LEOPARD A UCRANIA

Moncloa choca con el Ejército: se inclina por enviar a Ucrania los Leopard que defienden Ceuta y Melilla

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Pelayo Barro

España enviará carros de combate Leopard a Ucrania, al igual que harán otros socios de la OTAN que operan este modelo como Alemania, Polonia, Finlandia o Suecia. Sin embargo, aún está por decidir en qué cantidad y, sobre todo, a qué unidades se les restará esa capacidad para cederla a Kiev. Y uno de los escenarios está provocando fricciones entre el Estado Mayor de la Defensa y Moncloa, ya que el equipo de Pedro Sánchez contempla la posibilidad de que los carros enviados sean los Leopard 2A4 que prestan servicio a Ceuta y Melilla. El Ejército avisa de que retirarlos sería desguarnecer ambas ciudades en una frontera caliente, pero Moncloa ve además un momento político oportuno para hacerlo, a apenas una semana de la reunión de alto nivel (RAN) con Marruecos. El envío de carros Leopard a Ucrania es una apuesta a nivel político de la OTAN, conscientes de que su entrada en el escenario bélico cambia radicalmente el equilibrio de poder y habilita a las tropas de Volodímir Zelenski a acometer una ofensiva para recuperar el territorio arrebatado por Rusia.

La propuesta, sin embargo, se ve con más sombras que luces entre las Fuerzas Armadas que deben aportar esos carros. En primer lugar, porque la diversidad de modelos de blindados Leopard que hay entre los ejércitos europeos, con especificaciones, manejo e incluso piezas de repuesto diferentes que convertirá ese futuro batallón acorazado ucraniano en un caos logístico. Además, para que sean efectivos en el campo de batalla y no sean fácilmente liquidados por las armas contracarro rusas deberán estar acompañados de apoyo aéreo, prácticamente inexistente en estos momentos por la parte ucraniana. Y por último, la formación: adiestrar a las tripulaciones es cuestión de meses. En España, un carrista con cierta experiencia debe pasar por una formación de cinco semanas para adaptarse a los Leopard.

Sin embargo, España ya se ha mostrado abiertamente dispuesta a su envío y el Gobierno trabaja en la propuesta que presentará a la OTAN. La mayor duda, al margen de la cantidad de blindados que se cedan a Zelenski, es el origen de estos carros. Pero la decisión es personal y es de Sánchez: él decidirá qué se envía y en qué cantidad. Y sin necesidad de pasar por una votación en el Congreso, como ha explicado su ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, ya que la normativa sólo contempla someter a voto el envío de tropas, no de material. De esa forma, Sánchez evita evidenciar la ruptura con sus socios de Podemos, ERC y Bildu.

Almacén

En un primer momento, se barajó la posibilidad de que se enviasen algunas de las unidades del Leopard 2A4 que se encuentran almacenadas en unas instalaciones militares de Zaragoza, hibernando desde 2012. Las mismas cuyo estado de conservación definió la propia Margarita Robles definió como «lamentable». Sin embargo, pese a que muchas de las unidades están inservibles, algunas pueden ser puestas a punto en los talleres especializados del Ejército de Tierra en Madrid. El problema está en el coste: de tiempo, pues se calcula alrededor de tres meses para ponerlos en marcha; de dinero, ya que se estima que cada unidad debería recibir una inversión superior al millón de euros; y de capital humano, ya que requeriría una ingente cantidad de mecánicos y personal especializado que dejarían de dedicarse a otras reparaciones, retrayendo la operatividad de las fuerzas acorazadas españolas.

Esa posibilidad, que descartaban a OKDIARIO fuentes de Defensa a principios de esta semana, sigue aún sobre la mesa. Pero en Moncloa ven con mejores ojos otra de las opciones, que, sin embargo, cuenta con la oposición del Estado Mayor de la Defensa: que se envíen los carros de combate que hay en Ceuta y Melilla.

Ceuta y Melilla

Según los estadillos de material del Ejército de Tierra, el Regimiento de caballería Alcántara 10 de Melilla y el Regimiento de caballería Montesa de Ceuta hay 54 carros Leopard 2A4, un modelo exactamente igual que el almacenado en Zaragoza pero plenamente operativo. Según fuentes militares, la cifra real es algo menor, en torno a 45.

En Moncloa, tal y como ha sabido OKDIARIO, se contempla que el escenario de que un buque militar español cargue media docena de estos blindados y los traslade hasta Polonia, para que de allí sean llevados en camiones góndola a Ucrania.

Esa decisión, entienden desde el Estado Mayor, dejaría desguarnecidas a las unidades donde prestan servicio los carros en dos enclaves tan problemáticos para la defensa nacional como Ceuta y Melilla. Esa propuesta, que tratan por todos los medios de evitar que se materialice en el alto mando español, va acompañada de un «promesa» del Gobierno: que algunos de los carros almacenados en Zaragoza se reparen, sin prisas, y refuercen los regimientos ceutí y melillense.

Marruecos

El plan de echar mano de los carros de Ceuta y Melilla tiene además un componente político y diplomático que no se le escapa al Gobierno de Pedro Sánchez. El próximo miércoles, 1 de febrero, comienza en Rabat la reunión de alto nivel (RAN) entre el Ejecutivo y Marruecos. Sánchez y Mohamed VI se volverán a ver las caras en un encuentro llamado a ser el de la recuperación de la amistad y la normalización de las relaciones bilaterales entre ambos países, convulsas por el apoyo español al Frente Polisario y reconstruidas tras la cesión del Sáhara a Marruecos tras una decisión unipersonal de Sánchez.

El hecho de retirar blindados Leopard de Ceuta y Melilla, el elemento militar más disuasorio que tiene el Ejército en ambos territorios reivindicados por Marruecos como propios, supondría lanzar un mensaje de amistad y confianza de España a Marruecos. O eso, al menos, entienden en el gabinete de Sánchez. Hacerlo, entienden en las Fuerzas Armadas, sería un grave error.

Con las dificultades técnicas que plantea la propuesta de enviar los carros almacenados, y la oposición manifiesta -y conocida por el Gobierno- a que se retiren unidades de Ceuta y Melilla, al Ejecutivo le quedaría por tomar el camino del tercer escenario: enviar unidades del Leopard 2E, diseñado y fabricado en España bajo las especificaciones y necesidades del Ejército español, que cuenta con 239 carros. Cuestan alrededor de 11 millones de euros cada uno y actualmente son la principal arma terrestre de la defensa nacional, por lo que la pérdida de un número de ellos -aun siendo una cifra pequeña- es un golpe significativo para la fuerza militar. A estas alturas, en Defensa creen que será la solución por la que se optará finalmente.

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