la posibilidad de «abrir una vía de negociación con Pedro Sánchez». El resultado fue de 24 votos al ‘no’, 4 en contra – los propios Garicano y Nart, además de Fernando Maura y Francisco Igea (muy crítico ya con la posición de Rivera)- y 3 abstenciones.

Presión a PP y C’s

La crisis interna es inédita en Ciudadanos, un partido que hasta ahora había respondido sin fisuras a las directrices de Rivera. Y ello, entienden en La Moncloa, puede favorecer a su aspiración última. La abstención de C’s sería suficiente para Sánchez, que se vería así liberado de las exigencias de Pablo Iglesias y del apoyo de las formaciones golpistas y Bildu.

Aprovechando la coyuntura, el secretario de Organización del PSOE y ministro en funciones, José Luis Ábalos, instó a Rivera a «salir de su laberinto» y a «escuchar» a las voces críticas de su partido que le piden que rectifique.

El PSOE, y el Gobierno, persisten en mantener la presión sobre PP y C’s. Tiempo hay. Aunque la previsión inicial era ir al Congreso la primera semana de julio, ahora -aunque en público se defienda una investidura «cuanto antes»- se piensa en la segunda. O tercera.

Este lunes trascendió la reunión en La Moncloa entre Sánchez y el líder ‘popular’, Pablo Casado. Un encuentro que el equipo del presidente en funciones pidió mantener en secreto y que luego filtró interesadamente. El objetivo: trasladar la imagen de un Sánchez ocupado en recabar en el constitucionalismo los apoyos para su investidura.

En la cita, Casado le reiteró su negativa, y le trasladó además sus quejas por que María Chivite acabe siendo presidenta de Navarra gracias a Bildu. El ‘popular’ le conminó también a evitar que Junqueras sea eurodiputado y que los presos del ‘procés’ -que en los próximos días serán trasladados a cárceles catalanas- obtengan algún tipo de beneficio penitenciario.

Sánchez pidió otro encuentro privado a Rivera, que el líder naranja rechazó porque, según fuentes de la formación, ya le había dicho que no se abstendría en ningún caso.

«Escuche a su partido»

Sin embargo, los socialistas no tiran la toalla. Según Ábalos, evitar un Gobierno de Sánchez sería «boicotear los resultados» del 28 de abril. Por ello, reclamó al PP que sea «congruente consigo mismo» y con su «papel hegemónico» en la oposición dando «estabilidad a la Nación». A Rivera le reclamó que deje de lado su «huida hacia adelante»: «El veto al PSOE es incomprensible. Le pedimos que escuche a su partido y se abstenga en la investidura del candidato Pedro Sánchez, que escuche a su alrededor, que recapacite. Le pedimos también que escuche a su alrededor: se lo han dicho fundadores de su partido, algunos de sus grandes fichajes, miembros de su ejecutiva y correligionarios liberales en el extranjero», persistió.

«¿Cuántos Manuel Valls, cuántos Toni Roldán, cuántos Javier Nart, cuántos desmentidos de [Emmanuel] Macron hacen falta para que recapacite, para que rectifique? ¿Cuántos diputados de Cs tienen que dimitir para que Cs sea lo que se esperaba de ellos?», insistió Ábalos.

Por ahora, Rivera está decidido a mantener el pulso. En Ciudadanos niegan que exista un giro a la derecha, y defienden que su estrategia está avalada por los 4,2 millones de votos que recibieron en las generales. Su socio preferente sigue siendo el PP, partido con el que ya ha pactado en Murcia y en Castilla y León.

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