Joan Gaspart: «En España cuando un empresario fracasa se queman las raíces para que no vuelva a crecer»
P.- ¿Por qué en España se tiene tan mala opinión de los empresarios?
R.- Porque no hemos sabido quizá vender la realidad. Lo mismo decía antes: España, sin turismo… ¡Pobre España! Pues España, sin empresarios… ¡Pobre España! El empresario es imprescindible, pero no sólo el gran empresario, porque la gente a veces cuando se habla de empresario solamente se fija en grandes empresarios. Florentino Pérez es un gran empresario, pero después hay muchísimos empresarios que no son Florentinos Pérez, que son medianos empresarios y que también generan puestos de trabajo. Al empresario le ha faltado quizás ser menos modesto. Y hay un pecado: no se puede ganar dinero. El empresario tiene la obligación de ganar dinero. Solamente las ONGs no tienen la obligación de ganar dinero, sí de reinvertirlo. Cuando a mí me presentan los números de las ONGs a las que yo estoy vinculado y me dicen que vamos a ganar dinero ese año, yo les digo “ni hablar, vamos a buscar una forma de gastárnoslo, que las ONGs no están para ganar dinero, están para invertir en los demás”. El empresario, no. El empresario tiene la obligación de ganar más dinero para crecer para generar más riqueza, más puestos de trabajo.
P.- Pero el empresario español se resiste a poner en valor ante la opinión pública la actividad empresarial y el espíritu emprendedor. Mire a Amancio Ortega, nunca habla.
R.- Ahora que ha sacado usted el nombre de Amancio. Yo me he encontrado a gente que te dice “¿oye, sabes que un español es el número uno del mundo, el más rico?”. Y yo respondo “¿lo dices contento?”, “muy contento”. O sea, estamos muy contentos de que Amancio sea uno de los hombres más ricos del mundo, porque nos gusta verle en el ranking por encima de Bill Gates, pero sin embargo le criticamos porque gana dinero. En EEUU hay una norma que en España es imposible: el que se cae y se vuelve a levantar tiene un mérito tremendo; si se cae dos veces y se vuelve a levantar, sensacional; y si se cae tres veces y se vuelve a levantar, lo hacen presidente de EEUU. El presidente de EEUU tiene un mérito tremendo porque no ha sido siempre millonario. Aquí, cuando uno fracasa o las cosas le van mal, se queman las raíces para que no vuelvan a nacer. Ese personaje ya no tiene que volver a nacer, se le tiene que aniquilar. Es una mentalidad, yo creo, equivocada.
P.- Deme un consejo para todas esas personas que están desarrollando una idea que creen que es fantástica, un proyecto de negocio, o que están empezado ya con su pequeña empresa. ¿Qué consejo le daría usted?, ¿qué consejo, por ejemplo, le dio su padre?
R.- A la gente joven, hay que intentar lanzarles varios mensajes. Uno, decide lo antes posible lo que quieres ser. Cuando voy a dar charlas a escuelas de negocios y me encuentro con chavales a los que pregunto “a ver, que levante la mano quien sabe ya que va a ser de mayor” y veo que nadie levanta la mano me decepciona muchísimo. Se lo digo a ellos “oye, chavales, que ya tenéis edad para saber lo que queréis ser de mayor. ¿Queréis ser curas?, ¿queréis ser empresarios?, ¿queréis ser empleados?, ¿queréis ser ejecutivos?… Tenéis ya que saber”. Yo recomiendo a la gente joven que empiecen a pensar y a meditar qué quieren ser de mayor. Es muy importante, el tiempo pasa volando. Segundo, que, cuando encuentren lo que quieren, se preparen, que procuren profundizar sobre lo que quieren, que estudien, que analicen, que viajen. Mi abuelo, hace 60 años, le decía a mi padre “te equivocas con el niño, no tiene que aprender inglés”, y mi padre le decía “pero papá, ¿qué dices?”, “chino, chino”. Tenía más razón que un santo. Si yo ahora supiese hablar chino como sé hablar inglés, me iría a China y me haría el amo. No hay nada que les guste más a los chinos que llegue una persona que no es china y que se dirija a ellos hablando en chino. La juventud tiene que decidirse, que formarse y, luego, empezar a trabajar lo antes posible. Hay que empezar a trabajar joven: formarse, decidir y trabajar.
P.- Pues yo le agradezco muchísimo esta charla señor Gaspart.
R.- No, ahí te corrijo. La madre Teresa de Calcuta (yo la conocí personalmente) me decía “Juan, te equivocas, crees que en la vida tiene que dar gracias aquél que obtiene algo. Por eso, tú me das las gracias, pero te equivocas. En la vida tiene que dar las gracias el que tiene la oportunidad de dar, no el que recibe”. Yo soy el que te agradezco que haya podido expresar lo que pienso libremente y sin ningún tapujo. No me vuelvas a decir gracias porque me voy a enfadar.
P.- Bueno, nos damos las gracias mutuamente.
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