Comunidad Foral de Navarra

Los guardias civiles de Navarra comunican a su jefa el rechazo a dejar las competencias de Tráfico

Rechazan la transferencia del Tráfico al gobierno foral de socialistas y Geroa Bai (PNV) apoyado por Bildu

Guardia Civil tatuajes
María Gámez, directora general de la Guardia Civil.

«Nosotros no cedimos cuando nos mataban». Es la reacción de los agentes de la Guardia Civil destinados en Navarra a las últimas declaraciones de la directora general de la Benemérita, María Gámez. Durante una visita a la comunidad foral, Gámez ha confirmado que el Gobierno de Pedro Sánchez comenzará en octubre la cesión del Tráfico al ejecutivo autonómico de la socialista María Chivite, que gobierna con Geroa Bai (la marca del PNV en Navarra) gracias al apoyo de Bildu. La cesión del Tráfico fue uno de los puntos del acuerdo firmado por Pedro Sánchez con el PNV para apoyar su investidura en enero pasado y fue condición también para el apoyo de Bildu a la investidura de Chivite.

María Gámez, tras entrevistarse con Chivite en Pamplona, ha afirmado que va a estudiar todas las opciones para que el traspaso de las competencias se haga -ha dicho- «con la menor incidencia o ninguna si es posible». La directora general de la Guardia Civil ha señalado, además, que «todo aquel hombre o mujer guardia civil que quiera seguir prestando su servicio aquí tiene donde hacerlo».

Diversas asociaciones de guardias civiles han criticado estos meses la cesión de las competencias a la Policía Foral en un proceso que durará hasta cinco años y censuran ahora las palabras de Gámez. Las fuentes consultadas señalan que la cuestión no es «quedarse» haciendo otras funciones, sino «mantener plenamente sus competencias, servir a los ciudadanos y defender al Estado en Navarra».

La Asociación PRO Guardia Civil (APROG) señala con claridad que «no vamos a permitir que los guardias civiles seamos moneda de cambio para contentar así a partidos que tienen como una de sus mayores expectativas nuestra expulsión, como ya ocurrió en Cataluña y País Vasco, donde nuestra presencia es residual y testimonial». Esta asociación pregunta al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, si puede asegurar «la presencia de todos y cada uno de los compañeros destinados en Navarra realizando sus actuales funciones» con independencia de los pactos políticos en aquella comunidad.

APROG dice que se trata de «no ceder competencias por interés partidista» y añade: «¿Quieren un ejemplo?. Nosotros no cedimos ni cuando nos mataban».

Las fuentes consultadas enmarcan la visita a Navarra de Gámez y sus palabras reafirmando el inicio de la cesión del tráfico en el marco de la negociación presupuestaria del Gobierno. «Sánchez necesita los votos de PNV y Bildu para los presupuestos. Gámez ha ido a tranquilizarles. No es causalidad tampoco -señalan- las palabras de ayer de Sánchez lamentando la muerte del etarra Igor González Sola».

Los acuerdos de Sánchez con el PNV incluyen la cesión también de las competencias de la sanidad en las cárceles navarras y la gestión del Ingreso Mínimo Vital.

Futuro incierto

1.800 guardias civiles están actualmente destinados en Navarra. De ellos, un tercio, 300, pertenecen a la Agrupación de Tráfico. Aparte del tráfico, realiza las labores de vigilancia del aeropuerto de Noain y de las aduanas, así como todo lo relacionado con explosivos, traslado de presos, investigaciones de crimen organizado o terrorismo y la expedición del DNI o pasaporte.

Entre las alternativas que se barajan para los agentes de Tráfico que quieran quedarse en Navarra, estaría la convocatoria de plazas públicas en la Policía Foral y que pudieran seguir realizando allí su labor, pero abandonando la Guardia Civil. Lo cierto es que a un mes de iniciar ese proceso de traspaso de las competencias, que durará cinco años, nada concreto hay sobre el futuro de estos agentes. María Gámez no lo ha aclarado en su visita a Navarra. Solo ha dicho algo obvio: «La Guardia Civil seguirá en Navarra»

La directora general visitó no solo la Comandancia de la Guardia Civil en la comunidad, sino el cuartel de Alsasua, para mostrarles el «orgullo que siente por el servicio que prestan en todas partes, también aquí en Navarra». El sentir de los agentes del cuerpo se resume en la frase que uno de ellos nos transmite al verse por parte del Gobierno como moneda de cambio para mantenerse en el poder: «son unos sinvergüenzas; venderían a su madre».

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