El acuerdo de los Veintisiete sobre Israel y Gaza deja solo a Sánchez en su petición de alto el fuego
Fuentes del Gobierno alardean del "liderazgo" de Sánchez e incluso insinúan que EEUU cambió de opinión gracias a él
Pedro Sánchez ha perdido la batalla del relato entre los Veintisiete en el debate sobre Israel y Gaza que finalmente ha acabado en un acuerdo de mínimos en contra de su criterio inicial. Finalmente, su propuesta de reivindicar un alto el fuego, inasumible no sólo para Israel, sino para varios países miembros, ha sido rechazada. Y lo que el Consejo Europeo ha aprobado es pedir «corredores» y «pausas humanitarias».
A cambio de permitir ese acuerdo, tras seis horas bloqueándolo, Sánchez ha exigido que la UE defienda su conferencia de paz; algo que la embajadora de Israel en España ya ha descartado este mismo jueves y que ningún otro país comunitario consideraba que debiera formar parte de las conclusiones del debate de hoy en el Consejo Europeo.
La posibilidad de un acuerdo entre los estados miembros de la UE para unificar la posición respecto a la guerra entre Israel y Hamás, se había complicado por el «bloqueo» de Pedro Sánchez. Estuvo «solo», en el Consejo Europeo de este jueves, en su actitud de obstaculizar una postura común que permitiera a la UE defender una solución satisfactoria para todas las partes.
Por eso, la delegación española en el Consejo Europea celebraba como una victoria haber podido colar en las conclusiones la conferencia de paz que la embajadora en España ya ha rechazado porque varios países decían que eso no se debía plasmar en unas conclusiones, y se lo han comprado para que dejase de bloquear el término corredor o pausa en lugar de alto al fuego.
Su íntimo amigo Olaf Scholz, canciller alemán, fue su principal opositor en este Consejo Europeo ordinario de octubre. Tanto con la guerra de Israel y Hamás como en la cuestión migratoria y de asilo. El equipo de Scholz, en conversación con los periodistas en la sala de prensa del edificio Justus Lipsius del barrio europeo, señaló directamente a Sánchez como el culpable del bloqueo de un acuerdo entre los Veintisiete, respecto a la situación que se vive en Israel. Aunque todo era cuestión del lenguaje.
Los alemanes, con el apoyo de Italia y Francia, defendían la apertura de una «ventana humanitaria». Término que no gusta al presidente del Gobierno en funciones. Sánchez defendía un «alto al fuego humanitario» -que a la práctica dejaría a Israel en situación de indefensión-. La «pausa humanitaria», uno de los términos que se ha acabado aprobando, la defiende Estados Unidos.
La delegación española ha insinuado de que el secretario de Estado norteamericano, Anthoni Blinken, cambió su postura en 24 horas gracias al «liderazgo» de Sánchez, ya que «antes de las palabras del presidente en Egipto nadie hablaba de esta necesidad».
En el equipo del jefe del Ejecutivo en funciones sostenían, antes del pacto, que «estamos todos de acuerdo en que hay una extraordinaria crisis humanitaria que hay que afrontar de alguna manera». La gran pregunta es cómo hacerlo. «Que la ayuda humanitaria que necesita la población de Gaza llegue a la población de Gaza» sigue siendo, dicen, la principal preocupación de Sánchez a día de hoy.
El líder socialista advirtió a sus homólogos de que «el reconocimiento de los dos Estados es la única manera de que se logre una solución definitiva». «Israel no puede seguir con el problema que tiene y sólo puede ofrecer a Palestina un horizonte de seguridad» manifiestan fuentes de la delegación española en el Consejo Europeo. Por eso, explicaban, hay que «movilizar a la comunidad internacional para lograr la convivencia en paz y seguridad».
Israel rechaza la propuesta de Sánchez
Este jueves, Sánchez lanzó en Bruselas la propuesta de celebrar una conferencia de paz dentro de seis meses que, puntualizan en Moncloa, «no tiene por qué celebrarse necesariamente en España». Una nueva vía para solucionar el conflicto que los Veintisiete se han acabado haciendo suya tras la presión española. Pero este mismo jueves la embajadora de España en Israel, Rodica Radian-Gordon, descartó por el momento la propuesta de Sánchez, ya que «antes los rehenes deben ser liberados y Hamás destruido».
Radian-Gordon, en línea con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu -al que por ahora Pedro Sánchez no tiene intención de visitar como sí han hecho otros líderes europeos-, señaló que «ahora no es el tiempo idóneo de hablar de soluciones antes de que, primero que nada, regresen los secuestrados y luego se destruya la infraestructura y todas las bases de Hamás».
«La exigencia es que regresen todos los secuestrados», enfatizó la embajadora, que presidió en la sede de la Comunidad Judía de Madrid un encuentro con familiares de algunos de los rehenes que fueron tomados por Hamás durante la sorpresiva y sin precedente ofensiva lanzada el pasado 7 de octubre sobre territorio israelí.
«Pedimos al Gobierno y a la sociedad española que se unan en los esfuerzos para hacer todo lo posible para que estos más 220 ciudadanos israelíes inocentes de todas edades y condiciones regresen a sus casas», ha demandado la diplomática.