POLICÍA NACIONAL

Un informe de Interior avisa que eliminar las pelotas de goma es un «riesgo para la seguridad» policial

La última gran compra de pelotas de goma las define como "idóneas" para proteger la seguridad de los agentes

Un agente a Marlaska: "Necesitamos una ley fuerte que proteja al bien y estruje del cuello al mal y no al revés"

Pelotas de Goma
Policias de la UIP en una manifestación violenta.

El Gobierno de Pedro Sánchez ha puesto fecha al fin de las pelotas de goma como material antidisturbios de la Policía Nacional y la Guardia Civil. Lo ha hecho siguiendo la exigencia de EH Bildu, que se lo reclamaba desde la pasada legislatura como parte de la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana. Sin ese material, la seguridad de los agentes se verá comprometida, tal y como reconocía en un informe el Ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska en la última compra de pelotas de goma (2022). Describe a los medios ahora anulados como «idóneos contra los riesgos para su seguridad y la de terceras personas».

En 2022, la Policía Nacional se enfrentó a uno de los mayores desafíos logísticos de las últimas décadas con la organización de la cumbre internacional de la OTAN. Una cita que paralizó Madrid al reunir a todos los dirigentes de la Alianza, pero también a decenas de grupos antimilitaristas que amenazaban el desarrollo de la cumbre. Por ello, Interior licitó de urgencia un contrato para comprar 39.000 pelotas de goma -de «caucho»- como reserva ante la previsión de disturbios.

El contrato, firmado por el Servicio de Armamento y Equipamiento Policial de la Dirección General de la Policía Nacional, iba acompañado de un informe justificativo de la compra en el que se explicaba que las pelotas de goma iban a ser necesarias para restablecer el orden, ya que eran esenciales para la «disolución y fragmentación de grupos violentos».

En el apartado «Idoneidad», el informe describe textualmente que «el objeto del presente contrato resulta conveniente para proteger a los policías integrantes de las citadas unidades (UIP y UPR) contra los riesgos para su seguridad y la de terceras personas que puedan surgir en el desarrollo de sus funciones, al constituir un medio progresivo disuasorio idóneo para la protección y el restablecimiento del orden público».

Riesgos laborales

Además, recalcaba que la protección de los propios agentes con este tipo de materiales contundentes era una exigencia legal: «Con el presente contrato se da cumplimiento a lo expuesto en el artículo 3.2 del R.D. 2/2006, de 16 de enero, sobre Prevención de Riesgos Laborales en la actividad de los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía, el cual reza literalmente: «La Administración del Estado adoptará las medidas necesarias orientadas a garantizar la seguridad y la salud de los funcionarios del C.N.P. en todos los aspectos relacionados con el desarrollo de las actividades profesionales, dentro de las peculiaridades que comporta la función policial».

Todos esos argumentos, sin embargo, han quedado aparcados después del pacto al que han llegado el PSOE y EH Bildu para sacar de los armeros policiales de la UIP las pelotas de goma y sus lanzadores.

Regalo a Bildu

La Ley de Seguridad Ciudadana, una de las normas más perseguidas por la izquierda, será reformada. El Ejecutivo liderado por Pedro Sánchez ha llegado a un acuerdo este jueves con Bildu para modificar esta normativa, a la que las formaciones que sostienen al Gobierno tildan de Ley Mordaza. La portavoz de la formación abertzale en el CongresoMertxe Aizpurua, ha avanzado el pacto con el Gobierno para redactar una «nueva ley que sustituya a la ley mordaza». Esa norma eliminará los denominados «aspectos lesivos», con los cuales se protege a los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Acuerdo sobre las pelotas de goma entre EH Bildu y PSOE.

Aizpurua ha comunicado en la sala de prensa del Congreso que han «acordado reformar las cuatro cuestiones pendientes» de la Ley de Seguridad Ciudadana, a los que se ha referido como «aspectos lesivos». Entre ellos, ha mencionado las «faltas de respeto, la desobediencia, las pelotas de goma y devoluciones en la frontera», conocidas como devoluciones en caliente.

La portavoz abertzale ha aclarado que la nueva norma acabará con la «discrecionalidad en las sanciones para las faltas de respeto», que deberán ser «objetivables y justificadas». «Protegiendo el derecho a la libre expresión», ha justificado Aizpurua. La diputada de Bildu ha subrayado que las sanciones por falta de respeto se cancelarán en caso de «que la persona sancionada se retracte». «Las sanciones por desobediencia pasarán de falta grave a falta leve», ha abundado.

«Se acaba con el uso de las pelotas de goma», ha anunciado. Ahora, según ha detallado Aizpurua, se utilizarán «medios menos lesivos». La portavoz de Bildu ha señalado que se trataba de una de «las reivindicaciones de la ciudadanía vasca».

Críticas policiales

A pesar de las críticas de la izquierda, la medida de protección de los agentes ha convencido a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Desde el sindicato mayoritario de la Policía Nacional, Jupol, el sindicato mayoritario en la Policía Nacional, acusaron al Gobierno de Sánchez de legislar «para sediciosos y delincuentes» ante sus continuos intentos de derogar la Ley de Seguridad Ciudadana.

Jupol recordó que, junto a la Ley de Amnistía, el «nuevo intento de derogar la Ley de Seguridad Ciudadana» evidencia que «este Gobierno legisla para sediciosos y delincuentes y abandona a los ciudadanos y a los policías». «Los policías y guardias civiles tendrán más difícil, y en ocasiones casi imposible, llevar a cabo su labor, y quienes sufrirán las consecuencias serán los ciudadanos, que se verán perjudicados, ya que la voluntad de unos pocos será suficiente para recortar sus derechos y libertades», ahondaba la asociación.

«Esta reforma sólo beneficia a los manifestantes violentos y a los delincuentes y ata de pies y manos a los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad», apostilló el portavoz de Jupol, Ibón Domínguez.

Un agente retrata a Marlaska

Este pasado miércoles, Grande-Marlaska escuchó de boca de un agente de Policía -premiado en el Día de la Policía Nacional- duras críticas hacia el abandono que denuncian sufrir día a día en su trabajo.

El agente, de nombre Iván, recordó durante su discurso por el premio Fundación Policía Nacional que les «intentan quitar la vocación cuando un desalmado sobrepasa con su lancha de mayor potencia a la barquichuela de seis guardias civiles. Cuando los narcos embisten sin miramientos el zeta de otros compañeros que les impiden la huida. Cuando un hombre o mujer intenta abrir la cabeza con un hacha a un policía, o con un cuchillo o un palo, o agredirle, o escupirle y no pasa nada, nada cambia. Más bien se idea la forma de quitarnos más autoridad todavía para dársela al criminal, no sea que ellos también se enfaden».

«Es difícil perdonar cuando han arrancado la vida de nuestros maridos o nuestros hijos, pero sí prometo que nuestras conciencias descansarán por fin. Levantemos la voz en las calles, defendamos en los medios y luchemos con uñas y dientes en el Congreso, por favor ministro», señaló. Además, se anticipó en 24 horas al movimiento del PSOE con Bildu al pedir «una ley fuerte que proteja al bien y estruje del cuello al mal y no al revés. Apóyennos con todos los medios. Déjennos trabajar y siéntanse orgullosos».

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