Un juez archiva un intento de abusos a niñas de 7 años e imputa por lesiones al policía que lo impidió
Un agente fuera de servicio retuvo a una persona que propuso a su hija pequeña y a una amiga que los acompañara a un cuarto de baño
Un juzgado investigará al padre policía, pero no perseguirá el intento de abuso que aparentemente frustró su intervención
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El mundo al revés. Solamente así pueden calificarse las decisiones recientemente tomadas por un juzgado catalán en virtud de la cual un policía fuera de servicio llegó a anteponer sus sentimientos como padre para comportarse como un agente y detener, retener y poner a disposición de otro policía, de servicio, a un individuo cuyo comportamiento con dos niñas de 7 años había sido, como poco, sospechoso. Una de las niñas era hija de este policía que ahora se enfrenta a una grosera acusación por lesiones mientras que su denuncia por haber impedido unos más que posibles abusos ha sido sobreseída.
El pasado 11 de agosto, Said, un ciudadano español con ascendencia marroquí, se sentó delante de unos policías para contarles que sobre las seis de la tarde de ese mismo día se estaba dando un baño en la Playa de Levante de Salou. Según Said, un adulto mayor de edad hecho y derecho, dentro del agua se encontró con dos niñas pequeñas, a las que no conocía de nada, y a quienes reconoció haberles preguntado qué edad tenían y si eran de allí, de la localidad de Salou. Said le contó a los agentes que las niñas le respondieron que tenían 6 años y que después de eso él siguió nadando.
“Después de eso un señor se ha metido en el agua y me ha sacado a la fuerza. Me ha cogido por el cuello y me ha llevado a la arena. Me ha tirado al suelo y me ha puesto la rodilla en la espalda mientras me preguntaba que qué les había dicho a sus hijas”, explica claramente la declaración de Said, a la que ha tenido OKDIARIO.
Pero ¿qué sucede si enfrentamos ésta a la versión del padre que aparece en el final del relato? Pues que además de más creíble en su contenido la sucesión de acontecimientos que narra es mucho más lógica, además de estar respaldada por varios testigos. Este policía impidió un presunto caso de abusos a menores.
La historia empieza de manera similar, en una tarde de agosto en Salou. Dos niñas de corta edad se bañan en la orilla de la playa mientras el padre de una de ellas las vigila a corta distancia. Las niñas son hijas de dos matrimonios que pasan la tarde juntos, pero uno de los padres es policía, acostumbrado a ver el peligro donde los demás no lo perciben. Y con ese sentido activado se percata de que un varón de unos 20 años se acerca a las niñas. Apenas hay profundidad en el agua y el varón está literalmente acostado boca abajo muy cerca de las niñas. Habla con ellas. Tiene las manos ocultas. El padre policía desconfía, pero no interviene. No ha pasado nada aún.
«Si nos íbamos al baño con él»
El adulto desconocido se acerca un poco más a las niñas y el padre reconoce que le percibe nervioso y que su actitud es vigilante. El padre policía descarta que sea el padre de ningún niño cercano a las pequeñas así que decide acercarse a la escena para salir de dudas. Said lo ve acercarse y se separa de las niñas, se levanta y empieza a marcharse. El padre, ahora más policía que padre, les pregunta a las niñas, que responden: “Nos ha dicho si nos íbamos al baño con él”.
Said no fue muy lejos. El policía fuera de servicio lo interceptó, lo retuvo y llegó a protegerlo del resto de bañistas, quienes en cuanto ataron cabos de los que allí sucedía trataron de agredir al joven Said al grito de “¡pederasta!”. El padre policía interpuso su cuerpo entre el sospechoso de los presuntos abusos intentados y los demás bañistas mientras lo retenía en el suelo con un brazo a la espalda. Finalmente pudo entregárselo a los agentes de la Policía Local de Salou, quienes en su informe reflejaron la escena tal y como la contó el padre policía. Se llevaron a Said, quien en comisaría les contó su versión de los hechos.
El padre, como buen policía, decidió no dejar correr el asunto y fue personalmente a interponer una denuncia por tener indicios de haber frustrado un abuso sexual contra su hija y su amiga, dos niñas de 7 años. Después de todo lo anterior llegó el momento de las decisiones judiciales. Y de las sorpresas. “Se debe acordar el sobreseimiento provisional de las presentes diligencias en relación con el abuso sexual denunciado pues sólo se refieren sospechas”. Si Said estaba tanteando llevarse a dos menores a un baño para sólo él sabe que no se va a investigar. Sin embargo, el padre policía sí será investigado por un delito leve de maltrato contra Said, quien puede acabar incluso siendo indemnizado por el padre policía que lo retuvo y lo protegió de la muchedumbre. Lo dicho, el mundo al revés.