La Justicia imputará al exinspector de la Policía Local de Palma Antonio Mesquida

Policía Local
Policía Local. (Foto de archivo de AFP)

La investigación sobre la presunta trama de corrupción en la Policía Local de Palma está a punto de cobrarse una nueva imputación, concretamente la del que fuera mando de la Patrulla Verde en Playa de Palma y S’Arenal, Antonio Mesquida. Y es que en el auto de prisión de Bartolomé Cursach, varios testigos describen cómo Mesquida favorecía los negocios del rey de la noche mallorquina.

Fuentes cercanas al caso consultadas por este periódico señalan que la imputación de Mesquida es inminente. De hecho, no se descarta su detención a tenor de las pruebas que el juez tiene en su poder. En ese caso, su declaración (señalando o no a Cursach) determinará si continúa como imputado (ahora investigado) o si por el contrario es detenido como medida de prevención.

Mesquida aparece varias veces en el auto de prisión de Cursach. En el mismo, uno de los testigos asegura que el inspector de policía «trabajaba de forma descarada para el Grupo Cursach, haciendo desaparecer denuncias y sanciones» que afectaban a los negocios de la empresa.

En lo que respecta a pagos recibidos en especie por el entonces inspector de Policía y ahora trabajador del Grupo Cursach, Antonio Bergas Monserrat, y Mesquida, el auto recoge que merece «especial atención» la declaración prestada por otro testigo, que aseguraba que se dejaba «entrar gratis en locales de la zona de Calviá a determinados agentes de la Guardia Civil».

Además, el auto indica que el control que ejerce Cursach sobre la policía y sus mandos ha sido corroborado indiciariamente: «El sr. Cursach ejercía un control absoluto, entre otros, sobre Mesquida, Gabriel Torres, Antonio Bergas (cuando aún era policía local), Estarellas, Brull, Mora, Cabellos Mut, Planas y Capó, y también, según relatan, sobre José María Rodríguez”.

El documento recoge que «Mesquida se servía de Patrulla Verde, que al igual que él no tenían escrúpulos y prescindía de los miembros que hacían su trabajo con honestidad y ello era para manejar las inspecciones en los locales de manera arbitraria y sobre todo para beneficiar al Grupo Cursach».

«El acoso al declarante y a sus negocios fue constante, prácticamente a diario, que Mesquida obedecía las órdenes que sin lugar a dudas recibía de Bergas que trabajaba para Cursach, aunque en realidad quien daba las instrucciones era Tolo Sbert”, ‘número dos’ del empresario de la noche mallorquina.

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