OKDIARIO revive en presente cinco días que no debemos olvidar (IV)

Miles de personas velan el cuerpo sin vida de Miguel Ángel Blanco

Miles de personas velan el cuerpo sin vida de Miguel Ángel Blanco

Hasta hace poco más de dos siglos, Ermua se escribía con ‘h’. Los estudiosos de la etimología aseguran que el nombre procede originariamente de Emuas, un término vasco que significa “zona fronteriza”. Este pueblo vizcaíno pegado a Guipúzcoa alberga ya el último adiós al cuerpo sin vida de Miguel Ángel Blanco. Su historia, como otras grandes historias, comienza justo al final.

Miles de personas pasan de manera incesante desde hace horas junto al féretro que contiene el cadáver del edil. Antes de llegar aquí, ha recorrido algunas calles del pueblo. Más de 10.000 personas han hecho un pasillo humano para escoltarlo hasta el centro de la población. Es su última presencia en el Ayuntamiento de Ermua, donde llegó hace menos de dos años para ser concejal del PP.

Su madre Consuelo, su padre Miguel, su hermana y su novia —ambas Marimar, Blanco y Díaz respectivamente—, lloran desconsolados en el mismo balcón del Consistorio donde ayer colgaba una pancarta que ponía: “Miguel, TE ESPERAMOS”. Ya está aquí, pero sin vida.

Dos tiros en la cabeza

Ayer, día 12, un pistolero de ETA le descerrajó dos tiros en la cabeza en un bosque cerca de Lasarte… Su familia da las gracias por el apoyo a todos los presentes. Se mueven condicionados por el dolor, casi por espasmos. El llanto les cae de los ojos como una corriente que marca el ritmo por dentro y manda en el cuerpo por fuera. En ese estado anímico, cada gesto resulta una gesta.

Los vecinos les aplauden. Ellos aguantan el tipo como pueden. Al lado de la familia, el alcalde Carlos Totorika. Aunque sigue atento al ambiente y a las reacciones de sus convecinos —anoche ardió en el pueblo un local del entorno abertzale— se ha desprendido del hieratismo institucional y, contagiado por un ambiente en ebullición, se deja vencer también por los sentimientos.

Miguel Ángel, al igual que su pueblo, ocupa ya un lugar fronterizo. El edil de 29 años que quiso ser rockero es hoy una figura entre la mortalidad de esta vida y la inmortalidad de la Historia. Historia de España que empezó a cambiar el pasado 10 de julio con su secuestro. El comportamiento valiente de un solo hombre es la palanca que impulsa una evolución perceptible dentro de la sociedad vasca. Un hombre que jamás se plegó ante el silencio ni tuvo miedo a las palabras.

Una combinación complicada

La despedida no acaba a pesar de que el cansancio y la pena forman una combinación difícil de soportar. Los vecinos de Ermua se agrupan por miles frente a la Casa Consistorial. Saludan a la familia Blanco Garrido con las palmas hacia arriba. Gritan “asesinos”, gritan “Miguel Ángel”, gritan y gritan y en los gritos se oye un lamento conjunto. Desde el pasado 10 de julio, un lema se ha hecho ley en el municipio: “Todos somos Miguel Ángel”.

La fachada del Ayuntamiento está desnuda. Ya no cuelgan los más de 50 metros de papel donde personas de todo el mundo pedían la libertad del edil. Cada vez se concentra más gente delante del edificio, tanta que las calles aledañas también están llenas a rebosar. Un grupo de más de 100 vecinos inicia un ritual que escenifica la nueva realidad del País Vasco. Sentados y con las manos detrás de la cabeza, se han agachado hacia delante y han comenzado a gritar: “¡ETA, aquí tienes mi nuca!”.

El miedo ha cambiado de bando. Ya no entiende ni de cámaras de televisión ni de espías de ETA que, confundidos entre el gentío, puedan estar apuntando en una libreta quién sí y quién no de la misma manera que hicieron con Miguel Ángel Blanco. Hoy la libertad en Euskadi es un poco más libre. Tras el asesinato de Miguel Ángel, comienza algo que trascenderá a las épocas. Mañana, el concejal será despedido para siempre en un funeral de Estado digno de un héroe.

Lo último en España

Últimas noticias