Crisis del coronavirus

Los médicos planean el reparto geográfico de enfermos para aliviar las zonas rojas de coronavirus

Los médicos y enfermeros de unidades de cuidados intensivos (UCI) se preparan para hacer frente al colapso hospitalario frente a la epidemia de coronavirus, con centros ya saturados

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coronavirus Pedro Sánchez
Dos sanitarios atienden un afectado de coronavirus en España.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Pese a la ya crítica situación, la epidemia de coronavirus no ha alcanzado aún, ni de lejos, el pico de afectados. Ante ese escenario, los médicos y enfermeros de unidades de cuidados intensivos (UCI) se preparan para hacer frente al colapso hospitalario. Una realidad que ya se constata en varios centros de la Comunidad de Madrid, la más afectada por la pandemia. Entre las soluciones para aliviar la carga hospitalaria se plantea, por ejemplo, valorar el reparto de otros enfermos «no pandémicos» a zonas geográficas menos golpeadas por el coronavirus y, por tanto, con el sistema sanitario menos saturado.

Es una de las propuestas que se recogen en el plan de contingencia elaborado en los últimos días por estos profesionales, a través de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc). El documento, detalladísimo, tiene por objetivo anticiparse a un escenario de colapso total del sistema, dando pautas de organización para la atención óptima de los afectados del coronavirus.

Los contagiados por la nueva pandemia se han convertido en el foco principal en los hospitales, sumando así una carga brutal a la atención ordinaria de otros pacientes críticos.

En el plan, los médicos abordan abiertamente las necesidades de ‘triaje’ -selección en la admisión de pacientes- con el objetivo de lograr una «optimización» en un escenario crítico de cuidados intensivos.

Así, en una situación de «saturación o desbordamiento» consideran necesario «priorizar la atención de los casos potencialmente más recuperables», aplicando criterios «transparentes» y con la participación «de una persona de estricta y profunda formación en ética sanitaria». «Los protocolos de triaje de UCI para pandemias sólo deben activarse cuando los recursos de UCI en una amplia zona geográfica estén o vayan a estar desbordados, a pesar de todos los esfuerzos razonables para ampliar los recursos u obtener recursos adicionales», plantean los profesionales. Además añaden a continuación que «deberá valorarse el traslado de enfermos sin enfermedad pandémica a otras áreas geográficas con menos afectación». 

De acuerdo al último balance de Sanidad, Madrid sigue siendo a distancia la comunidad más golpeada por la epidemia, seguida de Cataluña, País Vasco y Andalucía. Los casos se han disparado en la última semana, lo que ha provocado ya una situación complicada en los hospitales madrileños. Y con la previsión de que se complique aún más en los próximos días.

«Vienen los días peores»

Este viernes, superado ya el umbral de los 1.000 fallecidos, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, admitió que lo peor todavía está por llegar: «Vienen los días peores». La epidemia se ha disparado pese a que hace ya una semana entró en vigor el confinamiento de la población por el estado de alarma, cuyos efectos tardarán aún en notarse.

Con este escenario, los médicos, en otro documento -‘Recomendaciones éticas para la toma de decisiones en la situación excepcional de crisis por pandemia Covid-19 en las unidades de cuidados intensivos’- abordan también los criterios para la admisión de enfermos críticos.

Entre sus 24 recomendaciones se establece que «se debe valorar el paciente de forma global y no la enfermedad de forma aislada», «evitar el criterio ‘primero en llegar, primero en ingresar’, tener en cuenta el «principio coste/oportunidad», y considerar que «admitir un ingreso puede implicar denegar otro ingreso a otra persona que puede beneficiarse más».

El documento va más allá y habla abiertamente de «no ingresar a personas en las que se prevé un beneficio mínimo como, por ejemplo, situaciones de fracaso multiorgánico establecido, riesgo de muerte calculado por escalas de gravedad elevado —cuando éstas sean fiables en su uso individual— o situaciones funcionales muy limitadas, condiciones de fragilidad, y otros».

«Ante dos pacientes similares, se debe priorizar a la persona con más años de vida ajustados a la calidad», reconocen los profesionales, que aconsejan «priorizar la mayor esperanza de vida con calidad». 

Los sanitarios destacan que «en personas mayores se debe tener en cuenta la supervivencia libre de discapacidad por encima de la supervivencia aislada» y recomiendan «valorar cuidadosamente el beneficio de ingreso de pacientes con una expectativa de vida inferior a dos años».

También instan a «tener en cuenta el valor social de la persona enferma». En cualquier caso, avisan que habrá que contactar con el Comité de Ética Asistencial «para que pueda ayudar en la resolución de conflictos entre las partes implicadas» -profesionales, pacientes, familiares e institución-en la toma de decisiones.

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