MARRUECOS

Marruecos da por amortizado a Sánchez y rompe el pacto por Ceuta y Melilla a la espera de Feijóo

Marruecos Pedro Sánchez
Pedro Sánchez con Mohamed VI.
Pelayo Barro

La tregua firmada por Marruecos con el Gobierno de Pedro Sánchez el pasado mes de febrero ha durado apenas 5 meses. El tiempo que ha transcurrido hasta la convocatoria de elecciones generales anticipadas. Rabat vuelve a la senda habitual de reclamar Ceuta y Melilla como propias. En la diplomacia española se entiende como un mensaje claro la nota que envió Rabat a la UE, en plena campaña electoral, calificando a Ceuta y Melilla de «ciudades marroquíes». La relación «está rota» y en Exteriores lo relacionan con la probable salida de Pedro Sánchez de La Moncloa.

Rabat lleva meses oliendo vientos de cambio en España. Así lo admitían fuentes diplomáticas marroquíes durante la cumbre que Moncloa organizó junto a Marruecos el pasado mes de febrero para escenificar unas paces que han durado menos de un semestre. Ya por entonces, en Marruecos se asumía que todo lo prometido por Sánchez, las inversiones y proyectos, eran promesas de un hombre en campaña que podría salir elegido o no en las generales que se preveían para el mes de diciembre. El adelanto electoral no ha mejorado la situación, sino que la ha precipitado.

Según ha podido saber OKDIARIO de fuentes de la legación española en Marruecos, el tono de las conversaciones habituales con el Gobierno marroquí se ha venido enrareciendo en las últimas semanas conforme se acercaba la campaña electoral. Y alcanzó su punto álgido con el envío de la carta a la embajada de la UE en Rabat en la que criticaban al vicepresidente de la Comisión Europea responsable de inmigración, Margaritis Schinas,  por calificar a Ceuta y Melilla de ciudades españolas y europeas. Son «marroquíes», decía la carta por la que Exteriores ha tardado días en responder. Y lo ha hecho enviando una sutil «nota verbal» a Rabat recordando que ambas son «categóricamente» españolas. Marruecos, en una contrarrespuesta este jueves, aseguró que su carta a la UE era «necesaria».

En Exteriores manejan abiertamente que la tregua de la pasada Reunión de Alto Nivel de Rabat se ha acabado. El acuerdo al que habían llegado ambos Gobiernos contemplaba desterrar «cualquier cosa que moleste a la otra parte». Una fórmula que evitaba mencionar directamente a Ceuta y Melilla y que el Ejecutivo de Sánchez aceptó como garantía. Insuficiente, a todas luces y en vista de la situación actual.

La lectura que se da estos días en círculos diplomáticos a este giro es que Rabat poco menos que ha hecho un «borrón y cuenta nueva» a la espera de que llegue un hipotético nuevo Gobierno. Con la vuelta a una postura enconada sobre Ceuta y Melilla, Rabat buscaría volver a arrancar un compromiso sobre el Sáhara a un nuevo Ejecutivo.

Protesta

España ha enviado una nota verbal en la que rechaza «categóricamente» el lenguaje utilizado para referirse a las ciudades españolas en una misiva enviada a Bruselas para criticar las declaraciones sobre la españolidad de ambas ciudades autónomas, realizadas por el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de la Promoción del Modo de Vida Europeo, Margaritis Schinas.

Asimismo, desde la diplomacia española aseguran que se ha dejado «muy claro» a Rabat que «las fronteras españolas, incluidas Ceuta y Melilla, están internacionalmente reconocidas».

España ya hizo llegar en octubre una nota verbal al Consejo de Derechos Humanos de la ONU en la que recalcó la españolidad de Ceuta y Melilla después de que el Gobierno de Marruecos hubiera puesto en tela de juicio este extremo en una misiva remitida a este mismo organismo. «La soberanía de Ceuta y Melilla es indiscutible», recalcó la secretaria de Estado de Asuntos Exteriores, Ángeles Moreno.

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