Interior adeuda 4.500 euros a los antidisturbios de la Guardia Civil desplazados a Cataluña

Guardia Civil
GRS de la Guardia Civil en Cataluña

La inminente Declaración Unilateral de Independencia (DUI) y la inmediata aplicación del artículo 155 en Cataluña van a obligar a prorrogar el despliegue de unas Fuerzas de Seguridad cuya situación dista de ser la más adecuada, no sólo en en cuestiones de alojamiento o alimentación, también en el aspecto de sus retribuciones.

Agentes de la Guardia Civil han hecho llegar a OKDIARIO su malestar «tras 43 días destinados en Cataluña, en los que ya se nos adeudan más de 4.500 euros en dietas, y en los que ya estamos pagando muchas cosas de nuestros bolsillos», nos informan.

Son guardias como los ubicados en el cámping de Illa Mateua, en Gerona. Allí han sido alojados decenas de agentes de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS), los Antidisturbios de la Benemérita. Efectivos que primero se alojaban en hoteles costeros de Calella (Barcelona), de los que fueron expulsados ante la presión de los radicales y la alcaldesa independentistas,  y que posteriormente fueron trasladados a instalaciones militares  como las de San Clemente Sasebas, en Figueras (Gerona), sin las condiciones mínimas para ello.

Entrada cámping de Gerona donde se alojan los GRS
Entrada cámping de Gerona donde se alojan los GRS de la Guardia Civil

Más de 4.500 por guardia civil

«Cobramos 133 euros al día en dietas, pero desde que llegamos, hace cinco semanas, sólo nos han pagado nueve días. Interior debe una media de entre 4.500 y 5.000 euros por agente desde entonces», explica Miguel, nombre ficticio bajo el que este GRS accede a hablar con nosotros.

Los miembros de esta unidad de élite, que han sido objeto de escraches tanto en los hoteles del Maresme como horas después de llegar al cámping gerundense en que se hospedan desde el martes, quieren dejar claro que están encantados con el cumplimiento de su deber: «Nuestro trabajo es que se cumpla la ley y la Constitución, somos profesionales y por encima de todo está servir a tu país. Estaremos aquí hasta que sea necesario», asegura Miguel.

Pero la crisis en Cataluña «no puede aprovecharse para no respetar derechos laborales y compromisos adquiridos por el ministro Juan Ignacio Zoido», señala este GRS, que además explica que «somos muchos compañeros los que estamos en esta situación y que nos sentimos decepcionados, pero muy pocos los que lo hacemos público porque todos queremos preservar el buen nombre de la institución».

Han tenido que poner dinero de su bolsillo

Retrasos en sus nóminas que duelen más con lo que están viviendo desde su llegada a Cataluña para afrontar el referéndum ilegal del 1-O, inicio del desafío golpista. «Nos han insultado y acosado, nos han echado de hoteles, pero estamos preparados para eso y más. El problema llega cuando a todo eso le unes el malestar que genera tener que poner dinero de tu bolsillo porque hace un mes que no te pagan las dietas y has tenido que mandar el sueldo a casa para pagar hipoteca, colegios y demás gastos de la familia», apunta este guardia civil antidisturbios.

La retribución ordinaria de un agente se sitúa en torno a los 1.400-1.500 euros netos, al que los GRS suman unos complementos por especialidad , peligrosidad, y otros conceptos. Lo que denuncian los antidisturbios destacados a Cataluña es que «estamos cobrando la nómina, pero no los ‘extras’, los que nos está obligando a adelantar dinero para nuestras necesidades que debería ir a nuestras familias», explica.

Servicios de 16 horas diarias

Por eso, los agentes como Miguel, que ahora ocupan los bungalows de este cámping (dos plantas y cuatro personas por cada uno), un lugar «agradable, pese a las caceroladas independentistas», que se han podido ver en internet, sólo quieren  dos cosas. Recuperar la tranquilidad que merecen después de prestar servicios de hasta 16 horas diarias y que el Ministerio del Interior cumpla sus compromisos. «Es lo justo», reclaman.


Una reivindicación que apoya  la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC): «El Gobierno debe agilizar los pagos, y abonar lo que se les debe, cada vez estamos recibiendo más quejas y el ministro Juan Ignacio Zoido ha declarado que se va a reconocer nuestro trabajo», señala su portavoz, Juan Fernández.

Todo ello haría más llevadero el alejamiento de sus familias «es duro porque ya son 43 días sin poder ir a casa, y eso es lo que más pesa», afirma Miguel, a la espera de los relevos anunciados por Interior con el objetivo de que policías y guardias civiles desplazados no estén fuera de sus lugares de residencia más de un mes.

Relevos con cuentagotas

Unos relevos que Interior está aplicando de forma escalonada en Cataluña, aunque desde AUGC aseguran que «no se sabe cuándo se van a producir, porque siempre se les dice que se harán ‘la semana que viene’, y de momento se han hecho muy poquitos», indica su portavoz.  Pero que en el caso de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS), tienen una dificultad añadida, porque apenas quedan unidades en sus bases. A la movilización masiva provocada por el desafío separatista se suman los operativos de vigilancia de las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla y el refuerzo de Madrid por la alerta antiterrorista.

Los únicos funcionarios del GRS que permanecen en sus destinos son los encargados de administración y mantenimiento. De momento, y a expensas de cómo pueda afectar la declaración de independencia de Carles Puigdemont, la orden es que el despliegue se mantiene como mínimo hasta el 2 de noviembre.

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