INDEPENDENTISMO

El ‘James Bond’ con el que 5 separatistas mantuvieron relaciones sexuales «actuó según el protocolo»

policía separatistas
Ángel Moya

El James Bond denunciado por cinco separatistas con las que mantuvo relaciones sexuales, es sólo un policía de Información que «actuó según el protocolo». No se trata de un «agente encubierto» que opera entre terroristas o narcotraficantes con autorización judicial, simplemente es un policía de las unidades de Información dedicado a captar información de entornos antisistema como hacen muchos otros en diferentes entornos «sensibles» con el respaldo de sus superiores y del Ministerio de Interior.

El agente ha sido víctima de una querella por parte de cinco activistas que le denuncian por agresión sexual, un delito contra la integridad moral, revelación de secretos e impedimento del ejercicio de los derechos civiles. La denuncia parte de la siguiente premisa de «si hubiera sabido que era policía, no me habría acostado con él», que mantiene una de las querellantes. Según sus letradas, el policía engañó a sus presuntas víctimas para mantener relaciones sexuales, y, de esta manera, conseguir introducirse en los círculos antisistema de Barcelona, accediendo a información de esos movimientos sociales e incluso de las personas a las que supuestamente sedujo «castigando a las mujeres por su ideología».

Sin embargo, fuentes policiales consultadas por este diario no ven ningún tipo de delito en el comportamiento del agente y piden diferenciar entre dos tipos de figuras muy diferentes. Por un lado, la figura del agente encubierto (regulada por la LECrim) que se infiltra en organizaciones terroristas o de narcotraficantes con autorización judicial y que incluso se ve facultado a cometer delitos para llevar a cabo su propósito. Su misión es la de «infiltrarse» y formar parte de una organización recabando toda la información disponible para acusar a los delincuentes ante un juez.

El agente objeto de la querella de las activistas de Barcelona no es un «agente encubierto», según fuentes policiales. Este agente se encuadra en un tipo de figura diferente, la de su trabajo como un sencillo policía de los servicios de Información de la Policía Nacional que «actúa siguiendo los protocolos que rigen desde hace décadas en esas unidades especiales de la Policía o la Guardia Civil», detallan.

Estos agentes de Información se dedican simplemente a trabar relación con los ambientes donde quieren captar información. No necesitan autorización judicial, porque la información que recaban es simplemente de utilidad operativa para la Policía y esa información no se puede presentar en un juicio contra ninguna persona. En el caso de detectar alguna actividad delictiva, el policía sí tiene obligación de trasmitirla al juez que decidirá sobre el futuro a seguir. «Como obviamente no puede presentarse como policía para recabar información, su propia unidad le proporciona documentación para ocultar su verdadera identidad, esa documentación se la facilita la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio de Interior a esas unidades especiales de la Policía y la Guardia Civil».

No hay ninguna ley que prohíba seguir estos protocolos a la Policía, y este tipo de trabajo se hace en todo tipo de ambientes «sensibles» para captar información dentro de grupos ultras de cualquier ideología, entre movimientos antisistema o reaccionarios, en ambientes de activismo religioso, o incluso entre las bandas latinas. La labor de estos policías es de gran utilidad operativa para, por ejemplo, conocer de antemano la celebración de manifestaciones no comunicadas, evitar altercados violentos o conocer la información necesaria para detener cuanto antes a los posibles autores de algún hecho delictivo grave, como un asesinato entre bandas, por ejemplo.

Según fuentes policiales, «en definitiva se trata de captar información para proteger al Estado y a los ciudadanos de posibles amenazas futuras, si nos quitan eso, ya solo nos quedan las facultades adivinatorias» comenta con sorna una de estas fuentes veterana en estas lides. «Respecto a la acusación de agresión sexual, no acabo de verla al tratarse de relaciones sexuales consentidas entre adultos. Y en cuanto a la revelación de secretos, quizá podría ser si esos secretos se usaran en un futuro juicio contra esas activistas, cosa que no ha ocurrido, como tampoco ha ocurrido que el compañero tenga que intervenir porque estas personas cometieran algún delito». No es un súper espía, simplemente es un policía de Información haciendo su trabajo, puntualiza.

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