Malestar con Sánchez en la UE por usar la presidencia en beneficio propio con el catalán y Palestina
Pedro Sánchez asumió la presidencia de turno de la UE el pasado 1 de julio y dejará el cargo el 31 de diciembre
El uso que Pedro Sánchez le está dando a la presidencia rotatoria de la Unión Europea (UE) genera malestar a los Veintisiete. Fuentes de distintas delegaciones, consultadas por este periódico, centran las críticas en dos cuestiones concretas: el empeño de Sánchez en forzar el debate sobre la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego en el Consejo de Europa sin consenso; y su falta de liderazgo en el conflicto entre Israel y Gaza, por ser rehén de sus socios de coalición.
La frase que más repiten las delegaciones diplomáticas es que «ha usado la presidencia europea para sus intereses propios y electorales». Algo que ha provocado malestar entre los Veintisiete por el papel institucional que Sánchez debía desempeñar en su condición de presidente de turno de le UE. De momento, la petición de las lenguas cooficiales sigue encallada por el rechazo de algunos estados como Finlandia, que aseguran que «ni es una cuestión prioritaria ni se debe forzar el debate como se ha hecho sin consultarlo previamente». Estos países han rechazado las pretensiones iniciales de Pedro Sánchez en esta materia.
Sobre Israel y Palestina, señalan las mismas fuentes, el malestar procede por la «dejadez de funciones» de la que ha hecho gala el Gobierno español, y en particular Sánchez pese a ostentar la presidencia de turno de la UE. El jefe del Ejecutivo en funciones, rehén de sus socios de coalición, no acompañó a las presidentas de la Comisión y del Parlamento Europeo, Ursula von der Leyen y Roberta Metsola, al viaje que hicieron conjuntamente a Tel Aviv. A día de hoy el presidente español es uno de los grandes líderes comunitarios que sigue sin visitar a Benjamin Netanyahu en Israel.
Sin embargo, en el Consejo Europeo ordinario de octubre, celebrado este jueves y viernes en Bruselas, el presidente del Gobierno en funciones sí usó su posición para bloquear el acuerdo de los Veintisiete respecto a la posición conjunta de la UE para defender las tesis de Palestina. Sánchez estuvo más de seis horas y media negándose a los términos que Alemania, Austria o Italia defendían y que acabaron imponiendo a cambio de ceder a una conferencia de paz que antes que España ya había propuesto Egipto.
Moncloa dice que Sánchez lidera la UE
El Gobierno de España no comparte, en absoluto, las críticas vertidas por parte de sus socios comunitarios. Es más, en el equipo de Pedro Sánchez alardean de que el jefe del Ejecutivo en funciones y candidato del PSOE a una nueva investidura «lidera la Unión Europea», incluyendo –sostienen– la respuesta comunitaria a cuestiones tan sensibles como las guerras en Ucrania y en Gaza. Pero la realidad es bien distinta, como subrayan las principales delegaciones diplomáticas del resto de socios europeos.
En este último Consejo Europeo se quedó solo en su propuesta de alto al fuego y Joe Biden le ha excluido de las reuniones con líderes occidentales para tratar el conflicto en Oriente Próximo. Pero Moncloa lo ve todo con otros ojos y este jueves, en Bruselas, insinuaban incluso que los EE.UU. habían modificado su posición para permitir la entrada de ayuda humanitaria en Gaza tras escuchar los planteamientos de Pedro Sánchez en la cumbre convocada por el presidente egipcio Abdelfatah Al-Sisi el pasado sábado en El Cairo.